ALICANTE. El Consejo de Colegios de Economistas de la Comunidad Valenciana, Coeva, ha realizado su trigésima edición de Los Economistas Opinan, patrocinada por el Banco Sabadell. La encuesta realizada por los Colegios de Economistas de Alicante, Castellón y Valencia, ha recogido la opinión de los colegiados de las tres provincias, con el objetivo de analizar la situación económica actual.
En la presentación que se ha realizado en el Colegio de Economistas de Valencia, han estado presentes el Presidente del Consejo y Decano del Colegio de Economistas de Valencia, Juan José Enríquez; el Vicepresidente del Consejo y Decano del Colegio de Economistas de Castellón, Jaime Querol; y el Tesorero del Consejo y Decano del Colegio de Economistas de Alicante, Francisco Menargues.
Esta encuesta, según ha explicado el Decano del Colegio de Economistas de Castellón, Jaime Querol, ha sido realizada entre el 7 y el 21 de noviembre de 2022, ha contado con la participación de 855 colegiados, concretamente, 482 de Valencia, 305 de Alicante y 68 de Castellón. Con el objetivo de obtener una perspectiva generalizada se ha contado con diferentes perfiles profesionales, tanto en cuanto a la edad, como a su desempeño profesional tanto en el sector público como privado, así como personas en situación de desempleo y jubilados. Todo ello con el objetivo de ofrecer una visión independiente de este estudio.
La valoración acerca de la economía en la Comunitat Valenciana, y sobre todo, en la española vuelve a caer a los niveles de post pandémicos donde se veía la recuperación con escepticismo. En relación a la valoración de la economía valenciana coincide completamente con la española, situándose ambas en un 4,10 sobre 10, ha señalado el Decano del Colegio de Economistas de Alicante, Francisco Menargues.
La situación personal económica de los propios profesionales encuestados presenta un claro deterioro respecto a encuestas anteriores, puesto que en esta edición, la opción de los que se encuentran peor se ha situado en un porcentaje del 48% frente al 30,27% de junio de 2022 y el 25,09% de diciembre de 2021. De hecho, en la encuesta de hace seis meses, la opción de los que se encontraban en una situación profesional igual (con un 45,71%), era por la que más economistas se decantaron.
Asimismo, aumenta el porcentaje de los economistas que consideran que la Comunitat Valenciana se encuentra en peor situación que hace un año, puesto que pasa de un 35, 81% en diciembre de 2021 a un 66% en diciembre de 2022. En la encuesta del pasado junio la percepción negativa ya se hacía palpable, pero ha ido en aumento en los siguientes meses, según ha insistido Menargues.
Las previsiones para los próximos meses también van en la misma línea de pesimismo. Así, la previsión a seis meses de la economía de la Comunitat Valenciana pasa de un 4,85 en junio de 2022 a un 4,00 en diciembre de 2022; y la española, de un 4,49 en junio de 2022 a un 3,80 en diciembre de 2022, es decir, que la economía española desciende de una manera más contundente que la autonómica.
Menargues ha señalado, en lo que se refiere a la pregunta periódica acerca de los principales problemas de la economía de la Comunitat Valenciana, que la inflación encabeza el ranking de manera contundente con un 69,11%, aunque le sigue de cerca, el precio de los combustibles con un 48,05% y el tema que es recurrente en todas las encuestas, la inadecuada dimensión y estructura de la empresa valenciana con un 40, 87%, una tendencia ya se empezaba a reflejarse en la encuesta de junio de 2022. Respecto a hace un año, difiere el dato de la inflación que en diciembre de 2021 ocupaba el quinto lugar con un 35,47% y en la actualidad ha doblado prácticamente ese porcentaje. Otro dato que destaca es que el paro, hace un año tenía una puntuación del 41,35% y en la actualidad, pese a la creciente inflación se ha situado en un 29,80%.
La inadecuada dimensión y/o estructura de las empresas valencianas continúa encabezando las preocupaciones de los economistas valencianos que no ven que estas parcelas mejoren a través de los años.
Para el Decano del Colegio de Economistas de Valencia, Juan José Enríquez, todos estos factores han propiciado que los costes empresariales se hayan disparado para todo el tejido empresarial de la Comunitat Valenciana, pero afectando de manera diversa a cada territorio en función de su tipología de empresa. Pese a que a nivel autonómico los sectores más afectados son la industria, agricultura, comercio y construcción, Castellón registra las cifras más altas en industria (4,24 sobre 5) y en agricultura (3,76), en el caso de Alicante se sitúa por delante de las otras provincias en turismo (2,77) y en servicios (2,86).
Ante esta situación, se plantearon a los colegiados varios supuestos de evolución de la curva de inflación. Mayoritariamente consideraron que, pese a que España es el único país de la Unión Europea que ha empezado a moderar la curva de inflación, esta situación constituye un espejismo y se volverá a la situación de inestabilidad de los meses precedentes. Además, mayoritariamente afirman que la inflación va a durar entre los 12 y 24 meses.
Por otro lado, salvo excepciones, las revisiones salariales no están alcanzando los porcentajes de la inflación actual, por este motivo se ha preguntado a los colegiados cual consideran que será el impacto que tendrá este proceso inflacionario sobre los salarios reales.
La mayoría de los encuestados considera que la pérdida de poder adquisitivo de los salarios va a tener un impacto muy importante sobre el consumo, y que los salarios reales van a sufrir un fuerte deterioro que no se recuperará ni en el largo plazo.
Ante el escenario tan complejo que arroja la inflación es importante abordar cómo deben ajustarse las decisiones y acuerdos a esta situación. A los colegiados se les planteó como deberían variar las decisiones en torno a los salarios privados, las pensiones, los salarios públicos, las prestaciones no contributivas y los precios públicos, en torno a tres barómetros: por debajo de la inflación, al igual que la inflación y por encima de la inflación.
En los casos de pensiones o prestaciones no contributivas, casi se reparten por igual las opiniones de quienes consideran que deben incrementar igual que la inflación que quienes consideran que debería reducirse. Por el contrario, en el caso de los sueldos es más generalizada la opinión de que se deberían incrementar menos que la inflación, especialmente en el caso de los salarios públicos.
En los precios públicos es donde mayor diferenciación se registra porque se considera con un porcentaje del 72,19% que los precios públicos deben incrementarse por debajo de la inflación; en el caso de los salarios públicos el 66,67% de los encuestados considera que deben incrementarse por debajo de la inflación, siendo de esta opinión un 55 % en el caso de los salarios privados.
Respecto a la subida de los tipos de interés impulsadas por el Banco Central Europeo consideran que principalmente afectarán al mercado inmobiliario y automovilístico.
Enriquez ha indicado que España aún no se ha recuperado de la situación prepandémica por lo que la subida de los tipos de interés perjudica la situación aún más” y aunque no es fácil de combatir la inflación “el aumento de los impuestos tampoco es bueno. De hecho, ahora que se ha señalado que Valencia es un magnifico destino para vivir, con estas medidas impositivas de la Generalitat conseguimos ahuyentar el talento, y que opten por vivir en otros lugares”.
Menargues, ha apoyado la misma afirmación y se ha referido a los impuestos que se implantarán próximamente como el incremento de la cotización de los autónomos o el impuesto al plástico, mientras “seguimos sin poner soluciones a la excesiva dependencia que tenemos de otros países y que nos está castigando.”
En este sentido, Querol ha incidido en la grave situación en la que se encuentra la industria castellonense, donde “dado el consumo intensivo del gas, pero donde seguimos sin recibir ningún tipos de ayuda, porque mientras en Italia que tienen una situación similar ya se están dando subvenciones en España aún se está pensando cómo se va a ayudar, y mientras el tejido empresarial sigue su proceso de deterioro”.
En conclusión, los economistas de Alicante, Valencia y Castellón se muestran muy pesimistas, ya que a lo largo de esta encuesta han manifestado una caída drástica de las expectativas y consideran que la situación inflacionista tardará al menos dos años en estabilizarse.