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opinión

Navegando en medio del temporal inflacionista rumbo a la estanflación

Los datos de inflación muy altos, revisiones a la baja del crecimiento y endurecimiento de la política monetaria, un cóctel perfecto para la estanflación

18/03/2022 - 

MADRID. Los bancos centrales han adoptado una postura más hawkish o dura. Después de que el Banco de Inglaterra subiera dos veces los tipos de interés, la Reserva Federal lo siguió en su reunión de ayer. La Fed elevó los tipos 25 puntos básicos, e incluso podría subir otros 50 puntos básicos en la siguiente reunión, ya que el contexto de la inflación se ha deteriorado notablemente desde principios de año. Los mercados prevén siete subidas este año y podrían estar en lo cierto. Sin embargo, la incertidumbre en torno a la situación a finales de año es muy alta, ya que la inflación bajará y el crecimiento también será menor.

De momento, ya hemos visto que el principal mensaje de la Fed y el BCE es que quieren salir del terreno acomodaticio, algo que no tiene ningún sentido en el actual escenario. La Fed quiere recuperar el nivel del tipo de interés de los fondos federales anterior a la pandemia, lo cual es lógico. En cuanto al BCE, deshacerse de los tipos negativos parece ser su objetivo y también parece razonable.

El temor a la inflación se ve respaldado por las elevadas cifras. El último dato de inflación norteamericana (publicado el 10/03/2022) se ha situado en el +7,9% interanual, el nivel más alto desde 1982. Además, las cifras han superado las previsiones de los economistas mes tras mes. A esto también han contribuido la interrupción de la cadena de suministro y los cierres de puertos en China. En cuanto a la inflación de Estados Unidos prevemos que alcance un máximo en abril. Después, los efectos de base negativos entrarán en acción y, salvo una interrupción extrema del suministro de petróleo, la inflación debería bajar significativamente hasta acercarse al 5% hacia finales de año.

Efectos de segunda ronda

La inflación se situará en niveles más elevados en Estados Unidos que en la UE, ya que incorpora un mayor peso de los bienes inmuebles denominado refugio. Este componente de la vivienda (32,8% del IPC de EE UU) está compuesto en su mayor parte por el Alquiler Equivalente del Propietario, una medida del alquiler teórico que cobrarían los propietarios de viviendas si las alquilaran. Este componente está en pleno auge, con un +4,3% interanual (a 10/03/2022) y debería seguir siendo elevado en los próximos trimestres. Actualmente, suma más de un 1% a la inflación, por lo que es muy significativo.

Por otro lado, no cabe duda de que se producirán efectos de segunda ronda. Por ejemplo, el aumento de los precios del petróleo provocará un incremento de los costes logísticos que afectará a los bienes de consumo en los próximos trimestres. Sin embargo, esperamos que los efectos básicos negativos eclipsen los efectos de segunda ronda.


Este escenario nos lleva a comparar la situación actual con la de los años 70. Aunque hay algunas similitudes con la inflación, que es alta y de base amplia, la principal diferencia es que los salarios están mucho menos vinculados a la inflación, lo que evita un efecto bola de nieve. Los salarios subirán porque el mercado laboral está temporalmente tenso, pero se estabilizará en algún momento y entonces las subidas salariales deberían moderarse. Pero, sin duda, a corto plazo la estanflación es un problema. Los datos de inflación muy elevados, las revisiones a la baja del crecimiento y el endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales son históricamente un cóctel perfecto para la estanflación.

La inflación por sí misma nunca es buena para el mercado de acciones, ya que reduce el valor de los flujos de caja futuros de las empresas. Sin embargo, algunas compañías deberían beneficiarse de este entorno, como, los productores de materias primas, que se benefician directamente del aumento de los precios. Hemos tenido una postura positiva sobre estos valores durante un tiempo y mantenemos nuestras posiciones en ellos. En cambio, otros sectores podrían verse afectados, como las empresas de servicios públicos.

Volatilidad

Las expectativas de inflación a corto plazo son, por naturaleza, muy volátiles y están estrechamente vinculadas a los precios del petróleo. Por lo tanto, la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia son un factor clave y es muy difícil tener una ventaja en este sentido. Nos mantenemos alejados por el momento de las expectativas de inflación a corto plazo, ya que han subido mucho por razones de peso.

Sin embargo, las expectativas a largo plazo son una historia diferente. Los mercados prevén que la inflación seguirá siendo elevada en los próximos años, aunque creemos que el actual entorno inflacionista no está aquí para quedarse durante décadas. En nuestra opinión, los factores de desinflación a largo plazo, como la disminución del crecimiento demográfico y la digitalización, pesarán más sobre los precios que la escasez de petróleo y gas natural a corto plazo.

Gilles Seurat es gestor de multiactivos de La Française AM

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