El profesorado está saturado. Cada vez se le pide más a la escuela. El coronavirus lo ha complicado todo mucho, nos invade el desánimo y la desazón. ¿Y aún hay alguien que se atreva a pedir a los docentes un esfuerzo extra? ¿No vivimos ya desbordados por unos libros/temarios interminables?
Pues sí apreciados lectores, vengo hoy a tu pantalla a pedir más espacio para la historia local, comarcal y provincial. Una aclaración: soy profesor de secundaria en activo, trabajo en el IES Lloixa de Sant Joan. No hablo por hablar, no soy un experto distante, estoy cada día en el aula.
Desde esta circunstancia, desde esta posición, quiero hacer algunas propuestas concretas y razonadas. En mi opinión, se estudia en exceso la historia general de Europa, incidimos en contenidos muy generales y no siempre necesarios.
Antes de centrarnos en la historia local debemos hacernos una pregunta: ¿se explica historia de España en nuestras clases? Ofrecer una respuesta clara y contundente es, a mi modo de ver, difícil. No obstante me inclinaría a decir que no se trabaja en las aulas suficientemente el pasado de nuestro país.
El mayor tratamiento de la historia local que propongo debería venir de la mano de una mejora del currículum escolar que garantizara un mayor conocimiento de la historia de España en todo nuestro territorio.
Dicho esto, centrémonos ya en mis propuestas para introducir en las aulas la historia de nuestra Terreta alicantina, de nuestra comarcas, la historia propia de cada uno de nuestros pueblos y ciudades.
Hablemos primeros de las ventajas de implementar este cambio y comentemos más adelante qué necesitaríamos para hacerlo efectivo. La historia local es más próxima y más cercana. Es en parte más fácil de comprender al ser más concreta, ya que el profesor puede acudir a ejemplos y situaciones conocidas por los alumnos, vividas por ellos en su día a día.
La educación en valores, por ejemplo el respeto al patrimonio natural e histórico, se pueden trabajar mucho mejor usando referentes cercanos. ¿Qué sentido tiene conseguir que los alumnos conozcan los ríos más importantes de Alemania si no saben dónde está el Monnegre o el Vinalopó?, ¿De verdad sirve para mucho insistir en la necesidad abstracta de reciclar si no les ayudamos a saber dónde se sitúa el punto limpio de la ciudad en la que viven?
Yo soy de Crevillent, os daré otro ejemplo relacionado con mi pueblo. En mi localidad la gente siente mucho nuestra Sierra, la visita muy frecuentemente, es un escenario fundamental en sus vidas. Pues bien, nunca en biología o en geografía me hablaron de ella, me ayudaron a conocer sus plantas y parajes ni fomentaron en clase la necesidad de preservar su alto valor.
Bueno, sí, muy bien, bonita intenciones, buen artículo. Pero...¿Todo esto se puede hacer de verdad?, ¿Qué sería necesario para que la historia local llegara al aula?
Necesitamos varias cosas: más materiales accesibles y listos para ser usados en clase. Modestamente, desde la Asociación Solveig Nordström de historiadores de la provincia de Alicante que impulso, hemos puesto ya algunos a vuestra disposición. Los podéis descargar gratuitamente en nuestra web.
¿Qué más?: deberíamos conectar a las universidades y a sus investigadores con los institutos y realizar cursos de formación de profes sobre historia local. Se puede hacer mucho con pocos recursos.
Vamos concluyendo ya. En el siglo XXI debemos aspirar a desarrollar una pedagogía cercana. Comprender los problemas globales para actuar localmente es vital. Por todo ello, utilizar la historia local y llevar al aula la geografía más próxima puede ser una muy buena forma de estimular a nuestro jóvenes.
Lo propio, lo más nuestro, lo más cercano a nuestra Terreta alicantina y a sus comarcas merece ser puesto en valor. Partamos de la enseñanza de la historia local para cambiarlo todo. Sin fatigas ni cansancios pandémicos.
El futuro ya está aquí, Adelante Alicante.
Antonio Adsuar es fundador del proyecto-blog www.alicantinismo.com