Las conversaciones de bar son muy interesantes y estos días escuchamos y aportamos todos sobre la guerra, el cambio climático y la “gripalización” de la pandemia, cada uno con su punto de vista. Las redes sociales y sus comentarios se parecen bastante a ese tipo de conversación, pero con el filtro de la pantalla, que envalentona a mucha gente a decir cosas que a la cara no diría jamás.
Me gustan mucho estas conversaciones y creo que desde el punto de vista sociológico pueden aportar sobre quiénes somos, qué nos preocupa y cómo pensamos y elaboramos nuestros argumentos. Desde luego, ni las charlas de bar ni los comentarios de redes sociales pueden servir como base para tomar decisiones de cierto rigor o entender que eso es lo que opina la mayoría de la gente sobre un asunto u otro.
El alcalde de Elche, Carlos González eligió una publicación en Facebook, (o Meta), para compartir con “sus seguidores” sus consideraciones sobre la propuesta de sus socios de Compromís y antes de colectivos ecologistas, de estudiar y avanzar en la propuesta de renaturalización del rio Vinalopó a su paso por el casco urbano.
Su texto, largo, argumentado y bien explicado, venía acompañado de dos fotos. Una del rio tal y como lo vemos habitualmente y otra foto con un color tirando a sepia, de hace ya un tiempo, con el cauce del río con agua y barro hasta el borde, debido a una crecida de las que se producen con las lluvias torrenciales en las zonas altas de la provincia. Una riada de las fuertes.
El alcalde explicaba en Facebook para quien lo quisiera leer, que eliminar el hormigón “es una iniciativa que tiene una baja demanda social, que no es una prioridad en la agenda del gobierno, que no está en el acuerdo firmado en junio de 2019 y que hay dudas razonables sobre la repercusión de su ejecución en aspectos cruciales”.
Y concluía “entiendo y entendemos que no es el momento y no se dan las circunstancias para impulsar un proyecto que requiere de informes preliminares ad hoc que resuelvan las cuestiones suscitadas y de un debate social más amplio y sosegado”.
De esta manera González pretende zanjar, de momento, un asunto sobre el que se viene hablando desde hace ya varios años, atendiendo a las nuevas tendencias, el cambio climático y los conocimientos y avances en geografía, edafología etc.
Tanto se viene trabajando en este asunto desde hace tiempo que hay varios informes, incluso alguno encargado a técnicos del ayuntamiento de Elche, se han producido ya numerosas reuniones sobre el tema, se ha pulsado la opinión de la Confederación del Júcar del Observatorio del Vinalopó y cuenta con el respaldo y el apoyo de la Conselleria de Transición Ecológica. Así lo constatan varios artículos publicados en este medio, por ejemplo.
El alcalde comentó el otro día que “nadie pide que se quite el hormigón del rio” “no es una demanda de la ciudadanía” y creo que no es del todo cierto.
Hay varios colectivos que llevan años solicitándolo, organismos e instituciones que ya estaban trabajando en ello y sobre todo, es una cuestión que no debe dejarse correr como el agua.
Hay expertos en clima, en calentamiento global, en riadas y en la geografía de esta zona, como el catedrático Jorge Olcina o varias catedráticas de Edafología y expertos en esta materia de la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Universidad de Alicante que han firmado un comunicado, junto a los colectivos que impulsan esta idea, para pedir que, al menos, se estudie. Son personas expertas con bastantes conocimientos sobre este asunto, y también son “ciudadanía”.
No sé si hay que quitar el hormigón y renaturalizar el rio, no tengo elementos suficientes para formarme una opinión tajante, al menos todavía. Soy directamente afectada y efectivamente quiero que lo que se haga se realice midiendo mucho las consecuencias. Pero como periodista, exijo otras formas y la misma vara de medir y que quienes nos gobiernan escuchen a la ciudadanía en su conjunto, a las personas que saben de cada materia, las que se ven directamente afectadas y todo antes de tomar decisiones de ese calado.
Lo del otro día del alcalde y varios concejales buscando reforzar su posición en el tema del hotel en Las Clarisas contando solo con una parte de los agentes sociales, los empresarios, tampoco me parece serio.