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EN LA FRONTERA   / OPINIÓN

Micropolítica

25/07/2021 - 

La micropolítica es el arte del detalle. Bueno, es un arte que me acabo de sacar de la manga para explicar un caso que me corroe desde hace semanas, desde que me lo contaron. R. es el nombre ficticio de una persona en una ciudad de la provincia de Alicante. Lleva meses en búsqueda activa de empleo, de lo que sea, aunque posee una amplia cualificación. Tiene en torno a los 50 años y hace poco, por fin, le surgió una oferta en un bar/restaurante de un populoso barrio de una no menos populosa ciudad. Detallo: 6 días a la semana con turno partido, a razón de una 12 horas diarias (“hasta la hora del cierre”). Un día libre a la semana. Salario: 700 euros; es decir, a razón de menos de dos euros la hora. Cuando me lo contaron ya no quise ni preguntar si ese dinero era oficial o si había una parte en “b”. No lo quise preguntar no fuera a ser que me diera un pasmo. O un espasmo.

R. rechazó eltrabajo , tras cotejar opiniones con sus allegados, al considerarlo indigno. Supongo que también lo rechazó porque no se encontraba en una situación de extrema/extrema necesidad, concepto subjetivo donde los haya, lo sé….Seguro que alguien picará y cogerá el trabajo de R. No es improbable que sea alguien de origen latinoamericano, un suponer, acuciado por la extremísima necesidad. Luego vienen los de la cantinela de siempre: “Los de fuera nos roban el empleo”. Ja. Y ja.

S. es un promotor cultural que el pasado mes de marzo se acogió a una línea de crédito del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), organismo que dirige Manuel Illeca, anunciada por la Generalitat a bombo y platillo, en el contexto de un paquete de medidas para paliar la grave crisis que ha provocado en no pocos sectores la pandemia; el de la cultura al frente. Me detalla la epopeya por la que ha tenido que transitar estos seis meses y la tonelada de papeles que le demandaron para justificar la necesidad del crédito. Ahora te lo apruebo, ahora no, ahora ni sí ni no sino todo lo contrario, ahora no cogen el teléfono, ahora se lían con los correos electrónicos porque el funcionario que recibió el expediente de petición está de baja, o de vacaciones, y el funcionario de la mesa de al lado no tiene las claves de acceso….grosso modo. “Para cortarse las venas”, me relata S. un viejo conocido. Seis meses y sin percibir ni un euro. El Instituto Valenciano de Finanzas reedita la Línea de Préstamos Participativos Feder Coronavirus, leo en la web de este organismo a modo de noticia destacada. “Como yo, estamos cientos de pequeños empresarios”, me matiza S, quien me confiere la máxima credibilidad en el asunto que nos ocupa.

He relatado dos asuntos de micropolítica, dos asuntos que rara vez aparecen en los grandes titulares de los medios porque no hay tiempo, no sé si ganas, de bajar al detalle. Explotación laboral y burocracia infernal. A ver: claro que se reflejan estos temas, pero casi siempre envueltos en lo macro y, en no pocas ocasiones, absorbiendo de forma acrítica los discursos oficiales. A mí personalmente la injusticia me pone de los nervios: los salarios del miedo. Con lo de la burocracia me pasa tres cuartos de lo mismo, más aún cuando día sí y día también leemos noticias de cómo Alicante y la Comunidad Valenciana se están poniendo a la vanguardia digital y a la vanguardia de la inteligencia artificial. No acabo de entender tanta macro-vanguardia cuando para tramitar cualquier cosa con la Administración, vía telemática, te puedes volver medio lelo. Y si tienes cierto grado de tecnofobia, acabas lelo entero, con serio riesgo de acabar con una especie de complejo de Paco Martínez Soria. En fin. Quienes se están forrando con la crisis del Covid, legítimamente, son las gestorías. Menos da una piedra. La democracia se nos despista por momentos en los vericuetos envenenados de la tecnocracia; y de los aprovechados explotones, que siempre los ha habido. Carcomas.

Rita Coves.

Rita Mari Coves fundó en los años noventa Elche Acoge (ONG asociada a la Red Acoge) con el objetivo de dar calor y color a las personas migradas que empezaban a llegar a Elche huyendo de situaciones penosas. Ha estado a pie de cañón durante décadas en un combate permanente contra la exclusión, y especialmente contra el racismo y la xenofobia. Primero fueron familias polacas que huían de situaciones casi de hambruna, cuando Polonia petó al poco de la Caída del Muro. Luego se fueron sumando cientos, miles, de personas inmigrantes procedentes de medio mundo. Hace poco dejó la presidencia de la Fundación Elche Acoge tras un trabajo en el que por momentos se dejó la piel, y rodeándose siempre de técnicos de primera categoría: abogados, trabajadores sociales, educadores, psicólogos, periodistas….

Rita es una señora de derechas de toda la vida. Señora, señorita o señorona, lo dejo a su elección. Y es católica practicante: lo cual le confiere una ventaja intelectual, moral, y emocional de primer orden porque ha transitado y transita en el concepto más noble y profundo de la caridad, de la unión con el otro, de los vericuetos de la alteralidad si nos ponemos pedantes. Lo de derechas de toda la vida tiene algo de pose: le gusta provocar y nadar contracorriente. Por eso se la rifaron en su día los partidos políticos para incluirla en sus listas electorales, Compromís al frente. En el fondo Rita tiene mucho de gamberra y de heterodoxa, capaz de ponerse el mundo por montera. Y ha tenido gestos inmensos, profundamente humanos, siempre en pro de los parias de la tierra. También ha abierto las puertas de Elche Acoge a nuevas líneas de trabajo: los refugiados políticos por ejemplo; o el combate de la homofobia. En su día alguien propuso que se merecía el nombre de una calle. “Quita, quita”, me dice en un café reciente en compañía de Trini y María. Bueno, por lo menos un callejón. O un boulevard: el de los sueños rotos. Boulevard Rita.

CODA: Nada, absolutamente nada, justifica que la dictadura cubana encierre y maltrate a la disidencia. Ni la ley Helms Burton que suprimió Obama y que repuso, de aquella manera, Trump. EEUU no es el problema. El problema es más amplio, más gordo: es el de una élite que desde los tiempos de Castro y de Guevara se cree depositaria de los designios del pueblo. Dictadura de las duras y guía espiritual de otras dictaduras impresentables como la de Daniel Ortega (obvio citar al caimán venezolano). Libertad, siempre: estimado M. Libertad y libertinaje. Dios nos libre del comunismo de salfumán. Dios, o el Diablo.

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