Hay personas que se creen por encima de los demás por el hecho de ser quien son, casi al estilo de los faraones de Egipto, como si los dioses les hubieran imbuido de un aura que les hace merecedores de la distinción y la superioridad respecto al “populacho”. A algunos políticos, y no solo a Zaplana les pasa eso. Y a algunas personas que no se dedican a la política también.
Por ejemplo a aquellos que a pesar de que está prohibido fumar en determinados sitios, fuman, o a los que aparcan donde está prohibido aparcar. También se creen por encima de los demás o como si algunas leyes y normas no fueran con ellos, aquellos que se aprovechan de determinadas situaciones para sacar ventaja. Leáse forrarse con la necesidad en una pandemia mundial comisionando fuera de todo sentido común por llevar y traer material imprescindible en esos momentos o como se hizo por aquí en otras épocas “cargando” la cuenta de la visita de un papa.
Estoy convencida de que esas personas lo hacen, entre otros motivos porque creen que están por encima de los demás y “merecen” esa vida.
El dinero y el poder, a partir de un nivel, es droga pura adictiva y ansiosa que por supuesto no da la felicidad, más bien lo contrario porque esas personas siempre quieren más poder y más dinero. Lo de yonki del dinero que dijo aquel era la frase que resume qué pasa por la cabeza de esas personas. Lo explicó muy bien en su libro de igual título Sergi Castillo con el retrato de las diez grandes historias de la corrupción valenciana.
Les recomiendo un repaso de estas historias para entender por qué Zaplana ni siquiera entendió a la mujer en la Ciudad de la Justicia cuando le dijo “haga la cola”, pero también para comprender qué lleva a personas que podríamos decir que no pasan precisamente penurias a saltarse todo y querer más.
Hablo de corruptos pero también de actitud ante la vida. Sentir que por nacer en un sitio u otro tienes más valor o más derechos o por tener más dinero o menos, incluso por ser más inteligente o más guapo es absurdo.
Vox argumentaba ayer su voto en contra de tramitar una iniciativa Iniciativa Legislativa Popular para la regularización extraordinaria de más de 500.000 personas extranjeras en España diciendo que es “sentido común” porque no quieren que “España deje de ser España y se convierta en Argelia o Marruecos”.
Se trata de una propuesta que parte de la ciudadanía y que apoyan e impulsan organizaciones que trabajan con personas migradas incluida Cáritas. Lo que pasa es que a VOX le parece bien lo que diga la iglesia siempre que diga lo que le parece bien…
Una iniciativa legislativa popular es lo más democrático que existe, a mi juicio, en nuestro sistema de propuestas legales. Han sido 7000.000 personas con nombre DNI y residencia legal en España las que han hecho esa propuesta. No se crean que es fácil llegar ahí que las firmas se comprueban así como los datos. Y lo que se propone eso sí, es de sentido común y es que más de medio millón de personas que ya viven en España lo hagan con los documentos que les permitan ser contratados, ganarse la vida y tener una vivienda y una existencia digna. Como los demás.
Pero claro si te crees que eres superior al otro no ves esto como yo.