ALICANTE. El deterioro del edificio histórico del Ayuntamiento de Alicante acumulado a lo largo de los últimos años ha empujado al equipo de gobierno (PP y Cs) a planificar su rehabilitación sin nuevos aplazamientos. Se trata de acometer su restauración sin más parcheos parciales, como los que ya se han desarrollado en la reparación de varios desperfectos en zonas nobles del edificio, como el propio salón de plenos. Así, ya se dispone de un primer anteproyecto, trazado por los técnicos de la Concejalía de Urbanismo, en el que se estima que será necesaria acometer una actuación integral con un coste de 3 millones.
Los trabajos de resatauración no se limitarán a reparar y consolidar su fachada, en la que ya se han producido varios desprendimientos, sino que se prevé intervenir en el conjunto de sus espacios: sus bajos, en los que se situaba el Registro General; el salón de plenos, que presenta filtraciones de agua; el salón azul y la galería de los alcaldes; las antiguas dependencias de Alcaldía y las salas destinadas a los grupos políticos municipales. Además, también se pondrá el foco en sus dos plantas superiores, que permanecen sin uso cerca de una década después de que se practicasen demoliciones internas y quedasen completamente diáfanas.
El departamento municipal que coordina el edil Adrián Santos Pérez (Cs) pretende licitar la redacción del proyecto de rehabilitación en los próximos meses para poder ejecutarlo en el menor plazo posible. De hecho, ya se ha presentado una manifestación de interés en las ventanas habilitadas por los distintos ministerios con la intención de obtener financiación europea a través de los fondos Next Generation, del Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia.
La restauración requerirá de las autorizaciones del Ministerio de Cultura y de la Generalitat puesto que el inmueble está reconocido como BIC
Eso sí, el camino hasta conseguir ejecutar su restauración no será fácil. El edificio está reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1961, por lo que la remodelación que se pretenda llevar a cabo deberá lograr la autorización previa del Ministerio de Cultura y de la Generalitat, con el consiguiente plazo de tramitación administrativa.
El inmueble es un edificio barroco del siglo XVIII construido al menos en tres fases a lo largo de esa centuria, como se relata en el informe elaborado por el jefe de Servicio de Patrimonio Integral, José Manuel Pérez Burgos, a petición de los miembros de la comisión municipal sobre la protección y conservación de los BIC de la ciudad. De acuerdo con ese mismo informe, en la actualidad sufre afecciones estructurales, de humedad, caída de elementos arquitectónicos o decoraciones "por descomposición de la piedra caliza con la que está construido".