Més-Compromís se enfrenta un congreso abierto con tres aspirantes en el horizonte

VALÈNCIA. Este miércoles se cerraba el plazo de inscripción para que los aproximadamente 3.700 militantes de Més (antiguo Bloc) puedan tomar parte del congreso que celebrará esta formación, la pata mayoritaria de Compromís, el próximo mes de octubre. Un cónclave especialmente relevante puesto que, además de elegir al líder del partido y la nueva ejecutiva, también incluirá debates y resoluciones respecto a la hoja de ruta adoptar por esta fuerza política en los siguientes años, tanto desde el punto de vista estratégico -por ejemplo, el futuro de la coalición valencianista- como orgánico.

Los movimientos previos a esta cita parecen indicar que, en esta ocasión, Més se enfrenta a un congreso notablemente abierto, con hasta tres posibles candidaturas en el horizonte, lo que augura un proceso intenso que, si no se resuelve previamente con acuerdos, puede terminar en unas votaciones a cara de perro por ver quién se hace con el liderazgo. En este punto, conviene recordar que la pérdida de puestos institucionales por la derrota electoral del año pasado ha conllevado el adelgazamiento de los sueldos y puestos a disposición de Més: una circunstancia que, tal y como suele suceder en todos los partidos en época de vacas flacas, provoca que los congresos sean más intensos y disputados.

A priori, el papel de favorita lo ostenta la actual secretaria general, Amparo Piquer, quien recogió su actual puesto tras la marcha de Àgueda Micó al Congreso de los Diputados. La también exconcejal de Rafelbunyol representa una línea continuista de la dirección de Més y tiene un perfil netamente orgánico -fue responsable de Organización del partido-, algo que muchos valoran precisamente por la separación entre lo institucional y el funcionamiento interno por el que se apuesta en esta fuerza política.

No obstante, también existen críticos con la gestión de Piquer y con su continuidad. Sin ir más lejos, la alianza con Sumar, incluido el pacto para las europeas -pese a que sirvió para obtener un acta de eurodiputado que recogió el exconseller Vicent Marzà-, ha sido puesto en tela de juicio prácticamente desde el inicio. De la misma manera, desde las candidaturas alternativas se opina que se ha limitado la voz de la militancia en los últimos tiempos y que viene existiendo poca autocrítica por parte de la actual dirección.

Así, al margen de Piquer, otros aspirantes han mostrado su intención de dar el salto para liderar Més. Tal y como informó este diario, el exalcalde de Oliva y exdirector del Instituto Valenciano de Estadística (IVE), David González, viene dando pasos adelante para convertirse en candidato a la secretaría general, con propuestas como revisar la manera de afrontar las primarias o realizar una evaluación sobre pactos como el acordado con Sumar, entre otras cuestiones.

En su equipo, bajo el lema 'Compromís pel País Valencià', cuenta con referentes como el ex alto cargo del Consell Francesc Gamero, quien ha trabajado durante años codo con codo con Mónica Oltra en la conselleria de Igualdad. Precisamente fue este dirigente el que presentó semanas atrás una propuesta de resolución en el Consell Nacional de Més -que fue aprobada- para que "ningún militante" de la formación se viera "obligado a dimitir" ante un caso de 'lawfare'. Una iniciativa que desprendía cierto aroma de reproche a su propia formación respecto a la manera de responder ante el caso relacionado con Mónica Oltra y con otros miembros del partido como él mismo, además de distintos afectados por diferentes causas en el ejercicio de responsabilidades institucionales en los últimos años.

Su compañero de proyecto para el congreso, David González, se encargó de reforzar de inmediato esta propuesta :"Todas y cada una de estas personas merecen todo el reconocimiento y la total reparación del daño político que han sufrido en estos años. Y hará falta, con humildad, pedirles perdón si en algún momento se han sentido sin el apoyo de Compromís, algo que no tendría que haber pasado nunca", remarcó, en un comunicado.

Por otro lado, la diputada Mònica Álvaro será la encargada de encabezar la candidatura de la corriente soberanista Bloc i País en el citado próximo congreso de octubre. Este grupo, aunque no se le considera excesivamente numeroso, se ha caracterizado por ser especialmente activo y crítico con la actual dirección, además de representar el alma más nacionalista del partido. Los rifirrafes de Bloc i País con la cúpula del partido liderada por Piquer dificultarían a priori un acuerdo entre estas dos candidaturas salvo que se alcanzara un pacto común de todos los aspirantes, por lo que se entiende que las conversaciones más activas inicialmente pueden darse entre Álvaro y González.

El escenario, sin duda, resulta complejo. La candidatura continuista encabezada por Piquer, siendo la favorita, se encuentra en un contexto menos favorable del que disfrutaba Àgueda Micó en su día. Algunas fuentes del partido opinan que la actual líder no puede dar por hechos apoyos que fueron sólidos y cerrados en el pasado. Por ejemplo, en la ciudad de València el partido está controlado por la portavoz municipal Papi Robles, que arrastra cierto malestar con la dirección al considerar que no se presionó lo suficiente para que el rechazo a la ampliación del Puerto fuera una condición en el acuerdo para investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En esta línea, otros dirigentes apuntan a que en este proceso Joves PV, que también ha venido apoyando a la dirección, podría ser más posibilista en esta ocasión.

Unas reflexiones que circulan por las entrañas del partido donde, aunque se sigue situando a Piquer como la aspirante con más opciones, también se incluyen condicionantes que parecen significar la necesidad de que se produzca diálogo entre las diferentes candidaturas, por lo que todo apunta a que los próximos dos meses y medio en Més Compromís van a ser especialmente intensos y movidos hasta el cónclave fijado para el 19 y 20 de octubre.