ALICANTE. El Partido Popular de Alicante viaja al congreso de Madrid con muchas incógnitas abiertas. Al menos, tres. Y dependiendo de quién gane, Soraya Sáenz de Santamaría o Pablo Casado, los acontecimientos de podría precipitar en el futuro más inmediato: la confección de las candidaturas. Los tres duelos están claros: el de Orihuela, donde la actual dirección provincial y la secretaria general del PPCV no quieren al actual alcalde, Emilio Bascuñana, posicionado con Pablo Casado, y de ganar Soraya, se impulsaría a Francisco Sáez, actual concejal del PP a la Alcaldía.
En el caso de Alicante, Luis Barcala es el alcalde, pero se ha posicionado con Pablo Casado. De ganar Soraya no es descartable que el hombre preferido por la dirección provincial, el ex subdelegado del Gobierno, José Miguel Saval, vuelva a aparecer en las quinielas para liderar la lista local de Alicante.
Y la tercera, la Diputación de Alicante. Si gana Casado, César Sánchez saldrá muy reforzado e, incluso, podría repetir en Génova, donde hasta ahora tiene puesto y despacho; pero si gana Soraya, pueden aparecer nuevos actores para el cargo en el Palacio Provincial de Alicante, una de ellas, la oriolana Eva Ortiz, cuyo nombre ha empezado a sonar esta semana en los mentideros políticos como revulsivo si la cuestión interna se enquista. Ortiz podría repetir como concejala en el Ayuntamiento de Orihuela -puesto que ya ocupó entre 2003 y 2011- y como número dos de Sáez, su preferido para liderar la lista a la Alcaldía en sustitución del actual primer edil Emilio Bascuñana.
El de Ortiz es un nombre que está encima de la mesa, que además podría tener más protagonismo si Soraya Sáenz de Santamaría se alza con la presidencia y, al igual que Sánchez con Casado, le da protagonismo en la sede de Génova. Es más, Ortiz ha dejado en los últimos años la gestión en un segundo plano y ha preferido labrar su carrera en los bastidores del partido. Desde el último congreso es la número dos del partido en la Comunitat Valenciana y ejerce, además, de persona de confianza de José Císcar y de Isabel Bonig.
Pero todo está en el aire. La victoria de uno candidato u otro puede trastocar muchos planes. Incluido el debate sobre la futura dirección provincial del PP de Alicante: los roces, los trapos sucios de la campaña interna y las acciones de los equipos colaboradores han desgastado las relaciones entre los diferentes referentes del partido, sobre todo, en las jornadas previas a la votación del 5 de julio. El sector de Pablo Casado sigue pensando que la dirección ejerció mucha presión en determinadas agrupaciones y se trasladaron mensajes desafiantes a algunos sectores de la militancia en favor de los votos para Soraya Sáenz de Santamaría. Este clima, de no ser reconducido, con la elección del nuevo presidente o presidenta del PP, podría provocar acontecimientos en el futuro. Incluido el nombre de José Císcar. Pero antes se deben celebrar las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019 que pueden ser otro imput que condicione los acontecimientos futuros.