Algunos de los veladores instalados en la plaza de Gabriel Miró.ALICANTE. El plan de ordenación de veladores de Gabriel Miró, acordado a través de un decreto del exconcejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón (Guanyar), días antes de presentar la renuncia a sus competencias, suscita el rechazo de las dos principales asociaciones de hosteleros de Alicante: Alroa, que agrupa a los empresarios del ocio; y APEHA, que representa a los hosteleros de la provincia. Los dos colectivos pretenden registrar este viernes sendos escritos de alegaciones contra la nueva regulación en los que, según las fuentes consultadas, solicitan que se deje sin efecto. Esa petición incluye su suspensión con carácter inmediato, como medida cautelar mientras se resuelve el fondo de sus alegaciones.
Como publicó este diario, la regulación planteada a través de ese decreto prevé liberar el espacio central de la plaza con la pretensión de proteger su valor patrimonial y el de los ejemplares arbóreos existentes. Además, mantiene los permisos para todos los restaurantes y locales de la plaza pero reduce su superficie de ocupación en un 15%. Y, por último, reduce el horario de autorización para la actividad de velador hasta la 1:00 horas, todos los días de la semana y durante todas las épocas del año.
A grandes rasgos, las dos asociaciones de empresarios del sector coinciden en considerar que resulta innecesario reordenar la instalación de las terrazas de los establecimientos de la plaza si la medida se pretende justificar en una supuesta saturación o en la existencia de problemas de ruidos. Como mínimo, a juicio de Alroa, esas dos hipótesis no son reales. "En Gabriel Miró, esos problemas no existen: ni hay exceso de locales ni existen denuncias vecinales; es más, los vecinos están de acuerdo en que se instalen terrazas porque son conscientes del abandono en el que se encontraba la plaza hace unos años", explicaron sus portavoces.
Alroa pide que el plan de ordenación se deje sin efecto y que se acuerde su suspensión cautelar mientras se resuelven sus alegaciones
En esta línea, descartaron también que la instalación de las mesas suponga ningún daño para la plaza en sí misma. "Todo lo contrario, los hosteleros se encargan de que ese espacio se mantenga en condiciones para la comodidad de sus clientes; si no estuvieran los veladores, estamos seguros de que habría más suciedad por la caída de hojas, por ejemplo", incidieron. "No nos oponemos a cualquier medida que obligue a retirar los veladores para dinamizar la plaza: actividades lúdicas, actos culturales, etc. Pero que no reduzcan los veladores sin más porque no son un problema", recalcaron. En la plaza se contabilizan menos de una decena de establecimientos: Los Mejillones, La Sastrería, El Tapenot, Enso Sushi, La Pizzería de Correos y Plaza Canalla.
Los representantes de Alroa precisaron que, la semana pasada, ya habían mantenido un primer encuentro con la nueva responsable de Urbanismo y Ocupación de Vía Pública, la socialista Eva Montesinos, en la que les emplazó a ceñirse al procedimiento administrativo y presentar alegaciones frente a la regulación municipal, si así lo consideraban oportuno. Como ha publicado este diario, la pretensión inicial de Montesinos era estudiar en profundidad las propuestas de regulación acordadas por su antecesor para analizar si resultaba necesario revisarlas en búsqueda de "un equilibrio".
En ese encuentro, Alroa planteó la posibilidad de estudiar otras alternativas a la reducción de veladores en puntos en los que se alegue que existe una saturación y problemas de ruido, como el entorno de la calle Castaños. Entre ellas, la instalación de pantallas antirruido de carácter retráctil como las que ya se están ensayando en Málaga, desde donde "se nos asegura que absorben hasta 20 decibelios las emisiones sonoras". Según las mismas fuentes, la regidora "nos invitó a presentar una solicitud oficial en esa línea para estudiar su coste y características y, así, poder determinar si se podía llevar a cabo una prueba", señalaron. En ese encuentro no se llegó a hablar de la propuesta de regulación de Castaños y calles adyacentes, ya que la planificación que se trasladó a los hosteleros "no se llegó a plasmar en ningún decreto" y, por tanto, "no tiene vigencia".
