Cuando decides estudiar periodismo, probablemente en tu mente no esté la realidad de esta profesión. Tampoco en las aulas de las facultades te ponen los pies en la tierra, las universidades no están para eso y además, no sé en otros estudios, pero cada vez hay menos profesores que han ejercido como periodistas dando clase. No importa. A poco que empieces a ejercer te pegas rápido el tortazo con la realidad y sus miserias y si te quedan ganas, te levantas, te espolsas y te pones a trabajar o a intentarlo.
En la universidad no se enseña periodismo local, todos los temas, todas la teorías y todos los ejemplos te llevan más a política nacional o internacional, conflictos internacionales, administración europea… pero ahora, 30 años después, yo estoy muy satisfecha de hacer y haber hecho siempre periodismo local. (Seguro que si hubiera hecho otro estaría igual de contenta porque a mí me encanta todo lo que huela a periodismo).
El periodismo local es periodismo de proximidad. Tus fuentes son de primera mano o incluso en algunos casos, lo que relatas lo has vivido tu directamente. Además de periodistas somos ciudadanos y administrados.
Esa proximidad la tenemos también con las instituciones y con los políticos. Eso hace casi innecesarias las notas de prensa y otras herramientas de los gabinetes de comunicación, si no fuera porque la falta de personal y de medios nos lleva, en algunas ocasiones, a tirar de nota para cubrir el expediente.
Me consta que en este periódico se cuidan muy mucho de no caer en eso y en la radio donde trabajo hace 30 años, es un mantra que nos repetimos cada mañana antes de organizar el trabajo de la redacción. Las notas de prensa nos llegan a diario procedentes de los gabinetes de comunicación de las universidades, los ayuntamientos, la diputación, las asociaciones, las editoriales, los colegios profesionales, los hospitales… En algunos de estos sitios con más criterio que en otros, pero en todos, el objetivo es que lo que ellos quieren sea noticia y que además el enfoque sea el que les interesa.
Ahí está la dignidad y profesionalidad del periodista para cerciorarse de si lo que dice la nota es cierto, si es noticia y si hay algún punto de vista más o algún dato o hecho que tenga que conocerse o incluirse. También las convocatorias de prensa tienen su aquel.
Les voy a contar una cosa. Cada vez se pregunta menos en las ruedas de prensa locales, y me consta que no es solo en Elche. Desconozco si es timidez de los jóvenes periodistas que nadie les ha dicho que el objeto de acudir es para preguntar, desgana de los veteranos o qué. Es conocida en el mundillo periodístico de Elche la frase de un ex director de un medio que decía “la noticia empieza donde acaba la rueda de prensa”. Sigue vigente.
Al principio de esta legislatura tuve un pequeño desencuentro con la concejala de Educación del ayuntamiento de Elche porque ofreció una rueda de prensa y se extrañó que le preguntáramos de otros temas de su área. No había entendido o no le habían explicado que si vamos es para preguntar y además, de todo aquello que sea de su competencia. Otra cosa es que tengan que contestar o saberse de memoria cada dato.
Aún me lanza alguna broma, tres años después y me dice “voy a estudiar” cuando me ve aparecer. Pues lo agradezco. El alcalde de Elche vino ayer a una entrevista con sus característicos apuntes a mano, con colorines y esquemas, que esparce por toda la mesa para tenerlos bien visibles. Luego no los mira pero a mí me da garantías de que se ha tomado en serio lo que va a decir y respeta nuestro trabajo y por lo tanto a nuestros lectores u oyentes. Del mismo modo, se ve en seguida al que te mira con condescendencia o al que se cree que estás ahí para servirle, político, empresario, directivo, científico, mindundi. Estos también se pegan de bruces con la realidad pronto. En cuanto no salen los titulares que ellos querían.
La dignificación del periodista y de los medios pasa por seguir buscando la noticia con criterio, veracidad y en todas sus perspectivas, y la dignidad del político pasa por entender que los medios de comunicación y los periodistas, también los locales, no están para hacer copia pega, aunque a veces lo parezca. Les puede venir muy bien en un momento dado pero cuidado, vivimos en tu calle, en tu barrio, vamos al centro de salud, al cine… al final vemos tu gestión, podemos contarlo de primera mano. Es lo que tiene.