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en la frontera

Nubes negras, tirando a muy negras

  •  Salomé Pradas y Carlos Mazón. Foto: ROBER SOLSONA/EP 

Si el día de autos de la riada, ya han pasado doce, la Generalitat hubiera lanzado alertas masivas a primera hora a los móviles de los ciudadanos de la Ribera Alta y l'Horta Sud/Albufera, sin olvidarnos de Requena, ¿se hubieran salvado vidas? Posiblemente muchas. A primera hora o al mediodía. Lamento ser tan crudo. Pero nadie envió nada hasta pasadas las 20 horas del fatídico 29 de octubre, cuando la gente ya se estaba ahogando. ¿En ausencia de reacción del Consell podría haber decretado el Gobierno de la nación, esas alertas, incluido el cese de toda actividad? No entro siquiera en el debate (falso) de la declaración del Estado de Emergencia: una trampa para que nos enredemos todos y acabamos enloquecidos. Entro en el Estado de la Lógica.

Pero claro, ¿cómo se iban a mandar una alerta masiva si la consellera del ramo, Salomé Pradas, no sabía ni que existía la aplicación de móvil correspondiente, "ES-Alert"? O si lo sabía pensó que no estaba operativa en la Comunidad Valenciana aunque su partido presumió de ello tras las últimas elecciones autonómicas. Es evidente que la Conselleria de Interior y Justicia se ha convertido en la Conselleria de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio. O de Mortadelo y Filemón: más 200 cadáveres encima de la mesa.

Mazón se lo tiene que hacer ver salvo que esté esperando a que se lo vean otros, incluido su propio partido. Ha fallado él, comida incluida con la periodista Maribel Vilaplana para ofrecerle la dirección de À Punt, la TV autonómica; ha fallado, estrepitosamente su Núcleo Duro intentando ocultar la naturaleza del almuerzo y, sobre todo, ha fallado el jefe del Consell manteniendo su agenda y llegando tarde y mal al comité de emergencias de L'Eliana donde estuvieron esperándole casi hora y media, cuando la Dana empezaba a hacer estragos.

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