ALICANTE. El sector del drone, que ha comenzado a implantarse en la provincia de Alicante a través de iniciativas tanto privadas como públicas, ha encontrado en los distintos aeródromos repartidos por la provincia un importante aliado. No en vano, la presencia del aeropuerto internacional de Alicante-Elche en las inmediaciones de las dos ciudades que le dan nombre obliga a respetar una serie de restricciones para la utilización de estos aparatos no tripulados que eviten incidentes con los vuelos comerciales.
Como adelantó Alicante Plaza, la patronal del metal de Alicante, Fempa, ha puesto en marcha un proyecto para favorecer la creación de una industria del drone propia en la provincia, a través del curso oficial de piloto de drones y el acompañamiento a las startups que en torno a este sector florezcan a raíz del curso. Una iniciativa a la que se han sumado la Universidad de Alicante (UA) y la Universitat Politècnica de València, que han lanzado este año sus propios títulos de piloto.
Todos ellos se encuentran con el mismo problema: un drone no se puede volar en cualquier lugar, ni de cualquier manera, para no infringir las normas de navegación aérea en el entorno de un aeropuerto internacional que el año pasado recibió más de 12,3 millones de pasajeros. De esta forma, se han comenzado a cerrar acuerdos de colaboración con algunos de los aeródromos que operan en la provincia, para que sirvan de campo de vuelo a los nuevos pilotos durante sus clases prácticas. Fempa, que ha tomado la delantera en este campo, ya ha cerrado acuerdos con varias de estas instalaciones, según confirman fuentes de la patronal del metal. Así, aeródromos como el de Catral o el de Benejama ya se han prestado a servir de base.
Al margen de estos aeródromos, la provincia ofrece al menos otros dos con buenas condiciones para servir al mismo fin: el de Alcocer de Planes y el de Mutxamel, donde tiene su base la empresa de helicópteros Babcock MCS Spain (antes conocida como Inaer), que es el de mayor dimensión. Los aeródromos de Villena y Salinas están destinados a emergencias y el de Castell de Castells tiene uso forestal. Más al sur, habría que acudir al de San Javier, en Murcia, de uso militar y, según la franja del día, también comercial.
Precisamente el aeródromo de Mutxamel colaborará con la UA en su propio curso de piloto de drones. El rector de la universidad, Manuel Palomar, y el presidente de European Flyers, Luis Miñano (ex de Inaer), han cerrado un acuerdo para utilizar las instalaciones en el curso de piloto de drones de la UA, que arranca el próximo 7 de febrero, impartido por la Escuela Politécnica Superior y dirigido por el catedrático Guillermo Bernabeu, del departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal.
Miñano, al frente de la mayor escuela privada de pilotaje del sur de Europa, con bases en Cuatro Vientos (Madrid) y Mutxamel, señala que el sector de los drones es uno de los más dinámicos en estos momentos, y que en los próximos años se va a demandar una gran cantidad de pilotos. "Además de saber pilotarlos, el futuro radica en formar operadores en las nuevas aplicaciones de estos dispositivos", destaca.
Por el momento, el interés en formarse en este sector resulta evidente, ante la gran acogida que han tenido todos los cursos puestos en marcha en los últimos meses. Sin ir más lejos, Fempa va a convocar en cuestión de semanas la segunda edición de su curso, tras agotar las plazas del primero, según fuentes de la organización. "El objetivo es que el alumno salga del curso con su habilitación oficial como piloto y además, si así lo decide, también con su empresa recién creada 'bajo el brazo', incluyendo trámites, comunicaciones previas, declaraciones responsables oportunas y demás requisitos obligatorios para poder operar en tiempo récord, de manera efectiva y totalmente legalizada en el mercado".
Las empresas alicantinas ya usan drones para el mantenimiento de instalaciones, la edificación o rehabilitación, los tratamientos aéreos fitosanitarios, la extinción de incendios, las labores de vigilancia de instalaciones operaciones de búsqueda y salvamento, e incluso grabaciones de videoclips, spots o películas, además de eventos o acontecimientos deportivos. Sin olvidar la vertiente puramente lúdica, que ha atraído a muchos aficionados al aeromodelismo 'tradicional'. La legión de aficionados a los drones alcanza a hobbies tan diversos como la cetrería, los deportes, la caza... e incluso ya hay programadas carreras internacionales de drones.
Como ejemplo del tirón del sector entre las startups, un proyecto que pretende utilizar los drones para la construcción y minería se ha proclamado vencedora de la primera edición de 'Petrer Emprende', impulsada por el Ayuntamiento de Petrer a través de la Concejalía de Desarrollo Económico. Antonio Bedmar y Daniel Gutiérrez, de Secondcor, se han alzado con el primer premio de 2.000 euros con un proyecto tecnológico que plantea una solución para usar drones de manera profesional para construcción, minería y topografía, asegurando la captura de imágenes sin necesidad de conocimientos ni habilidades especiales.