VALÈNCIA. El mes de octubre, uno de los que más lesiones arrojan en los últimos años en el fútbol profesional, se ha teñido de negro para la enfermería del Levante. De momento, ya van cinco partes médicos en la primera quincena del mes. Y, todo, después de la destacable bonanza en materia de bajas que ha experimentado la entidad de Orriols desde el cambio de ciclo en los servicios médicos. Y es que, si en septiembre Julián Calero logró tener a todos sus futbolistas de primer equipo disponibles una vez regresó Fabrício, ahora ya son cinco las piezas que ocupan el sanatorio.
De cara al encuentro de Castalia del próximo sábado, a falta de conocer el alcance de las lesiones de Iborra y Brugui, solo Algobia podría alcanzar la cita de entre los tocados. Para el cuerpo técnico es importante que el madrileño pueda estar disponible con tal de nutrir el fondo de armario de una demarcación que se ha convertido en la base del plan del técnico. Sin Iborra, que se perderá el partido con seguridad, y con Kocho, que regresará tras otro parón con su Selección para jugar en la que fue su casa, la medular quedaría arropada. De lo contrario, si Algobia no se recuperase a tiempo de sus molestias musculares, solo Lozano completaría un hipotético 'plan B' en la capital de La Plana.
"Nosotros somos un equipo de centrocampistas", admitió Calero después de la derrota en Santander, que hace frenar casi en seco, al menos en cuanto a números, a un equipo que empezó el campeonato de forma prácticamente impecable. "Claro que las lesiones cambian el plan. Hemos intentado mantener la estructura, pero a Lozano le cuesta cerca de Oriol. En la segunda parte le hemos adelantado, lo hemos ajustado, para intentar aprovechar sus características más que contrarrestar las del rival", dijo el preparador granota en El Sardinero.