El anteproyecto del futuro palacio de congresos de Alicante pinta bien: sereno y vanguardista al mismo tiempo; no hay intencionalidad disruptiva como sí la hay en el Guggenheim de Bilbao, de Frank Gehry. O en el conjunto que diseñó Calatrava para la Ciudad de las Artes en València. La espectacularización de la arquitectura. El trabajo del consorcio madrileño de gabinetes de arquitectura (Frade, Luca Poian y Prointec) ha sido el seleccionado entre un centenar de proyectos y debo entender que ha sido escogido por un jurado supercualificado: lo digo por los reparos que se expresan en un sector de la opinión y que giran en torno a quíteme usted estas pajas. Más o menos.
Por los bocetos publicados hay una intencionalidad de integración con el contexto, el mar y las instalaciones portuarias y un guiño muy hábil a la Historia de Alicante, el antiguo baluarte de San Carlos. Podría haber sido más "atrevido" pero no lo es. Podría haber sido colorido incluso (Museo de Arte Contemporáneo de León) pero no lo es, han optado por revestimiento cerámico en blanco. Podría haber sido tantas cosas....pero es la que es. Tan sobria, salvando mucho las distancias, como el Museo de la Universidad de Alicante (MUA) que diseñó Alfredo Payá Benedito: un espacio 'zen' en medio de un cruce de una horrorosa rotonda de autovías y de la no menos horrorosa carretera que circunvala todo el campus (soy consciente de que fue la opción más funcional).
Si sometes a la voz del pueblo (redes sociales) la opinión sobre el proyecto que representan Juan Pablo Frade y Jorge Rodríguez Donday puedes escuchar/leer todo tipo de barbaridades. Ya lo predijo Umberto Eco poco antes de morir: las redes son el gran circo en el que puede pontificar hasta el más tonto del pueblo. Y eso que Eco no era un "apocalíptico" sino todo lo contrario: un gran defensor de la democratización de la cultura. Yo albergo la esperanza de que el nuevo edificio que se va a construir en los muelles 7 y 9 del Puerto, y a falta de pulir algunos detalles, suponga un hito en en la arquitectura contemporánea de Alicante tras el Auditorio Provincial (ADDA) del maestro García Solera, una composición de sobriedad, contundencia y funcionalidad, con escasos parangones.
Quedan para el análisis cuestiones colaterales. Por ejemplo: cómo va a "dialogar" el nuevo edificio con los tanques de combustibles avalados hace unos días por el TSJ. Lo de "dialogar" lo digo de coña, pero los tanques van a afear mucho la estética de la zona, además de sembrar la desazón y el cabreo generalizado entre todos los vecinos de San Gabriel y Bernalúa Sur (¡con lo que costó quitar de ahí los depósitos de Campsa! años noventa). No le envidio la ganancia al alcalde Luis Barcala en este huerto de difícil salida: si la empresa promotora, XC Business, se aviene a negociar, con la supuesta mediación de la Generalitat, pedirá compensaciones....no sé si lucro cesante. Un pastizal. Si se dilata el proceso con triquilueñas, estaríamos en las mismas. Lo mismo que si se recurre al TS. Complejo. Queda la opción de que la empresa recule en un gesto filantrópico de escasos precedentes.
Hay otro efecto colateral y no es otro que el solapado cabreo de Elche que viene peleando por un palacio de congresos con el compromiso firme del entonces presidente de la Diputación César Sánchez (PP) de llevarlo a cabo. Eso fue en 2018 cuando en el Elche gobernaba PSOE/Compromís: han pasado por tanto seis años. Lo de Alicante va más rápido con el patrocinio de la Generalitat (Carlos Mazón), también la Diputación (Toni Pérez), y el Consistorio de la capital (Barcala). El alcalde ilicitano, el popular Pablo Ruz, tiene motivos para preocuparse, aunque solo sea un poco. Ahora que mandan los suyos en todas partes deberían de prestarle un poco más de atención. Con lo del palacio y con la conclusión de la ronda sur.
Una vez más, enhorabuena a Asun Noales, directora de Abril en Danza, por el ciclo que nos vuelve a ofrecer y que se puso en marcha en 2012. Primero en Elche, luego en Alicante/Elche, y ahora también Murcia conformando así un triángulo y ampliando patrocinadores. Asun es un ejemplo de tesón, de convicción, y de profesionalidad que lucha contra viento y marea: y con la competencia que le ha ido surgiendo: Dansa València, resucitada hace un par de años, que también se celebra en abril y que cuenta con un potente respaldo institucional (ya veremos que hace Vox) y una programación de primera categoría. El miércoles estuve en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) para asisitir a una especie de master/class de Lorena Nogal. Brutal. El viernes en L'Escorxador de Elche con Melania Olcina, Premio Nacional de Danza. Y este domingo, si nada falla, La Reina del Metal de Vanesa Aibar y Enric Monfort en el Gran Teatro de Elche, con escenografía de Susana Guerrero. Base flamenca para componer una pieza experimental, sonora, muy disruptiva. Salivo. Lo dicho, la cultura nos hace más libres, y más críticos.