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#análisisAP su estrategia pasa por hurgar en la financiación del PSPV-PSOE

Los ojos del PPCV están puestos en Luis Barcala: puede ser alcalde de Alicante

8/04/2018 - 

ALICANTE. En este tipo de situaciones suele estar César Sánchez: en el lugar y la hora indicada, y sin hacer ruido. Pero esta vez le ha tocado al portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alicante, Luis Barcala. Aunque es la izquierda la que hace números para investir a la socialista Eva Montesinos como alcaldesa, una vez dimita este lunes Gabriel Echávarri, Barcala también puede ser alcalde de Alicante. Es más, en su entorno, se cuenta con ello. Es, en estos momentos, cuando parte del Botànic pasa por momentos bajos, con los supuestos casos de financiación irregular de PSPV y Bloc en 2007, cuando Barcala mejor está manejando los tiempos para intentar que alguien se despegue de la candidata socialista a base de hechos no probados o aliados comunes en las filas de izquierda. Es el único que le puede dar una alegría al PP mientras todo el país contempla asombrado el escándalo de Cristina Cifuentes, o Ciudadanos crece imparable ante las encuestas.

Barcala y su equipo han visto en el caso de la financiación irregular del PSPV un filón, pese a que el caso de 2015, el que él intenta explotar no está judicializado. En el primer arreón, la semana pasada, con la aparición de Josep Ramón Tiller -persona que trabajó en la agencia Crespo Gomar-, de figurante -que sepamos- en las campaña de Gabriel Echávarri, y de la futura alcaldable, Eva Montesinos, ya logró su objetivo: titulares y dudas del portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón.

Al parecer, Barcala tiene más munición e irá soltándola conforme se acerque el pleno de investidura. La gran sospecha está ahora en saber cómo se pagó la campaña de Gabriel Echávarri en los convoyes de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, otro dardo que el portavoz popular, bregado en luchar desde la segunda fila, puede hacer saltar por los aires en cualquier momento.

En estos momentos, Barcala está jugando a una doble estrategia: la primera, es esta: intentar sofocar posibles aliados del PSPV en la investidura sacando a relucir los posibles pufos socialistas; la otra, con ese mismo mensaje, y todo lo que sale en la prensa regional, cortocircuitar un hipotético respaldo de Ciudadanos a la candidata socialista, algo que también ha conseguido. 

En público, Barcala no recurre al caso de la supuesta financiación irregular, sino que utiliza el argumento de la parálisis y el fracaso del tripartito de izquierdas para que no haya dudas en la formación naranja. El mensaje de la financiación se lo deja a Mari Carmen de España. Ahora, la excusa ya no es que esté o no Echávarri, el argumento de peso del portavoz popular es que persistir en un alcalde del PSOE, se pueden volver a repetir los errores de éstos tres últimos años. Y lo ha conseguido. El pasado jueves, la portavoz de Ciudadanos, Yaneth Giraldo, tuvo que dejar claro que su formación no respaldaría a la candidata del PSOE mientras estuviera el caso de Crespo Gomar y la financiación del Bloc de por medio.

Al igual que el PSOE, Barcala también busca desestabilizar a los dos no adscritos: el ex de Ciudadanos, Fernando Sepulcre, muy en la órbita de la Diputación de Alicante y quién sabe con algunos coqueteos con el PSPV -siguiendo la estela de Alexis Marí- y la ex de Podemos, Nerea Belmonte. Belmonte quiere perdón, cariño y, a ser posible, un sueldo. Eso a la izquierda le genera dudas; el PP, en cambio, sí lo tiene que hacer lo hace, sin pudor alguno. Ejemplos, hay unos cuantos a lo largo de la historia.

Barcala sabe que el debate de quién será el candidato a la Alcaldía no está cerrado. Es ahora la gran oportunidad. El tema de Alicante lo ha pospuesto todo. Se comienza a hablar de València, pero Alicante y Castellón están en el aire. Sabe que si coge ahora la Alcaldía será el cabeza de cartel en 2019. Pero la lucha no se juega sólo en el PP. También en Ciudadanos, el gran objeto de deseo de la próxima campaña, si se confirman las encuestas.

Y los mismos que están empujando a Barcala a asumir la Alcaldía lo están haciendo a condicionar la batalla de Ciudadanos, lo cual nos retrotrae al inicio del mandato, cuando el partido naranja fue un hervidero de nombres para ser colocados a sueldo en la Diputación de Alicante merced al pacto de investidura que se firmó. Y, curiosamente, algunos de ellos ya suenan como candidatos en la lista municipal de Cs, pese a que el secretario de Organización, Fran Hervías, ha dicho por activa y pasiva que hasta febrero de 2019 no hay nada.  Dos batallas en una que quizás a Barcala no le convienen a ahora; quizás en el futuro, pero que alguien -con intereses comunes, quizás porque coincidieron antaño en la misma bancada- lo está arrastrando ahí.

Queda tiempo para resolver el enigma de Alicante. El PP puede tener una oportunidad con Barcala... y eso le puede costar al PSOE más de una concesión si quiere amarrar la Alcaldía. Hay partido. Y Barcala, y sólo Barcala, le puede dar una alegría al PPCV.

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