Los mercados de renta variable se vieron gravemente afectados la semana pasada por los temores a una desaceleración económica y por la corrección de las operaciones de carry trade. Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, analiza la situación a través de tres cuestiones.
1. ¿Por qué fue tan grave la venta masiva?
La corrección de las operaciones de carry trade podría haber desempeñado un papel más importante en la venta que la preocupación acerca de que la Fed haya mantenido los tipos de interés demasiado altos durante demasiado tiempo aumentando el riesgo de recesión en EEUU. Durante años, los inversores han podido pedir dinero prestado en Japón a tipos de interés extremadamente bajos y utilizar esa financiación para beneficiarse de un arbitraje entre tipos de interés y revalorización del capital comprando bonos del Tesoro, créditos o incluso acciones estadounidenses.
Cuando el Banco de Japón subió los tipos antes de lo previsto y aumentó la presión para que la Fed relajara su política monetaria, el tipo de cambio entre el dólar y el yen cambió de dirección y el yen se apreció hasta un 14% frente al dólar en menos de un mes. Cuando el yen se depreciaba, el carry trade funcionaba bien porque los activos en dólares estadounidenses ganaban valor en yenes. Sin embargo, cuando se invirtió la tendencia, los prestatarios de carry trade tuvieron que hacer frente a peticiones de márgenes que provocaron la liquidación forzosa de activos y una volatilidad extrema en otros activos relacionados.
2. ¿Se han debilitado realmente los fundamentos?
La economía estadounidense sigue gozando de muy buena salud, con un crecimiento de las ventas finales a compradores domésticos privados de entre el 2,5% y el 3,5% en cada uno de los cuatro últimos trimestres. El crecimiento del empleo en EEUU sigue siendo fuerte en un contexto histórico, y el aumento de la tasa de desempleo en julio hasta el 4,3% refleja probablemente un aumento de la inmigración y de los solicitantes de empleo, más que una disminución de las oportunidades de empleo o un aumento de los despidos. De hecho, el último informe JOLTS mostró que los despidos involuntarios del 0,9% de los puestos de trabajo en junio fueron los más bajos desde que comenzó a realizarse la encuesta en 2000 (empatados con los observados en 2022). Además, los últimos datos reafirmaron la fortaleza del sector servicios estadounidense, con un aumento del índice ISM de servicios hasta 51,4 en julio desde 48,8 en junio.
3. ¿Deberían los inversores vender el rebote o comprar la caída?
La venta masiva fue excesiva y probablemente represente una oportunidad para que los inversores a largo plazo aumenten selectivamente su exposición a la renta variable. Los mercados mundiales de renta variable se han revalorizado considerablemente en los últimos años. Sin embargo, el índice S&P 500 ponderado por igual no ha subido en absoluto desde principios de 2022, a pesar de las expectativas de que el crecimiento de los beneficios probablemente comience a acelerarse de forma inminente, y el índice Russell 2000 cotiza a niveles de principios de 2021. Para los inversores que miden el rendimiento en años, las caídas indiscriminadas como la observada en la última semana pueden representar grandes oportunidades si los fundamentales no han cambiado.
La encuesta trimestral de la Reserva Federal de Nueva York sobre el endeudamiento de los hogares publicada la semana pasada fue alentadora, según Temple, ya que la deuda de los hogares sólo aumentó un 0,6% en el segundo trimestre. La morosidad grave (más de 90 días de retraso) de los préstamos al consumo se mantuvo estable, la morosidad de las hipotecas disminuyó ligeramente, mientras que los préstamos para automóviles se mantuvieron estables y los préstamos para tarjetas de crédito se deterioraron marginalmente.
Esta semana, el foco se dirigirá a los datos de inflación y ventas minoristas de julio en EEUU. Se espera que el IPC general y el subyacente aumenten un 0,2% intermensual, así como un 3,0% y un 3,2% interanual, respectivamente. "El IPC de junio fue importante, ya que fue el primer mes en el que la inflación de la vivienda se desaceleró. Estaré atento al IPC de este mes en busca de pruebas de que la inflación de la vivienda ha disminuido de forma sostenida, tal y como indican series de datos privadas como el Índice de Alquileres Observados de Zillow. También estaré ansioso por ver dónde se estabiliza la inflación de los servicios ex vivienda y ex energía tras las lecturas sorprendentemente bajas de mayo y junio", comenta. Por otro lado, las previsiones apuntan a que las ventas minoristas crezcan ligeramente. "Cualquier debilidad importante podría reavivar los temores a una ralentización del consumo y a un aumento del riesgo de recesión", subraya.
En Europa, se espera que el PIB del segundo trimestre de la zona euro crezca un 0,3% intertrimestral y un 0,6% interanual. Aunque el crecimiento de 30 puntos básicos sigue siendo débil, sería el trimestre más fuerte desde el tercero de 2022, recuerda el estratega de Lazard. Los mercados vigilarán también la lectura preliminar del PIB del segundo trimestre, el IPC y las ventas minoristas de julio en Reino Unido. "Los mercados valoran actualmente en un 42% la probabilidad de que el Banco de Inglaterra recorte los tipos 25 puntos básicos en la reunión de política monetaria de septiembre y en más del 100% en la de noviembre. Si la inflación de los servicios no se desacelera lo suficiente, es probable que se revisen las expectativas", comenta.
Por otro lado, China presentará esta semana una serie de estadísticas económicas que probablemente muestren una debilidad continuada, según Temple. La pasada, el gigante asiático informó de que la inversión extranjera directa (IED) volvió a terreno negativo por segundo trimestre consecutivo, que el IPC aumentó un 0,5% interanual, el Índice de Precios al Productor (IPP) se mantuvo en deflación por vigésimo segundo mes consecutivo, las exportaciones crecieron un 6,5% en julio, frente al 10,7% de junio, y las importaciones se incrementaron un 6,6% frente a una contracción del 0,6% el mes anterior.
"En los últimos meses, la economía china parece haber perdido el poco impulso que tenía a principios de 2024. El único punto positivo ha sido la producción industrial impulsada por las exportaciones. Con los socios comerciales cada vez más agitados por la percibida falta de voluntad china para abordar la deficiencia de la demanda doméstica, me preocupa que el único pistón que está disparando en el motor económico chino pueda tambalearse", sostiene.