El seguimiento de las salidas de depósitos será una pista importante para los inversores para determinar qué bancos podrían encontrarse en problemas
MADRID. Hace ahora dos meses fuimos conscientes de los problemas que presentaba Silicon Valley Bank (SVB), un banco mediano de los Estados Unidos con unas características muy peculiares en cuanto a su clientela y su tipo de negocio. Desde entonces hemos escrito varias veces del proceso que su caída desencadenó, especialmente entre los bancos regionales estadounidenses, pero que luego se ha extendido al sector prácticamente en su totalidad.
La rápida actuación de las autoridades -tras la caída de la citada entidad y el rescate de los depositantes también en la caída posterior de First Republic Bank- ha evitado un estado de pánico generalizad, pero no que inversores y depositantes se estén preguntando quién será la siguiente víctima. De ahí que mantengan la falta de confianza en general en el segmento de la banca regional, y centrando el temor en algunos bancos en particular.
Es verdad que el tamaño de los bancos 'caídos' en esta crisis invita a recordar aquella otra de 2008, ya que aunque múltiples bancos cayeron por aquel entonces la quiebra de solo estos tres supera en volumen de activos la suma de los de ese año. Pero también es verdad que por el momento seguimos pensando que tanto la gran banca, como las autoridades se encuentran mejor posicionadas que entonces.
Con todo el apoyo de reguladores, lo cierto es que la sangría en la banca regional no ha terminado y en el punto de mira los inversores han colocado a Western Alliance y PacWest, que llegaron a superar en sesiones recientes desplomes del 60%, al crecer los rumores de que pudieran encontrarse buscando compradores.
Tampoco está ayudando mucho la investigación sobre el papel de Goldman Sachs en el colapso de Silicon Valley Bank. Y más después de conocerse su doble papel en relación con SVB como comprador de 21.000 millones de dólares en valores vendidos por Silicon y como asesor en una ampliación de capital fallida para el banco días antes de su quiebra. Ya sabemos que casi siempre 'pez grande se come a pez chico', pero en el mercado no se entiende que pueda ser de esa manera.
En estas semanas hemos leído bastante al respecto y podemos resumir que inversores y depositantes se preocupan por varios aspectos destacando:
El resumen es que los depositantes huyen de la banca regional para recalar en lugares más seguros -y así consideran a la gran banca-, o en lugares más rentables y seguros como los fondos monetarios.
Finalmente son las salidas de depósitos en el primer trimestre las magnitudes que ponen en la diana a unos bancos u otros, y su seguimiento será una pista importante para los inversores para determinar qué bancos podrían encontrarse en problemas próximamente.
Antonio Castelo es analista de iBroker