VALENCIA. Expertos en el fenómeno del ciberacoso y del acoso escolar han advertido esta mañana en la Universidad Católica de Valencia (UCV) sobre los riesgos que supone que los padres no supervisen el uso que los niños hacen de la tecnología e Internet. Así, policías, fiscales de menores y psicólogos han participado en una jornada dirigida a profesionales de la Policía Nacional y estudiantes del Grado en Criminología de la UCV.
En el encuentro ha participado la profesora de la UCV, Ángela Serrano, codirectora del Máster Universitario en Resolución de Conflictos en el Aula de la UCV, que ha afirmado que “cuando un padre le da un móvil a un niño o le permite que utilice Internet sin ningún tipo de control parental, es como si le vendara los ojos y le hiciera andar por una autopista”.
En este sentido, Serrano ha subrayado que “la nula o escasa supervisión parental en el uso de tecnología e Internet es uno de los mayores factores de riesgo que existen para ser convertirse en víctima de ciberacoso”. “Tener el ordenador en la habitación del menor o en una habitación de uso exclusivo del mismo, es algo extremadamente peligroso”, ha alertado.
Para esta experta, otros factores de riesgo de las víctimas de acoso escolar son “la baja autoestima, la incapacidad para relacionarse con otros niños, el excesivo nerviosismo para manejar el estrés social, los rasgos físicos o culturales distintos, la discapacidad, la poca comunicación familiar, o la existencia de ley del silencio del grupo de compañeros, entre otros”.
En relación a los factores vinculados al uso de las nuevas tecnologías Serrano se ha referido a la falta de habilidades sociales en el plano físico que hacen que los niños se sientan más cómodos usando las redes sociales, así como “ser descuidado, olvidadizo en los hábitos de seguridad y excesivamente confiado en el uso de las tecnologías”.
Serrano ha disertado también sobre los factores de riesgo que actúan en los agresores de este tipo de actos y ha aludido, por un lado, a factores individuales entre los que se encuentran disfunciones neurofisiológicas; aspectos de tipo psicológico como un temperamento difícil, distorsiones cognitivas, impulsividad y falta de empatía; y algunos trastornos de personalidad, como el trastorno de control de los impulso o los trastornos de conducta propiamente dichos.
Por otro lado, Serrano ha citado los factores de tipo biosocial, como es el consumo de alcohol y drogas, “en los que los jóvenes se inician cada vez a edades más tempranas”; y los factores sociales, que incluyen cuestiones tan diversas como las prácticas de crianza inadecuadas o la desestructuración familiar”. A hilo de esto último, la ponente ha señalado que “haber presenciado o haber sufrido actos de violencia, tener un historial de fracaso escolar, estudiar en un centro escolar sin políticas claras contra el abuso y sin una metodología de tipo punitivo por parte de algunos docentes, son aspectos que contribuyen a acentuar este problema.
Asimismo, la profesora de Psicología de la UCV ha lamentado “la permisividad social hacia conductas violentas, en especial en los medios de comunicación”.
Igualmente, la responsable del máster de la UCV en resolución de conflictos en el aula Serrano, ha insistido en la importancia de “darle voz a la víctima. Se le ha de preguntar qué quiere, dónde se siente ella más cómoda y dónde cree que va a poder realizarse mejor socialmente”, ha añadido.
En este sentido, la ponente ha afirmado que “así como con el agresor tenemos que implementar un programa de ayuda para él -en habilidades sociales y mediante en estrategias de resolución de conflictos- a la víctima tenemos que darle su tiempo para que poco a poco vaya a sacando a la luz más situaciones”.
Carlos Escrihuela, fiscal delegado de Menores de la Fiscalía Provincial de Castellón, ha asegurado en el encuentro sobre bullying celebrado en la Universidad Católica de Valencia que los menores en edad escolar que han acosado a algún compañero y pasan por los tribunales, “no vuelven a incurrir en ese delito” gracias a la intervención que se realiza sobre ellos por parte de los juzgados y Servicios Sociales, que les conciencian sobre lo que han hecho.
Asimismo, Escrihuela ha reconocido que las denuncias por ‘bullying’ se han incrementado progresivamente con razón del uso de las nuevas tecnologías por parte de los menores, “aunque no tanto como para calificarlo de alarma social”. Según el fiscal de menores la convivencia de los menores se ha extendido fuera del ámbito escolar hasta sus casas a través de las redes sociales, de modo que “lo que antes se dirimía en ocho horas lectivas ahora se ha ampliado a 24 horas al día”.
De la misma manera, el fiscal de menores castellonense ha animado a los alumnos a denunciar el acoso que pueda estar sufriendo algún compañero: “Hemos de concienciar a los menores de que no pueden callarse ante una situación así. Han de acudir al profesional del colegio en quien más confíen, sea un profesor, el jefe de estudios o el director y contarlo”.
“La sensibilización en estos casos debe ser una preocupación de todos en el ámbito escolar, especialmente de los profesores, que deben estar muy atentos a los indicios de acoso que detecten. Esa tarea de prevención es esencial; al ámbito judicial nos llegan los casos cuando los hechos ya se han producido. Sólo podemos intentar hacer ver la gravedad de lo ocurrido al causante del acoso. Se trata, por tanto de una solución reeducativa que busca minimizar las consecuencias tanto para la víctima como para el agresor”, ha aseverado.
En ese sentido, Escrihuela ha subrayado que, una vez llegado un caso de acoso a los tribunales, la Ley del menor es “lo suficientemente amplia y flexible” como para adaptar la resolución del conflicto a las circunstancias personales de cada menor que haya incurrido en acoso.
En la jornada también han intervenido varios inspectores de la Jefatura Superior de Policía de la Comunitat Valenciana, que han abordado el trabajo que realizan ante el acoso escolar desde diversas perspectivas, como la intervención en entornos escolares, con menores y la investigación del ciberacoso.
Así, el inspector Luis Moreno, delegado de Participación Ciudadana de la Policía, ha señalado que el acoso entre menores a través del uso de soportes digitales “ha potenciado los casos y ha aumentado su gravedad”. Igualmente, se ha referido a que las investigaciones digitales y de los delitos informáticos suelen ser “bastante más complejas” que las de delitos comunes.
Por otro lado, Moreno ha incidido en la importancia de enseñar a los estudiantes el respeto a los demás: “en la medida en que somos capaces de que los menores asimilen este concepto estamos poniendo trabas a que el acoso escolar y el ciberacoso actúe y campe como está ocurriendo en toda España”, ha expresado.
Con este fin el Cuerpo de Policía realiza una labor preventiva desde el año 2007, ha expuesto el inspector, a través de charlas formativas en centros escolares a alumnos, profesores y padres.