EN LA FRONTERA   / OPINIÓN

Medicina: mejor tres facultades que dos

16/05/2021 - 

Exordio extemporáneo. La detención de Rafel Rubio, medio preboste del PSPV-PSOE de Valencia (medio o cuarto y mitad) ha sacudido los cimientos del socialismo autóctono. Azote de Rita Barberá y deAlfonso Grau en la denuncia de pelotazos urbanísticos con permutas de suelo por casitas de El Cabanyal, año 2005,resulta que cobró a toro pasado, presuntamente, 300.000 euros para dejar hacer. Denunció y luego sacó rédito a la denuncia, presuntamente. El tema ha tenido resonancia expansiva: Pepe Cataluña, ex secretario de finanzas del PSPV-PSOE; ¡ay!. Y la ex alcaldesa popularde Xixona, Rosa Verdú. Y…La corrupción de Grau, mano derecha de Rita, es tan poliédrica y versátil que ni sorprende. Es la corrupción de los años dorados y salvajes del PP. Estamos vacunados. Corrupción. Uno ya no sabe si cortarse las venas o dejárselas largas. Cohechos billeteros y rifa sobornadora de jabugosde pata negra, y de caprichos más caros. No me corto las venas. Esta semana me refugio en la concesión del Princesa de Asturias a Marina Abramovic, artista navajera y conceptual, también circense. El arte nos hace un poco más libres. La política underground, la del mordisco a careta quitada, nos degrada y nos retrotrae a la caverna. Rita. Al caloret. Rubio: al resopón. No hay épica posible ni literatura que la aguante (salvo la de Rafael Chirbes) ni que sostenga semejante zurracapote. Fin del exordio extemporáneo.

Al grano. En España salen al año unos 14.000 licenciados en Medicina de los cuales solo 7.000 aprueban una plaza de médicos residentes (MIR). Los otros 7.000 están en el paro, se reiventan como pueden o se van al extranjero, o aceptan migajas de empleo precario (ahora con lo del COVID). De los 7.000 que cursan el MIR no todos encuentran trabajo estable: muchos de ellos entran en una espiral de contrataciones en la Administración pública y pueden transcurrir años y años hasta que consolidan una plaza con trabajo estable. Otros (MIR) se van a la privada. En España no faltan médicos: faltan ganas de contratarlos en la red pública bajo el pretexto de que no hay dinero. Y eso ocurre en el virreynato de Isabel Díaz Ayuso y en el de Ximo Puig. Hay excepciones. Navarra y País Vasco, tal vez. A todos los partidos se les llena la boca con la sanidad pública y a todos se les olvida los índices de paro y precariedad que existe en una profesión tan esencial. Un minuto de demagogia, solo uno:hay dinero para mantener a una legión de políticos, asesores semianalfabetos funcionales, vampiros de todo tipo y color que cobran del erario, más que un MIR…..pero no hay dinero paradignificar la profesión médica. Fin del minuto.

El anterior rector de la Universidad de Alicante, Manuel Palomar, ya le lanzó al Consell de la Generalitat, que es quien tiene las competencias, el proyecto de crear una segunda facultad de medicina en la provincia de Alicante. Y su sucesora, Amparo Navarro, ha vuelto a la carga y así lo manifestó el pasado 22 de febrero en el Consejo Valenciano de Universidades según desvelaba hace unos días en este periódico Miquel González. No sé exactamente la millonada que costaría una segunda facultad en la provincia, que no llega a 2 millones de habitantes y que sentaría un precedente en toda España. Valencia tiene dos facultades de medicina porque una de ellas es privada, de la Iglesia, y porque Francisco Camps así lo quiso en la creencia de que era necesario formar médicos anti-abortistas y anti-eutanasia, muy grosso modo (tan muy grosso modo que tengo amigos y hermanos que han estudiado Medicina en la privada y no son ni lo uno ni lo otro). Hablamos de facultades del sistema público, ojo.

Sorprende que ningún partido político en Alicante (desde Vox a Podemos) haya abierto el pico en este tema, una inversión pública multimillonaria al albur del capricho de una elite prodigiosa como son los rectores: funcionarios públicos que por momentos se sienten con derecho de pernada. No. Y no. Si en Alicante no hay espacio para dos mega-palacios de congresos tampoco hay espacio para dos facultades de medicina. Basta con ampliar la ya existente para que la Generalitat pueda ejecutar una inversión medianamente razonable. No me gustaría estar en la piel de la consellera de Universidades,Carolina Pascual, que de momento se dedica a capear el temporal, lo mismo que ha hecho Puig desde el envite de Palomar. Puedo estar en la piel de la consellera de Sanidad, Ana Barceló, tan capaz ella de enredarse en el primer matojo que salga a su encuentro.

 Andrés Pedreño. Foto: Pepe Olivares

La pretensión de la UA no va de alicantinismo. No confundamos el caño con el coño. Va de un uso óptimo de los recursos públicos. Salvo que queramos entrar en antecedentes, que también podemos:

1)Eduardo Zaplanacreó la Universidad de Elche birlándole a la UA, a Andrés Pedreño, la joya de la corona: la facultad de medicina. Pero eso fue en 1996. No sé. Agua pasada no mueve molinos salvo que a Amparo Navarro se los estén removiendo.

2) La UA tiene un campus de Ciencias de la Salud con algunas titulaciones, Enfermería, que están en el top-10 de España según el último ranking que financia el Banco Santander. Lo lógico es que Medicina se readscribiera a la UA, al citado campus. Imposible. A Elche ya le ha birlado Alicante, de momento, el palacio de congresos. Medicina sería el colmo: se nos pone en huelga de hambre Carlos González, que no gana para berrinches ni para pantanales fraccionados. El rector de la UMH, Juanjo Ruiz, no. En esto, y en algunas cosas más, está en modo avión.

3) Dos ciudades, dos universidades, que viven a 25 minutos de autovía (y a cien horas de tren por cierto) no pueden estar supeditadas a los caprichos de las ocurrencias de un rector. Dos universidades contiguas no pueden competir en un asunto que nos cuesta a todos un riñón. Pónganse de acuerdo, por favor.

4) Dos facultades de medicina, dos endogamias, dos maquinarias de poder, dos instalaciones para ver quién coloca a quién, dos fábricas de parados ultra-cualificados, seis años de carrera y 4 de MIR (los que lo aprueban). No. Rotundamente no. El problema no es la falta de médicos; el problema es bien distinto.

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