el análisis del instituto icie / OPINIÓN

Palmeral para todos

29/08/2024 - 

Cuando el 17 de septiembre de 1787 los 'padres fundadores' elaboraron la Carta Magna de los Estados Unidos, eran conscientes que dicha Carta, si bien era útil en el momento de su concepción no podría mantenerse estática, indemne a su transformación por los siglos de los siglos. Sabían que necesitaría mejoras, actualizaciones, modernizaciones, correcciones que la adaptaran a los nuevos tiempos o a los cambios sociales.

Para ello se redactaron 'Enmiendas', como la famosa 'Quinta Enmienda', que no solo ha permitido que los Estados Unidos gocen de una democracia plena 237 años ya, si no que la misma ofrece a sus ciudadanos un abanico mucho más amplio de libertades que la original. Porque cuando corregimos y mejoramos las leyes ya establecidas, otorgamos a nuestra sociedad una evolución positiva en la adquisición de libertades y el ejercicio pleno de la misma.

Por todo lo dicho, no logro entender la agresiva oposición que muestran aquellos ilicitanos que redactaron la Ley del Palmeral cuando planteamos desde distintos foros de opinión su corrección para mejorarla y sea más efectiva en la protección del mismo. Con su actitud manifiestan un total desprecio a la libertad de expresión y a cualquier aportación que no nazca de su credo ideológico.

Desde el Instituto ICIE consideramos prioritarias a corregir en la Ley, como expusimos en su momento en las Cortes Valencianas durante la tramitación de la misma, esta serie de cuestiones.

Para empezar, la Ley nos quita soberanía a los ilicitanos al depender en demasía de la Consellería de Cultura. Desde Valencia dictarán qué se puede o no hacer y cómo debe protegerse nuestro patrimonio. Está bien que la Consellería tenga representación en los órganos de gestión del palmeral, pero esos órganos deben depender exclusivamente de nuestro ayuntamiento y no de Valencia.

La Ley también impide la participación de todos los ilicitanos en las decisiones que se toman sobre el palmeral. Pues sólo una parte de ilicitanos pueden pertenecer a, por ejemplo, el Patronato del palmeral. El Instituto ICIE tuvo que recurrir incluso al Síndic de Greuges ante la falta de transparencia a la petición de inclusión en el patronato y que nuestro Ayuntamiento de forma arbitraria rechazó. ¿Por qué se rechaza a una asociación que tiene como objetivo la mejora de Elche en todos sus aspectos, sean del tipo que sean? El palmeral es patrimonio de todos los ilicitanos y no sólo de una parte de ellos.

Otra tema a discutir es la insistencia en definir al palmeral como un 'paisaje', obviando la función para la que fue concebido. La Ley presenta unas medidas protectoras a semejanza de los que poseen los Parques Nacionales en nuestro país. La realidad manifiesta la imposibilidad de establecer un paralelismo parecido, al encontrarnos en un entorno muy distinto, por la densidad de población y el desarrollo urbanístico de una ciudad de más de 200.000 habitantes.

Dicha política proteccionista no se circunscribe únicamente a aquellos huertos protegidos por la Unesco, sino a prácticamente todo el término municipal de Elche, con todas las repercusiones negativas que derivan de dicha acción, al tratarse en muchos casos de entornos no residenciales o modelos productivos presentes. Así que, un propietario de una parcela en nuestro término municipal se lo pensará muy bien antes de plantar una palmera pues llegado el caso, podrían aplicarle las restricciones de la Ley.

La Ley no tiene en cuenta la función principal para la que nació el palmeral. Este, conformaba la almunia de la Medina musulmana de Elche. Era el modelo de producción económica más importante de la misma. Para ese y no otro fin, fue concebido: ser útil a las personas mediante un modelo económico y no paisajístico como nos quieren imponer.

El Instituto ICIE apuesta por la confección de un Plan de Uso y Gestión del Palmeral, si queremos que sobreviva, dándole una utilidad económica diversa adaptada al siglo XXI que armonice utilidad económica y protección medioambiental, paisajística y cultural del mismo. ¿Cómo podemos decir que protegemos el palmeral si nos olvidamos del fin para el que fue creado?

Para finalizar este repaso por las líneas principales que se deben corregir en la Ley, tenemos que hablar sobre la famosa zona de amortiguamiento impuesta.

Dicha zona afecta directamente a barrios consolidados que están próximos a los huertos Unesco. Así, cualquier actuación que se pretenda realizar en un edificio situado en esa zona, tendrá que pedir autorización previa a la Conselleria de Cultura. Recientemente hemos conocido el caso de la reforma que el CEU va a realizar en el antiguo cine Capitolio. ¿De verdad que esa reforma va a afectar al palmeral? No tiene ningún sentido.

Es más, una persona que viva, por ejemplo, en el Raval y que quiera contribuir a la reducción de la contaminación colocando una instalación solar fotovoltaica en su vivienda, tendrá que pedir autorización y es muy probable que le venga denegada por una supuesta afección paisajística al palmeral.

Y así con cualquier actuación que queramos realizar en un edificio existente. Porque el tema se complica si pretendemos levantar un nuevo edificio en un solar sin palmeras, sólo por estar próximo a los huertos, teniendo muchas limitaciones o incluso impidiendo la construcción.

Desde el Instituto ICIE alentamos una vuelta a la amplitud de miras y al sentido común. Donde el extremismo dé paso a una visión más global, realista y adaptada a los nuevos tiempos, sin olvidar una postura proteccionista que de ningún modo puede imponerse desde los extremos o ideologías radicales. Porque si todo sigue igual no haremos más que contemplar la inexorable decadencia del palmeral y la drástica pérdida de ejemplares año tras año, hasta su total desaparición.

Protejamos el palmeral, claro que sí. Y no le pongamos límite al crecimiento y desarrollo de nuestra ciudad. Las dos cosas son posibles.

* Manuel Romero es presidente del Instituto ICIE, además de Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos

Noticias relacionadas