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concierto de Navidad

La musicalidad fiel de Mishima: "No sentimos presión, venimos grabando canciones desde hace tiempo"

25/12/2023 - 

VALÈNCIA. El quinteto catalán Mishima han tardado cinco años en publicar un nuevo álbum de estudio desde Ara i Res, este próximo 28 de diciembre en el Loco Club podremos disfrutar de su concierto de navidad presentando su noveno elepé, L'Aigua Clara, allí los asistentes se dejarán mecer por la melodía dulzona de Un Lloc que no Recordi o el mimo de Cotó. Una noche de indie pop lleno de ritmos y letras llenas de emoción, destreza y en el caso de Cotó castañuelas. Si quieres sentir que todo se evapora afuera de la sala y solo existe la banda y tú, pásate por el Loco. Charlo con David Carabén, voz y guitarra del grupo, con el sonido del disco, recién reescuchado y todavía centelleando en mis tímpanos e iluminando mi alma.

Ojalá la banda, todo un referente el indie catalán, se prodigara más por València. “En los últimos años hemos bajado poco pero en el 2010, 2015, en esa época crecimos bastante en València, yo recuerdo en la gira de Ordre y Aventura, que pasamos de tocar en un centro de estudiantes, Lluís Vives en Valéncia, tocábamos delante de poca gente, pero al cabo de dos o tres meses tocamos en la sala Wah Wah”, recuerda Carabén. No puedo evitarlo, tengo que preguntarles si Cotó tiene castañuelas, porque éste es un álbum con sintetizadores y tal vez sea un sample, “sí, incluso en el directo la llevamos”, reímos.

Nueve discos, sus dos primeras piezas, Lipstick Traces (2000) y The Fall of Public Man (2003) cantaban en inglés con alguna salvedad, y el resto de su discografía en catalán. No fue el único cambio del combo, tras un redondo como Trucar a Casa, recollir les fotos, pagar la factura (2005) más oscuro, llegaron trabajos más luminosos como Set tota la vida (2007) L´Amor Feliç (2012) o el que nos ocupa. Trucar era un disco con un sonido más apesadumbrado. “Piensa que el Trucar Casa es el disco que compuse justo después de la muerte de mi padre”, recuerda.

El vocalista demuestra una capacidad enorme para la composición de letras, de conectar de alguna manera con sentimientos que flotan en el ambiente y que sabe pulsar. “Fíjate que también está el catalán que empieza a parecer de una forma más desacomplejada y más normal. Y es cuando me doy cuenta que tengo la vocación de componer canciones. Hasta entonces había sido una cosa un poco más juguetona, y a partir de ahí veo que las canciones pues son importantes porque componer para mí es importante, y el producto de ese momento pues es el Trucar Casa”, señala.

Sin embargo, y es algo extraño en esta industrial tan mutable e inestable que nos ha tocado vivir, Mishima han cambiado más bien poco en su estilo, en su musicalidad; una personalidad que se mantiene fiel, algo así como The Cure, imperturbables y con una calidad intacta como atrapada en ámbar. “Yo creo que fue entre el 2005 y el 2007 cuando fuimos a grabar con Paco Loco en Puerto de Santa María, ahí encontramos, o él nos encontró un poco la horma de nuestro zapato, un buen productor se da cuenta de las virtudes y los defectos de cada banda y entonces hacen el ejercicio este de ecualizar. Una de las virtudes son las letras, otra de las virtudes es el guitarrista y entonces construir el sonido de esta banda a través de eso, yo creo que nos hicimos fuertes en este sonido, e incluso cuando hubo épocas en las que nosotros mismos nos hartamos o dijimos oye ¿por qué no vamos a probar otras cosas? nos dimos cuenta que precisamente que tener un sonido propio era una virtud”, reconoce.

Como he mencionado, desde 2017 no teníamos material nuevo de Mishima, y aunque su regreso ha sido fantástico, la espera se ha hecho larga. “Lo que nos pasó en el 2017 es que el Ara y Res funcionó muy bien, súper bien, fue uno de los primeros discos después de muchos en que teníamos un single poderoso, que es el Qui més estima, y entonces la gira nos funcionó muy muy bien”, dice. A veces en la vida, y más en la música, hay que quedarse encaramados a esa cresta de la ola de un buen disco, y Ara i Res lo era.

Es verdad que la pandemia también se cruzó en nuestras vidas, y aunque los catalanes no produjeron nuevas canciones, sí que registraron un directo, Ara i aquí (2019) “Y cuando estábamos a punto de cerrarnos a grabar el siguiente disco seguíamos teniendo muchísimas propuestas de directo, y celebrábamos los 20 años, y entonces alargamos esa gira por el éxito, porque mucha gente nos quería ver, y mientras estábamos en esta gira del 20 aniversario que editamos nuestro primer directo. Entonces vino la pandemia justo en el momento en que yo me estaba poniendo a componer para el siguiente álbum”, comenta.

Volviendo a L´Aigua Clara, el disco se ha grabado de forma analógica dentro de esta maraña de elepés grabados de forma digital. “Nos viene de una tradición en la que ya descubrimos cuando fuimos a grabar con Paco Loco, allí apostamos por una grabación en grupo”, dice. Esa complicidad, seguridad y años de elaborar buenas tonadas juntos se percibe a lo largo y ancho del álbum. Mishima se abstrajo de la realidad de su vida y se marcharon a grabar fuera.

Peter Deimel ha producido el álbum con las mismas coordenadas sonoras que Paco Loco, en éste caso los catalanes se han ido a Anjou (Francia) a los estudios Black Box, el resultado en inapelable. “Cuando buscamos las sonoridades del disco sí quisimos cambiar algunas cosas pero no el espíritu de la grabación. La idea de encerrarnos en un lugar lejos de nuestra vida cotidiana y con un tipo de productor un poco maestro Jedi que ha acumulado a lo largo de su carrera, de sus últimos 20 años, toda una serie de cachivaches de grabación súper buenos y los ha cuidado y les han dedicado su vida. Black Box tiene una colección de museo”

Las melodías y armonías me enamoran, me transportan, indie del auténtico, como si tuvieran enfrascada la esencia del género. Y esas letras que Carabén compone y que juguetean con la musicalidad del grupo. Hablamos de letristas como Cohen. “La idea es que la letras de las canciones es un campo en el que le puedes dedicar toda la ambición y todas las horas de trabajo. Todos los grandes letristas de la historia me interesan, y Leonard Cohen claro”. Me sorprende ver entre los títulos de L´Aigua Clara el nombre de la actriz porno, Mia Khalifa.

“Habla básicamente de la mentira, pero de la mentira como la grasa, el lubricante social por excelencia, es lo que nos permite convivir los unos con los otros”, aclara. “Es lo que los americanos hablan de la suspensión de la incredulidad, que cuando tú entras en el cine tienes que aparcar la idea de que la realidad es en tres dimensiones para creerte que lo que sucede en esa pantalla va a ser real”. En este redondo también podemos encontrar la versión de The Book of Love de Magnetic Field (Stephin Merritt) reconvertida en El Llibre del L´Amor, y la musicalización del poema Ens Crèiem Únics de Joan Vinyoli.

Viajamos un poco en el tiempo con Mishima para llegar al momento de su creación. “Cuando yo estaba en Francia terminando mis estudios, la gente a la que yo frecuentaba, que eran todos franceses, eran muy melómanos, en ese momento en Francia, 96 o 97, había una eclosión de bandas que habían hecho evolucionar la canción francesa empapándose por el indie anglosajón que estaban empezando a cantar en francés”, relata. “Los franceses estaban muy orgullosos porque estaban comenzando a recuperar la lengua mezclándola con guitarras distorsionadas, porque hasta entonces la canción francesa había sido como la Nova Cançó catalana o los cantautores españoles, que no habían dejado entrar la distorsión porque entraba en competencia con la letra”.

Y en ese momento de efervescencia por las letras, la lengua y el rock David regresó a casa y tuvo la clarividencia de montar un grupo. “Un amigo se vino a vivir a Barcelona, Julien Guerraz y con él fundé la primera banda, justo antes de Mishima, llamada Movie, apenas dimos dos o tres conciertos, una cosa muy amateur. En ese momento, cuando volví a Barcelona después de haber vivido en Francia a trabajar en un bar conocí a Óscar D´Aniello, que fue el primer batería de Mishima. Seguí componiendo con mi colega francés y Óscar”.

Yukio Mishima fue uno de los grandes autores del siglo XX en Japón, con más de 40 novelas escritas, su influencia ha llegado hasta nuestros días, de hecho, David Carabén lo descubrió en la adolescencia y ese momento cambió parte de su vida. “En los 90 en España apenas existían traducciones de Mishima, las que yo recuerdo eran traducciones del francés y no del japonés”, comenta. “Yo era muy cinéfilo ya había visto la película de Paul Schrader (Una vida el Cuatro Capítulos de 1985) Paul Schrader es un director que me entusiasma. Ya había leído la biografía de John Nathan y me quedé muy impresionado por la figura, por esa especie de contradicción que hay ahí, que él intenta superar por un gusto por la tradición japonesa y por la modernidad”.

Mishima se había cruzado en su vida de adolescente, y siguió haciéndolo cuando un día les propusieron un bolo en la capital catalana. “Nos preguntaron cómo se llamaba la banda y justo tenía delante la biografía de Nathan, les dije que nos llamábamos Mishima para salir un poco del paso, sabiendo que era un escritor poco conocido en España y Catalunya, la gente que le gusta la literatura sí que lo conocían. Era un nombre exótico, fácil de pronunciar”, reconoce.

Lo último que nos había llegado de Mishima, de la banda, no del escritor, era un directo, Ara i Aquí, grabado en la barcelonesa sala Apolo, que mostraba al grupo en todo su esplendor, a pesar de la presión que siempre contrae un directo que se sabe que será grabado. “No hay presión porque ya venimos grabándonos canciones o directos desde hace tiempo, lo que pasa es que no los publicamos, pero nuestro técnico de sonido nos graba muy a menudo conciertos enteros para que luego nosotros podamos criticarnos y saber cómo sacar mejor el sonido”.

Tocar dos noches seguidas también aporta una seguridad extra. En el disco en directo se percibe esa unión entre la banda y el público. “Ya sabiendo que íbamos a tocar dos noches en Apolo seguidas, que también eran conciertos de navidad, sabiendo que íbamos a tocar dos podríamos escoger de dos versiones de una misma canción, la que mejor sonara. Ibas ahí con una red de seguridad importante. Lo que queríamos capturar básicamente, más que el propio sonido directo, es cómo lo recibe la gente, es una cosa muy bonita de ver, y con los años, aunque las hayas hecho tú, cuando lucen más y mejores es cuando la gente se las hace suyas, y entonces en el Apolo, que es una sala grande pero relativamente acogedora, y que la gente canta a todo pulmón las canciones, te das cuenta del efecto bueno en qué se han convertido esas canciones después de 20 años, y eso es lo que queríamos capturar”.

Mishima estarán el 28 en la sala Loco Club de València con su gira de navidad, algo único, no un bolo cualquiera. “Vamos a hacer un repertorio muy parecido que hacemos en esta gira de navidad, que es evidentemente con una presencia importante de canciones del último disco pero en realidad es un recorrido por toda nuestra trayectoria. Yo te diría que de los primeros dos álbumes no hacemos nada pero ya del tercero hasta aquí sí que hacemos”.

Estos conciertos de navidad son especiales porque intentan que sea una reunión diferente, que se establezca un ambiente totalmente diferente a lo que suele ser un concierto. “Ha sido una especie de tradición improvisada, pero que ha funcionado y que ya hacemos gira, ya te digo,  hasta llegamos a Valencia, Lleida, Vic. Normalmente comenzamos el concierto sirviendo una copa de cava a la gente que entra, son cosas que empezamos como broma en un petit comité porque tocábamos en salas muy pequeñas, y a medidas que hemos ido creciendo lo hemos querido mantener. Hay una serie de protocolos que seguimos haciendo en estos conciertos de navidades”. 

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