VALÈNCIA (EP). El doctor Bartomeu Massuti, secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y jefe de Oncología del Hospital General Doctor Balmis de Alicante, ha destacado que, en lo que respecta a la investigación clínica en cáncer de pulmón, "España está entre los primeros sitios de los países occidentales en número y en calidad"; si bien ha reconocido que "el margen de mejora es enorme".
Así se ha expresado en el marco de la presentación del XV Congreso Anual del grupo, que reunirá en Madrid a más de 300 expertos en la patología. Este "alto nivel" de la investigación en cáncer de pulmón en España tiene "varias explicaciones", a su juicio. "Primero, el nivel de la oncología en España es alto. En segundo lugar, los investigadores ven en los ensayos clínicos una posibilidad de que los pacientes accedan antes a los tratamientos. Por otra parte, hay grupos que consiguen impactos a nivel global con sus ensayos", ha desgranado.
Además, el oncólogo ha puesto de manifiesto que la investigación clínica "supone un aumento de la calidad asistencial" y un "aumento en general de las posibilidades de los pacientes". En este punto, ha reconocido el "acto de generosidad" de los pacientes españoles, ya que "tienen mucha confianza en el sistema sanitario", por lo que los investigadores no tienen dificultades en encontrar personas que acepten formar parte de estos ensayos clínicos.
Con todo, ha destacado que "existen muchos retos", teniendo en cuenta que la supervivencia del cáncer del pulmón globalmente, a los cinco años, está alrededor de un 20 por ciento, por lo que "el margen de mejora es enorme".
En este sentido, el doctor Mariano Provencio, presidente del GECP y jefe de Oncología del Hospital Puerta del Hierro, ha destacado la importancia de los últimos hallazgos sobre la combinación de tratamientos en pacientes en estadios intermedios, que "ha expandido las posibilidades de tratamiento quirúrgico". "Después de esto, se abre otra nueva fuente de dudas y de intentar mejorar la situación, tanto para no sobretratar a los pacientes como para no quedarnos cortos", ha expresado el experto.
En concreto, ambos doctores han destacado que "un cambio cualitativo importante" que se ha producido en estos estadios intermedios es que la combinación de quimio-inmunoterapia preoperatoria consigue, aproximadamente, que en el 25-30 por ciento de los pacientes exista una remisión y, además, el riesgo de recaída sea "muy bajo".
Más allá de la propia investigación, durante la rueda de prensa se ha tratado la situación actual de los cribados en cáncer de pulmón en España, ya que existen posturas "contradictorias" al respecto. Si bien los oncólogos se muestran a favor de la implantación de estos tests, los expertos en salud pública no lo encuentran rentable.
"La perspectiva de los médicos asistenciales es que necesitamos cribados para aumentar las tasas de curación, porque aumentar la supervivencia lo estamos consiguiendo", ha explicado Massutí. "Pero, por otra parte, los médicos de salud pública, los epidemiólogos, tienen una visión más amplia, más global, y cuestionan el coste-efectividad para el sistema sanitario de implementar un cribado con tanta baja dosis en la población fumadora", ha continuado.
Si bien hay informes de las agencias evaluadoras sobre las ventajas de estos cribados y hay "unas indicaciones europeas que instan a los Estados miembros a tener iniciativas en este sentido", Massutí ha hecho hincapié en que "es un tema polémico".
Preguntados sobre los biomarcadores en oncología, Massutí ha subrayado que "uno de los motores del cambio en el cáncer de pulmón ha sido la identificación de los subtipos moleculares", ya que "esto abre las puertas a nuevos fármacos".
En este punto, ha explicado que España vive una situación "paradójica", ya que, recientemente, se financiaban fármacos dirigidos a subtipos específicos, pero sin tener en cuenta las herramientas de diagnóstico.
"Han pasado 10 o 12 años desde que el sistema incorpora en la cartera fármacos dirigidos a un subtipo de cáncer que hay que determinar o que hay que llegar al diagnóstico molecular y, sin embargo, hasta ahora el sistema se había mantenido al margen de cómo se obtenía este diagnóstico molecular", ha lamentado Massutí. "Es decir, teníamos fármacos financiados para enfermedades minoritarias, pero que era necesario diagnosticar para poder prescribir el fármaco y los decisores del sistema miraban a otro lado sobre cómo se obtenía el diagnóstico", ha explicado, para añadir que la cartera ha iniciado este servicio "casi 15 años después de que la necesidad existiera". En este mismo sentido se ha expresado Provencio, que ha destacado que el marcador es "algo definitivo", no "accesorio".