He sostenido, sostengo y sostendré que Alicante debe implicarse más en la construcción del espacio político 'Comunidad Valenciana'. Ya hace prácticamente cuarenta años de la creación de las comunidades autónomas y en todo este tiempo nuestra urbe de Benacantil no ha contribuido lo suficiente a vertebrar un territorio complejo, alargado y a veces demasiado asimétrico, pero que también pesaría mucho en el conjunto de España si actuara más unido.
Considero que las quejas sobre el excesivo peso de la ciudad de Valencia en la Generalitat Valenciana son legítimas y no dejan quienes las lanzan de tener una importante parte de razón.
No obstante, hemos de ser positivos y apostar por sumar, no por dividir. En mi opinión existen elementos poco conocidos por los ciudadanos de nuestra capital de provincia que podrían ser puestos en valor y ayudar a articular mejor todo el conjunto de nuestro territorio.
Un ejemplo: ¿cuántos alicantinos saben que el “Síndic de Greuges”, una importante institución de la Generalitat Valenciana que se dedica a velar por el respeto de los derechos de las personas frente a las administraciones públicas valencianas, tiene su sede en Alicante, concretamente en la calle Pascual Blanco, número 1, en pleno centro? Muy pocos, diría sin miedo a equivocarme.
Además tenemos la suerte de contar al frente de esta institución con un alicantino, el socialista Ángel Luna.
¿Se podría aprovechar esta institución para acercar la Generalitat a las gentes de la ciudad de Alicante y de toda la provincia? Yo creo que sería una buena idea que no costaría demasiado esfuerzo ni dinero poner en marcha.
Sugiero algunas maneras de llevarla a cabo: se podrían planear, por ejemplo, visitas guiadas periódicas a la sede del Síndic con el objetivo de explicar el funcionamiento de este órgano; sería interesante asimismo organizaren este espacio algunas charlas de responsables de la Generalitat que vinieran a la ciudad a explicar las políticas del gobierno autonómico.
Se trataría a mi modo de ver de que la Generalitat contara en la capital del sur y segunda ciudad en importancia de la Comunidad con presencia institucional, no únicamente administrativa.
De esta forma se potenciaría el diálogo de los políticos con cargo autonómico con otras instituciones claves en la defensa de nuestras comarcas como son por ejemplo la Diputación o la Cámara de comercio.
Éstas ya realizan una importante y encomiable labor reclamando al gobierno de Ximo Puig más inversiones de la terreta. Pero se trata de ir más allá, de dialogar y concertar más, por el bien de todos los ciudadanos.
Pienso también que estas pequeñas formas de acercamiento permitirían a los cargos de la Generalitat conocer mejor nuestra provincia, visitarla más.
La Generalitat debe tener una continua agenda alicantina, más allá de las numerosas visitas del jefe de Consell, que son positivas y apreciadas.
Considero que tenemos pendiente, como ha afirmado en muchas ocasiones el presidente de la Diputación Carlos Mazón, una segunda descentralización autonómica, que refuerce las competencias de nuestras ciudades, que son las que atienden a los alicantinos en primera línea.
Antes de finalizar permitidme proponer otra idea: ¿Por qué no celebrar una de cada cuatro sesiones de les Cortes Valencianas en Castellón y otra en Alicante?, ¡Imaginación política al poder!
Voy concluyendo: como hemos podido comprobar en el contexto de esta cruel pandemia provocada por el COVID-19 la gestión autonómica es vital en muchos asuntos clave y lo será en el futuro.
Lo que ocurre en Valencia, las medidas que toma el Consell afectan y mucho a Alicante. Y, como dice un lema político clásico, “lo que a todos afecta a todos concierne”.
“Comunidad Valenciana” matters! Hagamos un esfuerzo desde Alicante por entenderlo de verdad y proponer nuestra visión del territorio, siempre desde el optimismo y la lealtad institucional.
