VALÈNCIA. El Levante pasa por un bache pronunciado y eso ya ni siquiera lo niega su entrenador. Las plazas de acceso directo a Primera División están a solo dos puntos, pero las sensaciones y la comparación con el grueso de equipos inmersos en la batalla del ascenso ha sumido al elenco granota en una depresión que, si no es profunda, podría estar camino de serlo en caso de no ganar esta tarde en Santander. El Levante es, junto a Las Palmas, el que peor dinámica acumula de entre los grandes candidatos -dos puntos de los últimos nueve-, pero el túnel no puede ser más largo. Hay luz, pero hay que verla ya.
El Sardinero ha de ser el antidepresivo que encuentra el combinado granota en su cajón. El cuadro de Orriols -en cuadro, valga la redundancia- jugará esta vez antes que todos sus rivales por el objetivo. El Alavés, dos puntos por detrás, sale esta noche a escenario, mientras que Granada, Eibar, Las Palmas y Albacete disputan sus citas este domingo. De ganar, los de Calleja regresarían de tierras cántabras colocados en posiciones de ascenso directo. Así de fina es la línea entre la depresión y el éxtasis. Habría que esperar resultados en un final de jornada de manta y sofá, pero la presión estaría trasladada y la depresión, escondida bajo la alfombra. Caer o empatar ante el Racing alargaría el latargo y la cabeza se podría marchar a cinco puntos para amanecer el lunes con una nueva migraña.
La victoria no puede hacerse de esperar mucho más y Calleja tiene que montar un nuevo rompecabezas. Ya es un habitual para el técnico madrileño, que escribió el nombre de Rubén Vezo en la convocatoria de ayer sin tener muy clara la esperanza de que el portugués pueda ser una pieza que quepa entre los huecos que tiene su puzle. Las palabras del entrenador granota dejaron ver que Vezo se sumó a la expedición, tras una sesión -y poco más- a sus espaldas, con un motivo más espiritual que realmente deportivo. Si las cosas se tuercen y los contratiempos vuelven a apelotonarse, podría ser alternativa.
En mejores condiciones está José Campaña, aunque esta vez el cuerpo técnico no quiere arriesgar con el andaluz. Dijo Calleja que no está para 90 minutos, pero eso no quiere decir que no pueda saltar de incio. Eso sí, la intención es que el centrocampista llegue en pico de forma a la recta final, prevista en Orriols para ser decisiva en la lucha por el ascenso inmediato. Más allá del sevillano, otra pieza entre algodones es Rober Ibáñez: en el caso del valenciano es posible que Calleja se vea abocado a alinearle de inicio a pesar de incorporarse al trabajo colectivo el miércoles. Sin De Frutos, Cantero apunta a relevo; sin Saracchi, el dueño del carril zurdo es Álex Muñoz; y sin Pablo Martínez, el centro del campo lleva los nombred de Pepelu e Iborra labrados a fuego.