Malformaciones uterinas: qué son y cuál es su tratamiento  

Las malformaciones uterinas son congénitas y tiene origen en el desarrollo embrionario. Pueden afectar a la calidad de vida y a la fertilidad de la mujer. 

28/07/2022 - 

ALICANTE. El desarrollo normal del tracto reproductivo femenino implica una serie de procesos complejos, caracterizados por la diferenciación, migración, fusión y posterior canalización del sistema mülleriano que originará las trompas uterinas y el canal útero-vaginal (formado por el útero, el cérvix o cuello uterino y la parte superior de la vagina).

Las anomalías müllerianas se caracterizan por un fallo en el desarrollo de los conductos de Müller durante la vida intrauterina del feto.

Por lo tanto, se trata de alteraciones de desarrollo embrionario, no adquiridas, congénitas y que están presentes desde el nacimiento, pudiendo dar lugar a diferentes alteraciones genitales.

La mayoría de ellas afectan al útero, y se conocen como malformaciones uterinas.

¿Qué es un útero normal?

El útero es un órgano musculoso y hueco. Su fisionomía recuerda a una pera, pero ubicada al revés. Mide unos 8 centímetros de longitud y tiene un peso de 50 a 60 gramos, aunque es muy elástico y se expande mucho durante el embarazo, llegando a pesar más de 1 kg.

Aunque es un órgano único, podemos distinguir dos partes perfectamente diferenciadas del útero: el cuerpo, que es la zona más ancha y alta, y el cérvix o cuello, que es la parte inferior, más estrecha.

Se considera que un útero normal no tiene obstrucciones, crecimientos ni hemorragia interna. Debe estar compuesto por músculo liso con un centro hueco.

Algunas mujeres tienen un útero que se sale de estas características, tanto en su forma como estructura. Esto se conoce como una malformación o anomalía uterina, un término que abarca multitud de situaciones.

Malformaciones del útero más frecuentes

Según el Dr. Rodolfo Martín Díaz, jefe de ginecología de Quirónsalud Alicante y Torrevieja, se estima que las malformaciones uterinas "afectan a aproximadamente  el 5-6 % de la población femenina general”. 

Sin embargo, este porcentaje aumenta “al 8 % en población con problemas de fertilidad, al 13 % en pacientes con abortos de repetición y hasta el 20 % en pacientes con ambas cosas”.

El especialista de Quirónsalud Alicante también explica que existen numerosas clasificaciones sobre las anomalías uterinas, aunque la más práctica y sencilla  es la que tiene en cuenta tanto la  embriología como la etiopatogenia.

"Así se puede saber, no solamente la alteración en el útero en cuestión, sino también en otras partes del aparato genital". 

Algunas de malformaciones uterinas son:

  • Útero doble o didelfo.  Es una malformación poco común en la cual el útero tiene dos cavidades internas, perfectamente diferenciadas. Cada una de ellas puede llevar a su propio cuello uterino y a su propia vagina.
  • Útero unicorne. En este caso, solo se ha desarrollado la mitad del útero, que mide la mitad de un útero "normal" y solo tiene una trompa de Falopio. Debido a su forma, este tipo de úteros se describen como "con un cuerno". Se trata de una condición rara.
  • Útero bicorne. En lugar de tener forma de pera invertida, el útero tiene forma de corazón, porque cuenta con una hendidura profunda en su parte superior. Por eso se conoce como útero con "dos cuernos".
  • Útero septado o septo. El interior del útero está dividido por una pared muscular o fibrosa conocida como septo, que puede parcialmente en el útero o llegar hasta el cuello uterino. Es el tipo de malformación uterina más habitual.
  • Útero arcuato. Se asemeja bastante a un útero normal, pero tiene una caída o una pequeña hendidura, en la parte de arriba. Es una anormalidad bastante común, y en ocasiones puede tratarse con cirugía.

A estas malformaciones podemos añadir otra condición congénita rara, la agenesia uterina, caracterizada por la ausencia completa del útero.

¿Cómo se puede saber si un útero está sano?

Cuando hablamos de malformaciones uterinas, resulta difícil concretar. Y es que, existen anomalías de menor gravedad que no producen infertilidad y que no llegan a ser detectadas nunca.

Además, sólo en casos aislados o graves, la malformación irá acompañada de síntomas como dismenorrea, reglas irregulares o, incluso, la falta total de sangrado.

"Algunas malformaciones uterinas son totalmente asintomáticas y se diagnostican durante una revisión ginecológica normal. En otros casos, la mujer presenta ausencia de menstruación, o menstruaciones abundantes", comenta el Dr.  Rodolfo Martín.

Respecto a la relación entre malformaciones de útero y fertilidad, es una realidad, aunque no en todos los casos.

"Algunas de estas malformaciones pueden producir abortos en el primer y segundo trimestre de embarazo, partos pre-termino y presentación fetal anómala", añade el jefe de ginecología de Quirónsalud Alicante y Torrevieja.

Respecto a las técnicas de diagnóstico para este tipo de anomalías, las más habituales son las pruebas de imagen, como la ecografía transvaginal.

En los últimos años, ha cobrado especial importancia la ecografía 3D. Esta prueba es sencilla, rápida, no invasiva, indolora y accesible para casi todas las pacientes.

En los casos en el que el diagnóstico puede crear dudas, los expertos pueden optar por la resonancia magnética o por la histerosalpingografía o HSG. Esta última es una prueba de rayos X que permite comprobar el estado de las trompas de Falopio y la cavidad uterina, y debe realizarse justo al final de la menstruación (mediados de la fase folicular, previa a la ovulación), cuando las capas superiores del endometrio han sido expulsadas y la cavidad uterina está en las condiciones óptimas para su evaluación.

¿Qué terapias o tratamientos se utilizan para tratar las malformaciones uterinas?

Los estudios actuales nos dicen que el tratamiento quirúrgico es la mejor alternativa para corregir los úteros septos o subseptos y mejorar los resultados reproductivos.

La intervención es sencilla, se realiza de manera ambulatoria y la paciente es dada de alta en el mismo día.

"En cuanto a todas las otras malformaciones, no podemos afirmar lo mismo", concluye el Dr. Martín Díaz de Quirónsalud Alicante y Torrevieja.

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