En política y derecho se utiliza un eufemismo ridículo para decir mentira. Se dice en positivo, "falta a la verdad". He contado ya alguna vez que soy de letras. Los estudiantes de mi generación, que somos de la LOGSE, expresamos así que en secundaria nos decidimos por la rama de humanidades y somos algo torpones con los números.
Ahora, con la edad y leyendo y escuchando a gente que sabe mucho, he descubierto que las ciencias y las letras no están separadas en realidad, sino que las separamos artificialmente para poder estructurar diferentes asignaturas y hacer un poco más accesible el conocimiento.
Bueno, pues con estos antecedentes me dispongo a analizar datos muy sencillos e intentar poner en evidencia algunas mentiras, falsedades, medias verdades o manipulaciones numéricas que se están produciendo.
Hay un soniquete insistente el de los políticos de esta y otras comunidades autónomas, que señalan que la ocupación de las UCI en los hospitales, también en Elche, están al 50% o 60% de su capacidad. Y por otra parte, escucho a los sanitarios decir que están al 200 o al 300. Hacemos cuentas y vamos a ver si nos salen los números.
El Hospital de Elche cuenta habitualmente, cuando no había pandemia, con 12 camas de UCI. Ayer miércoles teníamos a 38 personas con Covid-19 en la UCI del Hospital General. Es decir, en el Hospital General están al 260% de su capacidad, no al 60, y repito, soy de letras.
En la primera ola se ampliaron las camas UCI a 22 y ahora se ha llegado a tener UCI para covid y UCI para el resto de enfermedades con las camas que haga falta y donde sea necesario y el personal está haciendo lo que saben hacer, lo que necesita el paciente y lo que pueden. Pero no se puede utilizar este Plan de Contingencia para decir que están al 60% de su capacidad porque no es cierto, o sea, es mentira.
Independientemente de la cama, los aparatos, los respiradores, monitores y demás, cada paciente requiere de varios profesionales que tienen prácticamente su vida en sus manos. Personas que trabajan con una presión inmensa durante muchas horas, que están alargando turnos, sin días libres, sin vacaciones y con una vida detrás de la puerta del hospital. ¿Eso dónde sale en los porcentajes que nos dan de camas?
Nos quejamos el otro día de la médica que mintió y dijo que la capilla se utilizaba como morgue, pero los primeros que no han sido claros en las cifras han sido los que están gestionando la pandemia. La información debe ser veraz pero también completa, clara y comprensible. Y si hace un mes tener una tasa de incidencia acumulada de menos de 200 era asumible porque lo grave era de 200 en adelante, no pueden decir ahora con una tasa de incidencia acumulada en Elche de 1.200 casos por cada 100.000 habitantes, que está todo controlado.
No lo está. Está disparado y sin contención. No buscamos culpables, ya sabemos lo inaudito de la situación, las dificultades que este virus nos está poniendo y la gravedad y complejidad de lo que nos está pasando.
Pero si queremos desmontar negacionistas o alarmistas hay que ir con las cuentas claras y la verdad por delante. Entre los mentirosos que buscan protagonismo y los que no cuentan la verdad se entiende que al final, la gente, los lectores, oyentes o espectadores nos metan a todos en el mismo saco y no se crean nada. Con esta actitud se acaban creyendo a cualquiera que se mete en el hospital con un teléfono, graba una sala de espera vacía y asegura que no hay covid y que no hay nadie ingresado en los hospitales.
Empecemos por llamar a las cosas por su nombre y lo que no es verdad es mentira.