ONDARA. La recuperación y consolidación del patrimonio histórico de Ondara avanza y ha dado un paso de gigante con la reforma del entorno y la cubierta del Molí Covi, una infraestructura hidráulica del siglo XVIII que durante siglos utilizó la fuerza del agua del río Girona para moler harina.
Este recinto quedó abandonado tras cesar en su actividad y, como otros muchos elementos patrimoniales, tuvo otros usos. En su caso llegó a ser un corral. Pero durante los últimos meses del pasado 2022 se impulsaron obras para evitar que el deterioro del molino fuera a más y a crear una zona verde en su entorno en consonancia con su pasado histórico y su influencia en la historia de la población.
El Molí Covi está considerado por muchos expertos como uno de los mejores conservados de la Comunitat, entre los de su época, y de los que más información etnológica aportan. De hecho, todavía hay en su entorno hay varias acequias que muestran la importancia que tuvo este enclave para la evolución y el desarrollo de la localidad.
El molino está ubicado en un espacio clave, en la ribera del Girona, donde durante siglos se sirvió del cauce para lograr la fuerza necesaria para articular su maquinaria. Mucha de ella se conserva. El molino ocupa un espacio de 230 metros y dentro de él hay varias muelas y muchos de los artefactos que se emplearon en sus últimos tiempos.
La recuperación del molino, en esta primera fase, ha consistido en unos trabajos para consolidar la edificación y evitar más daños. Para ello, desde el consistorio se han impulsado trabajos para cambiar la cubierta y asegurar así la pervivencia del inmueble, como ha precisado el alcalde de Ondara, José Ramiro.
“Estos trabajos han sido clave para poder seguir recuperando este molino histórico en el futuro con nuevas fases”, ha precisado el primer edil, quien ha recordado que fue el propio Ayuntamiento quien dio el paso para comprarlo y evitar su desaparición en 2019, con una inversión de 21.000 euros.
De forma paralela, se ha llevado a cabo un taller de empleo para crear una zona ajardinada en el entorno del molino, en la parcela también de propiedad municipal de más de 6.000 metros cuadrados.
El taller ha durado un año, dando trabajo a varias decenas de personas de la población, y concluyó hace unas semanas. Tanto Ramiro, como los concejales de Personal, Raquel López, y el de Mantenimiento, Miguel Gomis, han destacado la relevancia de esta intervención que ha conjugado la creación de empleo local y la conservación del patrimonio.
El Molí Covi es un Bien de Relevancia Local “y por ello era necesaria esta intervención”, al igual que otras que ha impulsado el municipio para recuperar el patrimonio histórico.
Los alumnos-trabajadores que han participado en la iniciativa, se han formado durante un año en dos especialidades.
Han participado dos grupos de personas, de diez cada uno. El primero ha dedicado sus esfuerzos a los trabajos de obra, mientras que el otro, a las tareas de creación de viveros y centros de jardinería, creando así toda la zona natural que rodea el molino del XVIII. Para todo ello, Ondara gestionó una subvención de 482.716,80 euros concedida por el Servicio Valenciano de Empleo y Formación.
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