El pasado miércoles, 5 de julio, las redes sociales, todas, se inundaron de un breve manifiesto denunciando "el retorno de la censura que está atentando contra la libertad de expresión, un derecho consolidado social y democrático en nuestra Constitución". Eso, en todos los idiomas del país. En otro de los carteles que se han exhibido estos días bajo el lema "STOPCENSURA" se ponen ejemplos de sucesos de antes de las últimas elecciones locales y autonómicas, de mucho antes. En julio de 2022, Blanca Li, directora artística de los Teatros del Canal anunció la retirada de la programación de Muero porque no muero, un monólogo heterodoxo del dramaturgo Paco Becerra sobre Santa Teresa de Jesús. El partido de Abascal aplaudió la decisión con las manos y con las orejas. Se montó una controversia de dimensiones casi planetarias hasta el punto de que la SGAE, que había premiado la obra, organizó una lectura compartida en otro espacio, la sala Berlanga, para desagraviar lo que casi todo el mundo entendió como censura: Julieta Serrano, Ana Belén, Aitana Sanchez Gijón, Gloria Muñoz y Nathalie Poza. El ejemplo por tanto es una metáfora retroactiva de lo que muchas compañías de artes escénicas, artistas plásticos y músicos piensan de lo que está por venir tras el ascenso, notable, de la ultraderecha.
En el cartel sí que se ponen ejemplos mucho más recientes. Por ejemplo el veto a la representación de Orlando, de Virginia Woolf, en Valdemorillo, municipio madrileño gobernado por PP/Vox y donde la Concejalía de Cultura ha recaído en el segundo partido citado, concretamente en Victoria Amparo Gil Movellán, a quien no tengo el disgusto de conocer. Orlando, que leí hace cien años, es el viaje a través de varios siglos de un joven bello que va mutando de sexo y género (no confundir). Visionaria Woolf en la pre-formulación del feminismo contemporáneo, incluso en la teoría queer (sexo/género líquido, mutable). Intuyo que la versión de Valdemorillo sería innovadora. Desde hace ya muchos años domina la corriente de readaptar a los clásicos con códigos contemporáneos, algo que en España se inventó Calixto Bieto , y otros, tanto en ópera como en teatro, con el fin, entre otros, de atraer nuevos públicos para La Cultura (en mayúsculas).
No es de extrañar por tanto que empiece a imperar cierto grado de terror en los ambientes culturales ante una posible victoria de Núñez Feijoo en las generales del próximo 23 de julio en compañía de Santiago Abascal. El argumento en los medios de la derecha, y del centro-derecha, es que los que braman son todos "rojos" que viven del pesebre a través de las programaciones de las instituciones públicas. La derecha civilizada calla (u otorga, no lo sé). Muñoz Molina advertía el otro día en El País de que el futuro conseller de Cultura en la Comunidad Valenciana, el extorero Vicente Barreda, ejecutó hace tiempo una especie de encuesta en una red social para que sus amigos y followers (seguidores) optaran por un nombre para un caballo que acababa de adquirir: Duce o Caudillo. ¿Qué cabe esperar de este personaje?, se preguntaba el autor de El Jinete Polaco. Más terror.
El breve manifiesto STOPCENSURA fue repicado por bastantes conocidos a los que no cito no vaya a ser que les ponga en un compromiso. Y, muy significativo, contó con likes (me gusta) de gestores culturales de tronío de la Comunidad Valenciana que tampoco cito por si las moscas. Ya ven: me auto-censuro; tarea del todo inútil porque estoy plenamente convencido de que Vox tiene su propia stasi para elaborar los listados pertinentes. También albergo la convicción de que Carlos Mazón, persona sensata y liberal, sabrá poner freno: igual me tengo que tragar la convicción, glup.
A los pocos días de las elecciones me encontré con C., director/a de una de las compañías teatrales más conocidas de la provincia, incluidas sus intervenciones en calle. No quiero ni revelar su sexo. "Antonio, esto es una catástrofe porque nosotros también tenemos microespectáculos didácticos sobre igualdad y violencia de género y trabajamos para las concejalías de Igualdad y Acción Social.....¿Qué va a pasar en los pueblos y ciudades en los que Vox ha entrado a gobernar?". Preocupación laboral bajo la premisa "abascaliana" de que hay que desmontar todos los chiringuitos que difunden la "ideología de género". Yo creo que hay ciertos abusos en esto muy puntuales, en las contrataciones. No es el caso de C. desde luego. Pero de ahí a reducir todo a un gran chiringuito....Hay peores chiringuitos, sobre todo de constructores y proveedores de pérgolas (Alicante, Caso Pérgola). Siguen estando a la orden del día, llevándose los bocadillos, o bolígrafos (Caso Tito Berni) en crudo. Todo por la Patria. Y por Mario Vaquerizo, con camiseta de La Legión y estampado de Cristo agonizante.
CODA: No sé que pensará de todo esto Josi Alvarado que "estrena" en Las Cigarreras de Alicante Llévame a Benidorm, humor, ternura y mucho amor, con unas críticas muy positivas allá por donde ha transitado. La dirección corre a cargo de Celia Morán y el reparto lo conforman Rocío Solís y Alejandra Guiol. Próximo miércoles día 12 a las 19 horas. Josi también acaba de ser elegida por la SGAE, con cinco proyectos más, para producir Adelas y Bernardas. Está que se sale. Bueno, sí que sé lo que opina de todo esto: mejor que lo diga ella, que ya lo dice en sus textos sin cortarse un pelo.