BENIDORM. El proceso para que Benidorm sea candidata a Patrimonio de la Humanidad por la Unesco está estancado. Según explicó Juan Díaz, miembro del equipo de diagnóstico creado para tal efecto, el problema está en una figura que no contempla la nueva Ley del Patrimonio Cultural Valenciano. Al parecer, están tratando de que se incluya el concepto "Ciudades del siglo XXI" para que puedan seguir adelante.
"Existe el concepto Nueva Ciudades del Siglo XX. La UNESCO lo reconoce a Brasilia y a otras ciudades por acciones concretas. En esa lista quiere estar Benidorm, la ciudad turística vertical. Un análisis comparativo con las integrantes de la categoría de la UNESCO da alas a Benidorm para ir a la próxima Lista Tentativa", afirma Díaz.
Es por esto que la Universidad de Alicante propuso en octubre del año pasado que se regule esta categoría dentro de la Ley Valenciana.
Para ello, Díaz ensalza las posibilidades de la ciudad para que se cree esa figura y pueda entrar en ella. "Nadie duda del valor que confirió a Benidorm la planificación urbanística de 1956 y la revolución que supuso el Plan de 1963: la ciudad vertical. Entre ambos hitos cabe la socialización del turismo, la universalización de las vacaciones y el éxito de esta ciudad del siglo XX que apuesta por ser destino inteligente en el Siglo XXI. Lo que no consiguió Minoru Yamasaki con Pruitt-Igoe en Detroit se logró en Benidorm: hacer ciudad y habitarla", asegura.
La apuesta de la capital turística de la Comunitat para conseguir dicha distinción de la Unesco se inició de manera formal en 2015, cuando el Ayuntamiento de Benidorm, a un mes de elecciones, hacía suya la propuesta del sociólogo Mario Gaviria.
Ahora, tienen que salvar el escollo de la administración autonómica para poder optar a dicha candidatura. Bajo su punto de vista, no les sobran motivos, han conseguido "la popularización del turismo de masas, la irrupción del bikini en las playas, la sintonía entre administración, propietarios del suelo, constructores, benidormenses y turistas, en la primera nueva ciudad surgida tras la IIGM. Benidorm fue pionera en lo que hoy llamamos gobernanza y participación público-privada, en los años sesenta", afirma Díaz.
Asimismo, recuerda la tan estudiada sostenibilidad de la ciudad, con un modelo de ciudad vertical gracias a sus innumerables rascacielos que favorece el ahorro y gestión de agua o la ocupación de suelo.