VALÈNCIA. En 1923 no existía internet. Tampoco GPS, correo electrónico o la televisión. Nadie había sido capaz de pisar la Luna y otros muchos grandes avances históricos estaban todavía por llegar. Al echar la vista atrás, resulta estremecedor darse cuenta del ritmo vertiginoso al que evoluciona la sociedad, pero también alivia comprobar que ciertas cosas siempre mantendrán su esencia, por mucho tiempo que pase.
Casa Carmela es un ejemplo de ello. Este restaurante lleva 101 años ubicado en la playa de la Malvarrosa, desde su creación en 1922. Sus fundadores, José Belenguer y Carmela Meliá, le dieron vida como una humilde barraca que alquilaba bañadores a veraneantes. Los servicios se fueron ampliando y la gastronomía pasó a ser el plato fuerte, con la cría de animales de granja y el cultivo de verduras y frutas en la huerta familiar. Más tarde, en los años setenta, el negocio se especializó en arroces y, en la actualidad, es todo un referente en la elaboración de paellas a fuego de leña.
En 2011, Toni Novo tomó las riendas de la compañía que habían levantado sus bisabuelos y de la que se hicieron cargo posteriormente sus abuelos, sus tíos y sus padres. Tras haber estudiado un ciclo superior en Restauración y haberse formado como sumiller, lideró en solitario el comienzo de la cuarta generación, todo un reto que no solo consistía en sacar adelante Casa Carmela, sino que a ello se le sumaba la importante responsabilidad de dar continuidad al legado de un siglo, al esfuerzo incansable de sus antepasados.
A los habitantes de València, que suelan frecuentar los alrededores de la calle Calabazas, también les sonará el nombre de Alberola Lencería. Esta empresa se instaló allí en abril de 1923. Aunque en un primer momento se dedicaba a la venta de telas, pronto impulsó un taller propio para la confección de corsés. Cien años más tarde, cuenta con dos establecimientos más (Calle Maestro Aguilar y Hernán Cortés) y presenta un catálogo variado que incluye ropa interior, pijamas, prendas deportivas, de baño, de maternidad, de novia y accesorios.
Alfredo González Mataix Alberola es el actual gerente y representa la cuarta generación, en la que está acompañado por su hermana Belén. Para él, no hubo un momento preciso en el que tomase la decisión de dirigir Alberola, simplemente era algo que llevaba dentro desde muy pequeño. Recuerda con cariño pasar las navidades, las Fallas y las vacaciones escolares en la tienda, donde prestaba atención al trabajo diario de sus padres.
«El día que cumplimos cien años, este 2023, cuando llegó la noche y llegué a casa pensé en cómo se sentirían. Realmente estamos siguiendo su ilusión, su sueño es nuestro sueño, estamos continuando lo que ellos inventaron. Te preguntas ''¿Estarán orgullosos?'' ''¿Qué hubieran dicho?''. El negocio no lo he inventado yo, lo puedo mantener, puedo ir a buscar tendencias, ir a ver ferias, ver muestrarios… Pero todo empezó con ellos y, tanto mi abuelo como mi madre como nosotros, seguimos su ilusión», reflexiona al pensar en su bisabuelo y el hermano de su bisabuelo, los fundadores.