CÓRDOBA (EFE). El décimo cuarto festival Cosmopoética, que ha finalizado este fin de semana en Córdoba, ha llenado la ciudad de versos que han "cruzado" fronteras, rompiendo con prejuicios y abarcando desde las vanguardias hasta el origen poético. Esta edición, que durante diez día ha llenado la ciudad de versos en todos los formatos imaginables; libros, cuadros, música, recitales, conversaciones, y hasta en servilletas de papel empezó con el sabor agridulce de la muerte del escritor cordobés Nacho Montoto (Córdoba 1979, Sevilla 2017), alma mater de la edición anterior que, precisamente, supuso elevar el género literario al máximo esplendor.
Hasta tal punto que su director literario, el escritor Antonio Agredano, ha querido que Cosmopoética tuviera "una doble lectura de las fronteras, tanto en la política como en la cultura", algo que ha logrado con "una ruptura de todo lo establecido" porque "la poesía es música, es un libro, es un cuadro o una película.
"La poesía cruza" ha sido el lema de un centenar de actividades con más de doscientos creadores que han pasado por la ciudad desde Méjico, país invitado por su "patrimonio cultural profundo y subversivo" y también llegados de otras regiones de España.
Ya en su inauguración, el Teatro Góngora fue testigo del diálogo poético de una poeta española (Ángeles Mora), una promesa gallega (Oriana Méndez), un escritor vasco (Bernardo Axaga) y otro catalán (Sebatià Alzamora), quienes en sus respectivas lenguas regionales una "experiencia rara en los tiempos que corren" dijo el conductor del recital, el periodista Jesús Vigorra; "una experiencia rara pero que no irá a mayores fuera de la poesía".
Así, combinando las creaciones de artistas de distintas disciplinas, lugares, generaciones y corrientes, Cosmopoética ha logrado que pasen "cosmolugares" más de 16.000 espectadores y casi mil niños y jóvenes han participado en sus talleres formativos donde han aprendido desde cómo convertirse en uno de los jóvenes que utilizan la red social Youtube para fomentar la lectura proponiendo retos literarios, lecturas, comentarios, a cómo usar los nuevos canales de información para escribir "ciberpoesía".
El cartel de artistas que han dejado a un lado sus creaciones habituales para ponerse en la piel de los poetas ha estado representado por leyendas de la música como Santiago Auserón (Radio Futura y Juan Perro) que le puso música a una poesía canina de la joven promesa de los versos, el cordobés Rafael Espejo.
El ensayista mexicano Luis Arturo Guichard, su compatriota, el dramaturgo Juan Villatoro, el poeta italiano Ángelo Nestore, o la artista rumana Livia Stefan han sido algunos de los autores internacionales que han pasado por Córdoba hasta ayer, junto a creadores nacionales como el artista Nacho Vegas, el cordobés Joaquín Pérez Azaústre o el compositor El Niño de Elche.
Entre el diverso elenco, una de las citas que desbordó con creces las expectativas de asistencia ha sido el rapero alicantino Nach, cuyos seguidores formaron cola desde la puerta de la Sala Orive y la fila de jóvenes, en su mayoría, llegó hasta la entrada del jardín; el equipo de Xul, adjudicataria del desarrollo de Cosmopoética lo solucionó poniendo una pantalla fuera del recinto del recital alrededor de la cual cientos de adolescentes disfrutaron de una velada el pasado viernes.
"Esta iniciativa me parece una maravilla por la variedad, la cantidad de público, la sensibilidad de combinar elementos estéticos y culturales de otras culturas", ha valorado el rapero en declaraciones a Efe poco antes de comenzar su recital donde ha resaltado que "la poesía es la expresión de los sentimientos, de lo que duele, de cómo reacciones ante lo que ocurre".
Y lo que ha ocurrido en Córdoba estos últimos días parece difícil de superar en una disciplina que se ha entendido como elitista en cierto tiempo, pero que en la ciudad, edición tras edición hasta la número catorce ha demostrado que desde la educación social incluyendo tanto las manifestaciones artísticas clásicas como las más vanguardistas, todo el mundo encuentra un hueco en la poesía.