VALÈNCIA. Carlos Mazón se enfundó este jueves el traje de nuevo presidente de la Generalitat en un pleno de investidura breve para la ocasión, apacible en términos generales –salvo algún reproche más encendido– y con un tono con el que quiso reivindicar la necesidad de grandes acuerdos. También con el PSPV y Compromís, que ahora se encuentran en la oposición. Ambos partidos le lanzaron críticas y advertencias, aunque le ofrecieron pactos en diversas cuestiones relacionadas con la Comunitat Valenciana.
Mazón fue investido, como era previsible, con los votos de los 13 diputados de Vox y los 40 de su grupo. A sus nuevos socios les dirigió palabras de agradecimiento. Y éstos respondieron en el mismo sentido pero con claros avisos: estarán vigilantes, dijeron, del cumplimiento del pacto de Gobierno que han sellado.
La sesión arrancó a las 10.00 horas y lo primero que pidió el dirigente popular fue un minuto de silencio para las víctimas de ETA en el 26º aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Fue una de las pocas referencias a la campaña nacional de las elecciones generales del 23 de julio en una estrategia que está llevando su partido. El resto de parlamentarios lo siguió. Luego subió a la tribuna el hasta ahora jefe del Consell, Ximo Puig, para pedir otro minuto de silencio por la mujer asesinada por su marido en Antella la semana pasada. Fue igualmente secundado por todos los diputados en mitad de las polémicas por los posicionamientos de Vox sobre la violencia machista.
Mazón pronunció un discurso de menos de una hora, una duración poco habitual en una intervención de investidura. Aderezado con –no excesivas– citas de Joaquín Sorolla, Ramiro de Maeztu o Antonio Machado, le sirvió para exponer sus grandes promesas de gestión. Algunas de ellas inmediatas. Serán, entre otras, la rebaja del tramo autonómico del IRPF; la eliminación del impuesto de Sucesiones y Donaciones; la supresión de la tasa turística –aprobada por el anterior Ejecutivo, aunque iba a entrar en vigor en diciembre de 2023–; o la gratuidad universal en la educación de 0 a 3 años.
En Sanidad señaló que sus primeras políticas irán encaminadas a "reducir las listas de espera, eliminar el colapso de la Atención Primaria y dignificar la figura del profesional sanitario". La aprobación de una nueva ley de Señas de Identidad, la "reducción de la burocracia" o la construcción en los próximos cuatro años del "mayor número de viviendas públicas construidas nunca" fueron otras de las promesas.
El líder del PPCV entró en el asunto que más está usando la oposición en su contra: la igualdad y la violencia de género. Lo hizo para anunciar que la Conselleria de Igualdad tendrá rango de vicepresidencia en el nuevo Ejecutivo autonómico compartido con Vox. Estará en manos de los populares y, ha dicho, coordinará todas las políticas transversales de esta materia.
Dado que Vox ostentará la vicepresidencia primera con Cultura, esta decisión confirma la intención de Mazón de que su partido tenga la vicepresidencia segunda. Será con las competencias de Igualdad –que con el Botànic han estado en la vicepresidencia primera ostentada hasta hace un año por Mónica Oltra– y con alguna más. Al frente se situará una mujer. Hay quien cree que irá con la portavocía, aunque el dirigente popular no lo ha confirmado y podría ir por separado. En todo caso, la voz del Consell también apunta a ser femenina.
Mazón apeló reiteradamente en su discurso –y a lo largo del debate– a la necesidad de acuerdos y de diálogo en lo que aseguró que será su estilo desde la presidencia de la Generalitat. Así, hizo hincapié en que se presenta "con la mano tendida, lealtad y sentido común" y enumeró los "puntos de encuentro" con el PSPV –en el traspaso de poderes en las consellerias– y con Compromís –con el acuerdo para que tenga representación en la Mesa de Les Corts–.
Como balance recordó que en la misma noche del 28 de mayo anunció una ronda de contactos con todos los grupos con representación, de mayor a menor y no "por capricho" o preferencia personal. Se dirigió así primero al presidente en funciones, el socialista Ximo Puig, y después a Compromís y a Vox. "Aunque lamenté alguna ausencia, ese hecho no motivó la mía", añadió en referencia a que Puig no acudió a la reunión, y defendió que planteó a todos "una investidura seria para un gobierno estable".
Tras esos encuentros que mencionó, Mazón llegó, hace un mes, a un acuerdo con Vox. Fue exprés, sin foto y sellado tras una cita de apenas tres horas, aunque las conversaciones venían de antes. En virtud de él, los segundos le daban su apoyo para la investidura y pasaban a ostentar la presidencia de Les Corts. Posteriormente, concretaron que tendrían la vicepresidencia primera de la Generalitat con la conselleria de Cultura y dos departamentos más: Agricultura y Justicia.
Mazón fue el primer dirigente territorial del PP en llegar a un pacto con el partido de extrema derecha. La celeridad y polémicas en el programa de Gobierno como incluir la violencia intrafamiliar en lugar de la de género generaron desconcierto y cabreo en Génova aunque conocían que se iba a alcanzar el acuerdo. Pese a todo, el líder del PPCV siguió su estrategia, en contraste con la de líderes populares de otras autonomías. Finalmente, más dirigentes territoriales siguieron su estela, incluyendo uno de los que más se resistía, como era Extremadura.
La sesión de investidura continuó tras la alocución de Mazón, que donde realmente se desenvuelve bien no es tanto en los discursos como en el regate corto. De ahí que el debate se desarrollara de manera más amena. Especialmente en el turno de Joan Baldoví (Compromís), dado que la parte de Ximo Puig (PSPV) se caracterizó sobre todo por la institucionalidad.
El hasta ahora jefe del Consell advirtió de que la Generalitat "no puede estar secuestrada por el negacionismo machista" y de que el PSPV será "intransigente con los intransigentes". "Que no nos instalen en el esperpento, que no conviertan cada telediario en un 'remake' de 'La Escopeta Nacional'", urgió al PPCV, para a continuación indicar que no le dará "ni un día de gracia" en los posicionamientos sobre la violencia machista.
Puig se hizo una serie de preguntas: "¿Qué pasará con las mujeres maltratadas? ¿Qué pasará con la cultura libre? ¿Qué pasará con la convivencia? ¿Volverán los copagos? ¿Implantarán el pin parental? ¿Arrinconarán el valenciano en las escuelas y en las instituciones? ¿Privatizarán, de nuevo, la sanidad? ¿Habrá recortes en Educación? ¿Manipularán la radio y la televisión autonómicas? ¿Volverán los armarios para al amor libre? ¿Saldrán del armario los fantasmas identitarios? ¿Dejarán de actuar frente al cambio climático?". "Estas preguntas, y muchas otras, inquietan a miles de valencianos. Y constatan una realidad: su pacto ya genera incerteza, división y temor", dijo.
Pese a todo, Puig propuso a Mazón cinco grandes acuerdo basados en principios "compartidos" por el PP y el PSOE: un pacto por la igualdad que amplíe el Pacto valenciano contra la violencia machista; un pacto por la calidad democrática para proteger los órganos estatutarios, la Agencia Antifraude y la televisión pública; un pacto por la energía, contra el cambio climático y por la reindustrialización; un pacto por una gestión pública del Estado del bienestar, para velar por una gestión pública y "no privatizada" o con recortes; y un pacto por la cultura y el valenciano que impida cualquier censura.
Como respuesta, Mazón le pidió no infundir miedo sobre el nuevo Consell y le ofreció también pactos en materia de financiación autonómica –como convocar conjuntamente la comisión de expertos– y de agua.
Aunque se trató de unos discursos de guante blanco, la tensión sí subió un poco con Baldoví, acostumbrado a este tipo de intervenciones durante sus años en el Congreso como manera de destacar en el parlamentarismo español. Empezó con un ataque directo a la presidenta de Les Corts, Llanos Massó (Vox) por el "hecho ignominioso" de no ponerse tras la pancarta de condena de la violencia de género en la concentración de Les Corts por la mujer asesinada de Antella. Ésta le pidió que se centrara en el debate con el candidato a presidir la Generalitat.
El síndic de Compromís reprochó a Mazón que pronunciara un discurso de investidura "vacío de contenido pero repleto de la caspa de Vox", con el que ha firmado un pacto de Gobierno que espera que "se le atragante". En este sentido, le pidió que concretara "la agenda oculta" del PP para los próximos cuatro años, tras un pacto que es "una hojita con cinco puntos" y que deja a Vox como el "pagafantas", ya que solo gestionará el 5% del Presupuesto de la Generalitat.
Como respuesta a aquellos cinco ejes estratégicos de escasa concreción y redundantes del pacto inicial de populares y Vox, Baldoví les dio tres irónicamente: no mentir para que no se mienta; no robar para que no se robe; y no recortar para que no haya recortes. Al margen de ello, sí le ofreció a Mazón dos grandes acuerdos. Uno para blindar la sanidad en el Estatuto de Autonomía y que sea de gestión directa, algo que decidirían los valencianos en un referéndum; y otro para reivindicar cuestiones como la financiación y la deuda histórica.
Mazón tiró de ironía y le replicó que "como monologuista no tiene precio". "No me riña tanto que no me he portado tan mal con usted en el único pleno que hemos tenido", le dijo. Seguidamente, le preguntó sobre por qué no votó en contra de la presidenta de Les Corts si tanto la critica –Compromís se abstuvo por el pacto para la Mesa–. También sobre qué había traído a la Comunitat Valenciana como único diputado de Compromís en el Congreso cuando se aprobaron con su voto a favor "los peores presupuestos para el territorio" y cuando aseguró la reforma de la financiación en primera persona pero no ha cambiado nada. "A lo mejor son otros los pagafantas de Pedro Sánchez", comentó. Igualmente, le echó en cara que fuera el único del hemiciclo que hubiera dado el apoyo en el Congreso a la ley del 'solo sí es sí'.
El último turno llegó para Vox. Su portavoz, Ana Vega, dio las gracias a Mazón por "haber estado a la altura" y haber demostrado la "valentía" que miembros de su partido no han demostrado en otros territorios. También expuso la importancia para su partido de medidas como "devolver la libertad" a la Comunitat Valenciana, la bajada de impuestos, la unidad nacional o proteger a los barrios y municipios "de la lacra de la delincuencia y la ocupación ilegal de viviendas".
"Va a contar con un socio leal y las diferencias de opiniones se debatirán constructivamente. Demostraremos que los intereses de los ciudadanos están por encima de los partidistas y acabaremos con la inercia de traiciones y ataques públicos de anteriores gobiernos", afirmó. Pero fue acompañado de un aviso: "Respetamos y otorgamos gran valor a la palabra dada. Estaremos vigilantes. Vamos a velar por el cumplimiento de todos los puntos de acuerdo. No hemos firmado un cheque en blanco. Señor Mazón, no me compre la mercancía averiada que tratan de vendernos. No pacte con el socialismo", señaló Vega. Mazón, sin entrar de lleno, contestó: "Espero que discrepemos siendo un gobierno, no un mal espectáculo".
Tras este debate, tuvo lugar la votación con 53 apoyos y 46 noes. Y acabó la sesión. Mazón fue largamente aplaudido y se quedó en el hemiciclo unos minutos para recibir las enhorabuenas visiblemente emocionado. Después de un rato abandonó Les Corts y se dirigió a una comida con miembros del PPCV en un restaurante próximo: Abadía d'Espí. La próxima cita será el pleno de toma de posesión el próximo lunes, cuando su nombramiento ya haya sido publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La previsión es que anuncie la composición de su Gobierno ese lunes o el martes –la cual lleva en total secreto– y que, tras las tomas de posesión de los nuevos titulares de los departamentos, celebre el primer pleno del Consell a finales de semana.