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opciones sobre el futuro del edificio

Los entresijos de la compra del Ideal: una ecuación entre Baraka y el Consell (Alicante 'se borra')

29/01/2022 - 

ALICANTE. El futuro del edificio del antiguo cine Ideal queda convertido ya en una ecuación a resolver entre el Grupo Baraka y el Consell. La formalización de la compra por parte del holding de Trinitario Casanova, adelantada por este diario, deja al margen a la familia que ha venido administrando el edificio, con lo que cualquier decisión sobre su destino definitivo depende ya de dos únicos actores. Máxime, si se tiene en cuenta que el Ayuntamiento de Alicante se da por retirado de la operación, pese al acuerdo plenario aprobado en octubre de 2019 por el que se adoptaba el compromiso de intentar su compra

La renuncia a esa tentativa quedó confirmada este viernes a partir de las valoraciones ofrecidas por el alcalde, Luis Barcala (PP), sobre la adquisición del céntrico inmueble de la avenida de la Constitución por parte de Baraka. En una de las comparecencias públicas previstas en su agenda, el primer edil se limitó a mostrarse satisfecho de que la fisonomía del edificio quede conservada, independientemente de quién sea su propietario definitivo y del fin que pretenda darle. 

"La protección que tiene el inmueble, garantiza el respeto a su fisonomía y su presencia en la ciudad de Alicante; que en su interior, la actividad que se desarrolle sea de índole cultural, bienvenida sea, ya le dijimos a la Generalitat que si quería inversiones en la ciudad, esta era una oportunidad magnífica", dijo. "Y si tiene que ser una actividad privada, como un hotel, mientras se cumplan los parámetros del respeto al bien, pues también sería una forma de reactivar la zona y ponerla en valor; cualquier proyecto que sume, el ayuntamiento no pone a priori ninguna objeción, se trate de un proyecto cultural o de un proyecto hotelero o cualquier otra propuesta que lleve aparejado un beneficio para la ciudad o para el entorno", añadió.

¿Cuál de esas dos opciones principales se llevará el gato al agua? Por el momento, tanto Baraka como el Consell persisten en sus trece. El holding presidido por Casanova está dispuesto a defender su proyecto de hotel hasta las últimas consecuencias. Incluso queda abierto a la posibilidad de modificar su proyecto -y reducir el número de habitaciones si fuese necesario- para ajustar su propuesta a cualquier nueva condición de conservación que se le pueda requerir, después de que la Conselleria de Cultura remitiese un informe a la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante por el que conminaba a extender la protección del edificio a su volumetría y disposición interna.

En esta línea, Baraka continúa expectante a la respuesta municipal frente a licencia que solicitó en diciembre de 2019 para transformar el edificio en un hotel boutique singular, consciente de que el Ayuntamiento de Alicante no puede optar por el silencio eternamente. Así, por el momento, apuesta por la espera, después de haber ejercitado un contrato de opción de compra en el que quedaba expuesto a posibles penalidades en caso de incumplimiento. Como ya ha informado este diario, representantes de Baraka sostienen que el grupo no se habría planteado hasta ahora la posibilidad de revender el edificio a un tercer interesado, como podría serlo el Consell. Con todo, si por algo se ha dado a conocer el grupo a lo largo de su trayectoria en el sector es por aprovechar toda oportunidad de negocio a su alcance, así que nadie puede asegurar que la vía de la Generalitat esté descartada.

De hecho, fuentes del ejecutivo autonómico insistieron este viernes en que el objetivo de intentar la adquisición del inmueble sigue en pie sea quien sea su actual propietario. Para ello, el procedimiento ordinario a seguir requeriría que se plantease una oferta de venta, que se produjese una valoración por parte de la Generalitat y que, en el caso de que todo encajase, se diese el visto bueno a la compra. Y es lo que parece que se pretende poner en práctica. "Continuaremos tramitándolo todo con el objetivo de adquirir el inmueble porque consideremos que la ciudad se merece que se convierta en un espacio cultural de referencia", enfatizaron, además, portavoces de la Conselleria de Cultura consultados. 

Los planes del Consell para intentar la adquisición, planteados a lo largo de las dos últimas legislaturas, han implicado a tres departamentos autonómicos distintos

Otra cuestión es quién debe ser el brazo concreto de la administración encargado de ejecutar la compra: posiblemente, uno de los contratiempos que ha podido demorar cualquier planteamiento de adquisición, tanto en esta legislatura (con un Botànic conformado por PSPV, Compromís y Unides Podem EU) como en la precedente (con PSPV y Compromís). A priori, las competencias sobre la adquisición de bienes patrimoniales recaen en la Conselleria de Hacienda. De hecho, es la que se habría encargado de elaborar el informe de tasación preliminar para valorar el inmueble. Pero lo cierto es que la propuesta de compra ha pasado también por otros dos departamentos distintos: el de Cultura (como teórico destinatario y responsable de dotar de contenido al edificio, convertido en sede de la Filmoteca) y el de Participación y Transparencia (que habilitó el canal para que pudiese contemplarse la compra, a través del mecanismo de los presupuestos participativos). 

En ese trámite, la familia propietaria -que ya había concertado ese contrato de opción de compra en 2019, tras varios años de buscar comprador sin éxito- no ha dejado pasar la oportunidad de cerrar la operación con Baraka, sin esperar a escuchar cualquier otra propuesta alternativa que pudiese plantearse en un futuro indeterminado. De hecho, sus representantes han mantenido que, desde que trascendió el interés de la Generalitat, no se había producido ningún contacto para sondear un posible acuerdo.

Sea como fuere, la realidad es que, por primera vez, después de un primer mandato de ajustes presupuestarios sin margen para grandes inversiones, ahora sí existe una partida específica en los presupuestos autonómicos para seguir intentando esa compra (que ahora debería concertarse con Baraka) por un importe que asciende a 5,5 millones. Se trata de una suma que supera con creces el valor asignado al inmueble en la tasación elaborada por el Ayuntamiento, de unos 1,6 millones. Y también es superior a la tasación elaborada por la propia Conselleria de Hacienda, que oscilaría entre los 1,5 y los 1,8 millones en función de si se considerase que el edificio tiene un uso terciario como oficinas o como terciario comercial.

Con todo, no es menos cierto que la Generalitat sí habría podido cerrar un principio de acuerdo para adquirir otro edificio emblemático del centro de Alicante (al margen de la asunción de un tercio de las participaciones de la comunidad de bienes propietaria del Teatro Principal, con un desembolso de 3 millones). En este caso, se trata de la compra de  la sede central de Correos en la Plaza de Gabriel Miró, que podría hacerse efectiva por un importe próximo a los 5 millones -casi una cantidad equivalente a la reservada para el Ideal- sin que esa adquisición haya figurado a través de los presupuestos participativos. Sencillamente, había interés, se planteó la oportunidad (junto a la de otros edificios de Correos en València y Elche) y se decidió aprovecharla, según concretan fuentes de la Generalitat. En este caso, la negociación ha sido mucho más discreta. Y, a priori, también más fácil, al plantearse con una sociedad estatal como interlocutor. 

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