PETRER. Nacido en Madrid, el primer lugar de la provincia alicantina en el que se estableció fue en Benámer (Muro de Alcoy). El artista Chemi Galiano fijó allí su taller, donde comenzó a sacar a relucir la parte más humana del hierro oxidado, con ayuda de sus hijos, que incluso le traían las piezas, dándole un repunte social. Actualmente, afila su vena artística desde su rincón en Petrer. Precisamente acaba de inaugurar, este pasado mes de diciembre, su última exposición, ‘Seres de colores en una sociedad gris”, que podrá visitarse durante tres meses, hasta el 16 de marzo, en la oficina de turismo de Petrer.
“Si no te cuidas, y piensas que las necesidades están fuera, va a ser complicado”. Así de claro lo tiene su autor. Un hierro en desuso con uso social. Ese es el principal camino que se marca el artista madrileño afincado en tierras alicantinas. Él mismo se define como escultor de metal, arte reciclado y comprometido con causas sociales. La primera parte deriva de sus once años de experiencia en carpintería metálica y soldadura, oficio que le ha permitido asentar las bases de su arte. A partir de 2006 trabaja y colabora en el sector de la discapacidad y otros colectivos en riesgo de exclusión social. Solo de la fusión de estas dos pasiones se puede comprender a Chemi. “En mitad de la sociedad gris, tenemos que parar, observar y sentir: en esta sociedad que corre, en la que vamos perdidos, estresados, hay seres de colores, personas que son invisibles, que no tienen voz, la gente que duerme en la calle. A ellas hay que darles color y ponerles identidad”. A pesar de que, como él mismo reconoce, siempre tiene presente el metal, en esta última muestra indaga con otras técnicas, como la pintura y la fotografía, incluso pensando en la performance. “Veo una sociedad, sin ser pesimista, en depresión. Mucho azucarillo con mensaje y libros de autoayuda. Si no existiese la situación, no necesitaríamos esto. Hay una falta de conexión con el todo”.
Este es por tanto el leit motiv que le ha impulsado a dar forma a su último trabajo. Una labor, por supuesto, donde no falta el gran mensaje social, y donde incluso conviven piezas de la muestra ‘Musas y guerreras’, sus famosas y preciosas amazonas, con las que visibiliza a la mujer del siglo XXI. “Es como una especie de tránsito entre el último tema que trabajé, el de la violencia de género, acercándome a otros asuntos que me preocupan, como el cuidado del planeta y el ingenio de coger cosas usadas, su reutilización”. En este sentido, el Chemi de ahora es más activista que artista, como él mismo confiesa, con la primera profesión “a flor de piel”. Aunque ambas aptitudes van siempre de la mano. Como trabajador social, compagina su labor en la Asociación sin ánimo de lucro de Paralíticos Cerebrales de Alicante, en Sant Joan, con la función de coach que ejerce desde la Fundación Emplea, que ha traído hasta Petrer.
“Me he centrado estos últimos meses en la creación de proyectos dirigidos a desarrollar vías negocios que tengan que ver con la empleabilidad de colectivos, sobre todo en riesgo de exclusión social”. Entre las iniciativas en las que colabora, destaca Recox, un servicio de recogida de residuos no peligrosos a empresas, premiado hace un año como Mejor Proyecto Eco-sostenible por el CEEI Alcoy-Valencia. Pero también su compromiso con el Programa de Excelencia, de Isra García, una iniciativa sin ánimo de lucro dirigida a potenciar a desempleados de 36 ciudades de todo el territorio español. “Hicimos un curso hace año y medio con él, aquí, en Alicante. Es impresionante ver cómo catorce personas nos dejamos la piel en este proyecto”, reconoce Chemi.
Unas personas, con nombres y apellidos, a las que él ‘rescata’, por segunda vez y en sentido metafórico, a través de su arte. “El metal lo tengo siempre en la cabeza, el hierro oxidado. Pero, para dar forma a la figura del ser humano, también uso otro tipo de textura, que da un toque más dramático”. Amante también de lo abstracto, Chemi no deja de reinventarse. “Ahora quiero que el que hable también sea otro tipo de material”, insiste. De momento, ‘Seres de colores en una sociedad gris’ tiene previsto viajar hasta Mallorca. “Me lo plantearon desde la Fundación Emplea; también quiero llevarla a Elda”. Un arte con mucho significado y, sobre todo, con más alma, como su creador.
Las personas que se ‘instalan’ en los cajeros, el sufrimiento de los niños que mueren en orfanatos y el conflicto bélico. De esta mirada reflexiva surge el arte de Chemi. “Yo creo que podría haber sido corresponsal de guerra”. Y es que su preocupación por el tema social se desata hace un tiempo. Concretamente, durante 2005 y 2006, cuando Chemi viaja como voluntario a Etiopía y Colombia, de donde surge la necesidad de “materializar” estos proyectos físicamente. “En eso debe consistir el activismo, en hacer cosas”. Su arte es una vía de escape a este “aplastamiento” social especulativo dirigido a “dejarnos dormidos”, recuerda.
Desde febrero de 2015, su trayectoria ya suma cerca de 80 exposiciones. Un trabajo que nace de la catarsis “sentimental” del artista autodidacta Chemi Galiano, recordamos, en la oficina de turismo de Petrer hasta el mes de marzo.