Sermón. Arde Madrid con pirómanos de todo tipo y color que nos quieren retrotraer a la España incendiada, la que retrató Goya, o Picasso en El Guernica. Prima la agenda política sobre la agenda ciudadana, donde lo que preocupa de verdad es cómo vamos a salir de ésta: con unos índices de paro insufribles e inmorales. Nunca la política podía haber llegado tan bajo. E Íñigo Errejón pidiendo en el Congreso que se subraye en estos tiempos coléricos una especial atención para la salud piscológica de los ciudadanos, con réplica de un cafre del PP. Claro que sí, don Errejón. Orfidal, y algunas cosas más. Fin del sermón.
Pablo Casado en Cartagena tras el rechazo de la moción de censura en Murcia: “Aquí se inicia la reunificación del centroderecha en España”. Dándole una consejería a los del PIN parental, ya nos saltamos el hecho irrelevante de que sean tránsfugas (un tal Liarte, no es chiste, aunque suene a chiste), claudicando, de momento, y dando marcha atrás del aguerrido discurso contra Santiago y Cierra España, cuando Vox explotó con el gatillazo de la moción de censura en octubre pasado. Un octubre ya muy lejano, bañado por la tardor (siento especial debilidad por la textura de esta palabra de la nostra llengua). Las cayetanas (Díaz Ayuso, Alvárez de Toledo, y Francisco Rosell) ganan, de momento. Orfidal. Y gana Teodoro García Gea,Fran Hervías, y alguno más, Emilio Argüeso, imbuidos todos ellos en el paradigma de la nueva inteligencia artificial del PP, inteligencia que, en mi opinión, se diluye en los derroteros fronterizos al encefalograma plano; o, si me pongo cursi, en eso de que el fin justifica los medios. Todo sea por la causa: de las poltronas, los sueldazos, las prebendas y el intercambio de cromos; vieja política, paleolítica. Y todo sea por la batalla de las ideas, no vaya a ser que en las extraescolares me conviertan a mi hijo en mariquita. O en bollerita. O en algo peor. Lo de Murcia es de una apestosa indecencia como lo denuncia a los cuatro vientos Edmundo Bal, El Último de Filipinas (con nuevo lío al frente, Castilla-León). Lo siento, estimado Carlos Mazón, tú que habitas en el Reino del Centro, habilidad (quiero pensar que creencia) heredada, para bien, de Eduardo Zaplana.
Y aquí que llega Isabel Bonig, lideresa tambaleante del PP regional y portavoz en Les Corts, cantando bingo: “Más que los cargos de Cs, lo que nos interesa son sus votos”. Han cantado bingo. ¿Algún bingo más? Bonig: Toni Cantó, Marta Martín, tira que va, pulpo animal de compañía. De ahí para abajo, ni dios. Que es lo que piensa Luis Barcala (me repito, licencia de veterano) y lo que piensa, pero no lo dice, Carlos Mazón. Tengo el barrunto de que eso, lo de ahí para abajo, lo piensan hasta Teodoro, Hervías y Argüeso. Y las cayetanas, entregadas a alertarnos de que se aproxima la quema de conventos, Madrid de Corte a Checa,con el auxilio necesario de Pablo Iglesias: A galopar, hasta enterrarlos en el mar. Agustín de Foxá versus Rafael Alberti. Ayuso e Iglesias siguen de cañitas, son socios necesarios en la imprescindibilidad de su retroalimentación . Y ninguno ha visto Pa Negre, la soberbia película de Agustí Villaronga: un ajuste de cuentas, heterodoxo donde los haya, sobre la llamada memoria histórica. Bueno, el de Galapagar sí que la habrá visto….Orfidal; y doble moral.
Al grano. Cuando uno abandona el partido por el que fue votado se convierte automáticamente en tránsfuga. Lo dice la Ley Suprema de la Lógica, no voy a caer en la trampa, torticera y boba, de si son galgos o podencos. Me voy, pero me quedo con el pastizal del sueldo (Senado y Congreso). Marta Martín y Toni Cantó ( furibundos enemigos, y amigos ideológicos) lo han entendido. Los otros, no lo han entendido. Martín, catedrática, esperará: lo suyo es que el PP la nombre un día secretaria de Estado de Educación, o ministra; o colarse en la lista del PP al Congreso si hay anticipadas. Don Cantó se conformará, es un decir, con que las cayetanas lo conviertan en el nuevo Albert Boadella del PP. Intuición, no más. José Miguel Saval se conformará por cierto con abstraerse de la tentación de hacerse monje tibetano. De ahí para abajo….me remito a Santa Bonig, ni agua. Ningún concejal ni concejalillo de Cs se va a ir ahora al PP: pierden el sueldo. Otra cosa es el trasiego que se llevan para ingresar en la Futura Arca de Noé de la derecha. En los parlamentos, cosa que no acabo de entender, es distinto cobran aunque se sea tránsfuga). Otra dosis de orfidal. Y en medio de este trasiego, le deseo éxitos al oriolano Juan Ignacio López-Bas, sustituto de doña Marta: “Haz lo que Franco dirigiéndose a sus ministros: hagan como yo, no se metan en política”. Me responde con risas, que es lo que toca en esta hora trágica de España, tragedia inventada, azuzada, por los unos y por los otros. Y por Maroto el de la moto. Qué días. Acabo: releyendo estoy la crónica de Pablo Serrano sobre María Teresa Pérez Vázquez. Otro bingo.
CODA 1: Isabel Tejeda, cara amiga, lleva diez años urdiendo e investigando para feminizar y pluralizar el Reina Sofía, con nuevas perspectivas. Borja Villel le ha hecho caso. Hay vida más allá del Equipo Crónica (masculinizado). Hace un par de años, el MOMA de Nueva York ya repensó en la oportunidad de abrir el abanico a las realidades artísticas contemporáneas: desde las voces emergentes de África, los nuevos feminismos (plural), hasta los creadores más comprometidos con la teoría queer. Un beso, Isabel. Tus éxitos son mis éxitos.
CODA 2: Juan Carlos de Manuel, esto no es broma, lleva tiempo escribiendo en Plaza las crónicas más bellas e incisivas del periodismo. Atraca metáforas al viento y capta la realidad social y política como un buitre leonado. Aúna el periodismo con el cuchillo de la poesía, y lo argamasa todo con algunas dosis de avecrem. Yo de mayor quiero ser De Manuel.