VALENCIA. El Valencia CF se ha convertido en una de las sensaciones de la Liga en este primer tramo de competición y una de las grandes claves es el buen ambiente que ha construido Marcelino en el vestuario valencianista, que ahora sí parece una familia.

El técnico asturiano quiso 'premiar' a sus futbolistas e incidir en este buen ambiente con una comida de fraternidad con su plantilla tras el encuentro amistoso de este jueves disputado en la Ciudad Deportiva de Paterna a la que únicamente acudieron los jugadores y el cuerpo técnico.

Marcelino sabe que hay varios códigos de vestuario que se deben respetar y momentos que son solo para los integrantes de la caseta y quiso reforzar esta unión. Por ello a la cita no acudió nadie que no perteneciera al cuerpo técnico o la plantilla, nadie de la secretaría técnica, Mateu Alemany o Anil Murthy, incluso la gente de prensa no acudió.

La nota positiva llegó con la presencia de Simone Zaza, que acudió más tarde que el resto a comer. El italiano se encontraba haciéndose pruebas tras el problema en la rodilla sufrido en el amistoso y en la plantilla había preocupación con su situación porque la cosa no pintaba bien en Paterna.

Finalmente, una vez que se conoció que todo había quedado en un susto, el italiano fue recibido con una gran ovación entre los presentes, que evidencia la importancia de Zaza en el vestuario y la buena relación entre los propios futbolistas. Marcelino sabe que para llegar a lo más alto se necesita un buen vestuario.