ALICANTE. Este próximo sábado se celebra en Elche el Día del Orgullo LGTBIQ+. En septiembre, como se viene haciendo desde hace años. Bien. El Ayuntamiento de Elche ha prestado su apoyo a un cartel que a todas luces resulta infumable, aunque solo sea por la estética (rancia) del mismo.
Como si no hubiera un elenco excelente de diseñadores gráficos en Elche... o en la provincia. Un cartel protagonizado por La Prohibida, que actuará tras el desfile y el manifiesto en el centro de cultura contemporánea L'Escorxador (del Ayuntamiento), repitiéndose: ¡ay!
Yo no sé si La Prohibida representa los gustos de las personas y colectivos LGTBIQ+. A algunos seguro que los representa, empezando por el director de L'Escorxador. El mismo que el pasado mes de mayo programó a Romero Martín, artista queer que canta y baila con inusual arrojo y valentía (pasó desapercibido; fueron cuatro gatos y medio).
Pero, para este sábado, mejor petardear. El estereotipo rancio, como sintaxis de un discurso aburridísimo. Todo ello en un contexto en el que se visibilizan mucho más las agresiones homófobas y los delitos de odio. Se visibilizan más porque, afortunadamente, se denuncian más. O porque están aumentando, que también. Hace poco, un chaval de Petrer. Hace unos días, un joven de un pueblo de Toledo. A principios de julio, Samuel... no sigo.
Con la que está cayendo, procedería una jornada más sesuda. Sesudo no es sinónimo de aburrido (dios nos libre), y menos cuando lo que se celebra es la libertad en mayúsculas, los derechos humanos y el absoluto respeto que debe imperar hacia las minorías sexuales y emocionales. A todos, todas y 'todes', que transitan en la pluralidad.
No hay rockeros, performancers, actores, artistas en general, para escoger... Mejor, la caspa y el mariconeo: lo facilón. Mejor no estrujarse las meninges. Mejor me callo.