VALÈNCIA. Mariano Barroso volvió a València esta semana después de Los Goya: "Ya casi decimos "volvemos a Madrid" de todo lo que venimos", bromeó en la rueda de prensa. En esta ocasión, presentaba junto al Ayuntamiento el campus de verano que han impulsado con Netflix. Tras la rueda de prensa, Culturplaza aprovecha para hacer balance de la gala y preguntar por la actualidad de la Academia de Cine, a pocos meses de que acabe su mandato (previsiblemente).
- Ya pasados un par de meses desde Los Goya, vuelve a València.¿Qué balance que hace? ¿Para repetir?
- El balance es totalmente positivo a todos los niveles: audiencia, repercusión, en la ciudad… Con el impacto que tiene, tanto para nuestro cine, como para todos nuestros patrocinadores, como para la ciudad, todo el mundo querría repetir. Y cuando todo el mundo quiere repetir, pues es porque ha ido bien. Estamos muy contentos aunque seguro que habrá voces discordantes.
- El hecho de querer descentralizar un poco la gala, ¿viene más por una voluntad de la propia academia o porque los ayuntamientos en estos últimos años se han ofrecido más?
- Hay una voluntad de la Academia en abrirnos en ir a los lugares en los que nos recibe y en los que tenemos espectadores. No todos los espectadores están en Madrid, como casi siempre se hacía. Hay una voluntad de abrirnos, de recorrer los lugares donde, como decimos siempre, nos quieren.
- ¿Cómo se puede seguir descentralizando la Academia para que el audiovisual de otras regiones más periféricas no la vean como algo lejano?
- Bueno, justo con proyectos como este del campus de verano. En València y otros que tenemos también en mente. También estamos potenciando ahora las actividades en la ciudad de Barcelona. Es verdad que el grueso de la producción cinematográfica está en Madrid, pero hay muchos compañeros y muchas compañeras fuera de la ciudad. Tenemos que movernos todo lo que podamos.
- Residencias, campus… ¿Qué ha pasado para que este tipo de formatos sea más necesario en del audiovisual?
- Siempre ha sido necesario, lo que hay es una voluntad por parte de la Academia de atender esa necesidad. Son actividades que quizás hasta hace 15 años, antes de la gran crisis, no eran tan comunes, pero con el repliegue de las ayudas pública se han vuelto fundamentales para hacer viables algunos proyectos.
- Cuando preguntamos al audiovisual valenciano, dicen tener la sensación de que es más difícil llegar a los Goya por el simple hecho de que la película esté hecha en València, más allá de la calidad o no de la película. ¿Así funciona la Academia? ¿La respuesta es que hay que crear lobbies autonómicos para llegar a las nominaciones de Los Goya?
- La verdad es muy difícil decirte, ¿no? Yo no veo que lo tenga más difícil. No sé muy bien con quién has hablado, pero hay películas de todas partes que han ganado premios. Maixabel este mismo año, una película del País Vasco dirigida por una directora que vive en Edimburgo. Su anterior film fue La boda de rosa, que se rodó aquí con equipo valenciano…
- ¿Las academias regionales son una respuesta para crear lobbies autonómicos?
- Bueno, academias como la catalana son independientes de la nuestra. Son academias que llevan mucho tiempo y entiendo que se crean con el ánimo de integrar al colectivo de cineastas, que por naturaleza es muy disperso. Es muy difícil encontrarse físicamente, incluso.
- Entonces, ¿qué le diría al audiovisual valenciano para tener esa visibilidad que no sienten ahora?
- Yo a los cineastas valencianos, igual que a los andaluces y vascos les diría lo mismo que me digo a mí mismo: vamos a intentar hacer buenas películas lo mejor que podamos, que me consta que lo estamos intentando, aunque no siempre nos salga.
- Este año hay elecciones en la Academia ¿cómo encara este proceso?
- Se acaban de convocar. Hasta el 4 de mayo se pueden presentar candidaturas y yo creo que está muy bien que se presenten muchas candidaturas porque el cine español las necesita.
- ¿Y usted?
- Yo me puedo presentar pero no es mi intención. Aunque bueno, a lo mejor el 3 de mayo me da algo y lo hago.
- El Ministerio de Cultura hace unas semanas equiparó en la Ley del Cine cine y series, ¿cómo se puede adaptar la Academia a estas fronteras que cada vez son más difusas entre el cine, la televisión y las plataformas?
- Es fundamental potenciar todas las producciones que garanticen o que sirvan de apoyo a la identidad cultural, y creemos que sobre todo se da en la producción independiente. Historias donde hay algo intangible que no se traduce necesariamente en audiencia o en dinero, pero que hace crecer la identidad cultural y hay que protegerla. Ahí es donde yo trazaría la línea. no la separamos, va a servir solo para que proyectos internacionales vengan a España o podemos ser optimistas en que en que va a tener una repercusión real para creadores y creadoras de primera línea.
- El Spain Audiovisual Hub ya ha atraído producciones extranjeras a España. ¿Le da miedo que no llegue el audiovisual estatal?
- Podemos ser optimistas en que va a atraer rodajes y debe generar puestos de trabajo como ya está ocurriendo, pero también debe servir de soporte para esas producciones que fomentan nuestra identidad.
- Las productoras independientes se quejan de la definición que el Ministerio de Economía quiere hacer de ellas. ¿La Academia debe tomar un papel activo en este tipo de decisiones?
- La Academia tiene limitaciones y ventajas. Una de las limitaciones es que no podemos entrar en asuntos que generen un conflicto entre nuestros miembros, que son tanto el productor más pequeño y más independiente que hace la película como las grandes corporaciones. Los académicos tienen el mismo derecho.
- 2022 ha empezado con Alcarràs en Berlín, y Cinco Lobitos arrasando en Málaga. ¿Es optimista con la producción de este 2022?
- Sí, hay una generación de mujeres cineastas, y al mismo tiempo hay otras películas que se están rodando de directores y directoras ya más consagrados que aseguran que va a ser un buen año.
- Haga un balance del Año Berlanga. ¿Se podría reproducir la iniciativa con otros cineastas?
- Bueno, Berlanga es uno de los fundadores de la Academia y sigue siendo su Presidente de Honor. Por eso hemos hecho un esfuerzo excepcional durante dos años para reivindicar su memoria. Eso no quiere decir que no haya otros cineastas enormes dentro de nuestra historia que poner en valor, pero el sobreesfuerzo que se ha hecho no tenemos capacidad de reproducirlo anualmente. Solo para el Goya de Honor ya se nos ocurren decenas de nombres y solo podemos dárselo a una persona al año…