“He hecho la película que a mí me apetecería ver: una película que me hiciera reír, que me emocionara, que me hiciera plantearme cosas y, sobre todo, que me sentara bien”. Así se refiere el director murciano José Manuel Carrasco a su segundo largometraje, Miocardio, que llega más de una década después de la que fuera su ópera prima, El diario de Carlota, y de un buen número de aplaudidos cortometrajes. Este viernes, Carrasco estuvo en Murcia para encontrarse con los alumnos de la Escuela de Arte Dramático (ESAD), donde él estudió Interpretación Textual, y para presentar la película en los cines Centrofama. “Llevaba tiempo sin venir”, señala este murciano de Aljucer, profesor además en la Escuela de Cine de Madrid, por lo que fue una jornada de prisas, agenda apretada, reencuentros y muchos abrazos.
Hablamos con él sobre Miocardio, una película sobre segundas oportunidades protagonizada por Vito Sanz, Marina Salas, Pilar Bergés y Luis Callejo, que ha sido muy bien acogida por la crítica, que ha llegado a calificarla de ‘rara avis’ en el cine español.
¿Qué supone en tu carrera Miocardio, tu segunda película tras más una década haciendo cortos? La verdad, es que no dejo de leer buenas críticas…
Pues, mira, creo que con esta película cierro una etapa importante y empiezo otra nueva, que me apasiona un montón; pero siento que hay cosas que cierro con esta peli. Y sí, la recepción de la crítica ha sido muy bonita. Creo que han entendido la película y lo que quería contar. Yo lo que pretendía era hacer una película emotiva, hablar a la emoción del espectador, hacer un canto a la vida, crear una película luminosa... y creo que todo eso se ha entendido.
¿También sientes que ha sido así de bien entendida por el público?
Completamente. Estamos haciendo coloquios en los que enfrentamos, o confrontamos, la película con el público y es muy bonito ver las emociones en sus caras y cómo el público está recibiendo Miocardio. Está siendo un viaje bonito, muy trabajado, porque somos una película pequeñita, pero la verdad que está siendo muy gratificante todo.
¿Cuál es la sensación con la que te gustaría que saliera la gente del cine?
He hecho la película que a mí me apetecería ver, una película que me hiciera reír, que me emocionara, que me hiciera plantearme cosas y, sobre todo, que me sentara bien. Yo creo que Miocardio es una película que sienta bien y lo que me gustaría es que el público saliera con ganas de continuar. Porque lo que cuenta, principalmente, es que cualquier momento es bueno para volver a empezar y que los errores que hayas podido cometer en el pasado no tienen que condicionar tu presente, sino que te pueden ayudar a crecer y a seguir en la lucha. Me gustaría que la gente saliera del cine con ilusión. Que si alguien que se encuentra mal y piensa que no hay salidas ve esta película, al salir del cine dijera: bueno, voy a hacerme un café o voy a darme un paseo.
Además de director, eres el guionista de Miocardio. ¿Hay mucho de ti en esta historia en el que el protagonista, un escritor en crisis, se reencuentra con un primer amor que le hace replantearse muchas cuestiones de su vida?
Pues a ver, hay una broma en la peli, porque el protagonista es un escritor y se habla mucho del concepto de autobiografía y autoficción. A mí me gusta decir que es autoficción, porque aunque hay muchos elementos míos personales en la peli -es mi manera de ver el mundo, mi vida, en todo-, no considero que sea autobiográfica. Creo que he utilizado todo ese material sensible mío para crear una historia y para comunicar algo al público. Pero es inevitable. Yo no entiendo el trabajo, sino es desde la exposición. Y aquí me he expuesto muchísimo.
Además, con la película yo quería hablar del poder sanador de la ficción y del relato. De cómo nos sana el cine, cómo nos sana la literatura, cómo nos sana imaginar la ficción. Y trabaja mucho también la idea del relato, de quién lo cuenta y desde qué punto de vista. Y lo divertido es cuando se enfrenta al del otro.
La película en cines, excelentes críticas, el público emocionado… Pero, ¿ha sido muy duro sacar un proyecto como este?
Hemos trabajado mucho, porque es una película pequeñita, de cine independiente, y aunque está apoyada por Televisión Española, que eso ha sido importante, a lo mejor tenemos más dificultad para llegar al público. Toda la parte creativa ha sido fabulosa, una experiencia única, pero es verdad que es duro encontrar la financiación porque son muchos años. Ha sido un aprendizaje heavy, pero bueno, estamos aquí luchando cada plaza.
Tu carrera como cortometrajista ha sido fundamental en tu trayectoria...
Sí, claro. Yo soy profesor de Dirección de la Escuela de Cine de Madrid y luego hago mucho corto, porque para mí es un formato que tiene valor per se. Para mí no es un paso al mundo del largo, sino que pasa como con la novela y el relato corto; cada uno tiene sus mecanismos. Hay mucho talento en el mundo del corto.
¿Cómo te diste cuenta de que querías hacer cine, hay alguna película que despertase en ti esa vocación?
Hay muchas, pero creo que Billy Wilder y El Apartamento hicieron mucho. Vi esa película con mi abuela que me cuidaba, siendo muy pequeñito, y creo que pensé: quiero estar ahí, quiero hacer esto.
¿Qué te gustaría haberles transmitido a los alumnos de la Escuela de Arte Dramático de Murcia con los que te encontraste este viernes?
Mucha ilusión, que luchen y que no pierdan nunca la ilusión. Esta es una carrera vocacional y la vocación es lo que nos ancla. Y aquí en Murcia hay mucho arte y mucho talento.