ALICANTE. Este miércoles regresa el Hércules al trabajo para preparar el encuentro ante el Ebro del próximo domingo.
Los tres puntos ante el conjunto maño, que cuenta con seis más que los blanquiazules (tiene 10 puntos y viene de endosarle un 3-1 a un Atlético Levante con el que el Hércules no pudo), son innegociables para el equipo de Jesús Muñoz que esta semana, entre otras patatas calientes, tiene sobre la mesa la de la falta de intensidad defensiva de la que hicieron gala los suyos el pasado domingo en Andorra.
A diferencia de lo ocurrido en el encuentro frente al Barça, en el que el equipo no solo se mostró muy intenso a la hora de ahogar la salida del balón del rival, también muy solidario en tareas defensivas (especialmente en el segundo tiempo, cuando el filial azulgrana puso cerco a la portería de Falcón en busca de un gol que le metiera en el partido), en el duelo del Prada de Moles todo lo anterior brilló por su ausencia, siendo el propio técnico el primero en ponerlo de manifiesto en su comparecencia tras el mismo. Volver a la versión más guerrera, agresiva del Hércules 2019/20 parece ahora mismo primordial para un equipo que en Andorra, teniendo en general más calidad que su rival se vio superado en todo momento mientras este contó con 11 jugadores.
Cambios, cambios