VALÈNCIA. Un gigante llega esta noche al Ciutat de València. El Levante, cuyos números en el último tercio de temporada le harían salir del descenso, tendrá que batir a auténticos monstruos en la recta final de La Liga si quiere obrar el milagro de mantenerse en Primera División. El Barça es el segundo que pasa por Orriols en el carrusel final: el Villarreal ya sucumbió al espíritu del matagigantes la semana pasada. Lo que no quiere el cuadro de Alessio es pelear contra molinos de viento. Creer que puede escalar y luego quedarse a mitad de la montaña. El técnico italiano ya advirtió tras hundir al Sumbarino que aquella gran victoria fue "solo un paso" para darse una oportunidad de soñar. La ocasión es esta. Una noche grande. El Levante, en busca de una velada mágica.
Habrá que mirar con el rabillo del ojo el resto de resultados de la jornada. El primero vino con regalo: el Granada perdió en el Sánchez Pizjuán y da una chance más de recorte. Si los granota ganan hoy se pondrían a cuatro puntos de los nazaríes. Sin embargo, quien marca la orilla es el Cádiz, que acabó perdiendo ayer frente al Betis pese a ofrecer sensaciones positivas para amarrar la élite. Con ese tachón gaditano, la distancia con la permanencia se quedría a tres pasos. Eso sí, la victoria del Mallorca ante el Atleti no invita precisamente al optimismo porque los bermellones se ponen a tiro de cuatro, ahora. Eso sí, a Segunda se marchan los tres últimos y de poco sirve poner el foco en el décimo octavo. Eso está más que subrayado por un Alessio que mantiene intacta su filosofía de tapar la clasificación con una mano y hacer números con la otra.
El dibujo es ese. Para darle color es impepinable salir victorioso ante el Barça de Xavi, el equipo más en forma del campeonato. Neutralizar a los miuras de ataque del conjunto catalán no es tarea sencilla, evidentemente, pero menos aún para el equipo menos goleado de la tabla (aunque no el que peor diferencia de goles alberga, por eso es el Alavés quien ostenta el farolillo rojo, de momento). La defensa levantinista ha experimentado una ligera mejoría en los últimos encuentros. La portería a cero se ha convertido en un hecho, al menos, más habitual que antaño. Solo en la etapa de Alessio en el banco del primer equipo se ha logrado echar el cerrojo en más encuentros (5) que en toda la campaña pasada. Es por eso que la defensa de cinco ya es innegociable para el preparador romano y volverá a plantear una línea impar en retaguardia. Con Duarte recién llegado a la lista tras su esguince de rodilla, salvo sorpresa los tres centrales serán Róber Pier, Postigo y Vezo. No hay más: Cáceres y Mustafi han caído en la espiral infernal de la enfermería de Buñol.
Cárdenas conitunará bajo palos, con Miramón y Son a los costados. Mientras, con Pepelu como capitán general de la medular de Alessio, Radoja tratará de alargar su buen hacer ante el Villarreal. Si Gerard Moreno y Dani Parejo no contectaron en Orriols, fue en gran parte porque el serbio tenía el interruptor. Campaña o Bardhi formarán en el hueco del centro del campo sobrante para la creación. Arriba, sin De Frutos, no hay debate posible: Morales y Roger, aunque esta vez con alguna posibilidad de revulsivo tras el aterrizaje de Dani Gómez en convocatoria. De vencer al Barça, en términos de calendario, afloraría un nuevo premio: siempre que el Real Madrid haga los deberes en su cita, la temible visita del Levante al Bernabéu a principios de mayo apuntaría a ser con el título decidido y no con la oportunidad blanca de, precisamente en ese partido, cantar el alirón.