Ahora que estamos en uno de los meses de verano, muchos son los que elegirán como destino y diversión alguna de las extraordinarias playas que hay en España. Entre ellas, una de las mejores es la playa de San Juan de Alicante.
A veces he escuchado comparar esta playa con las de Río de Janeiro ó las de Cannes. Después de visitar hace años unas y otras puedo decir - sin temor a equivocarme - que la playa de San Juan nada tiene que envidiarlas. La primera ciudad es famosa por su carnaval, seguramente de los mejores del mundo; y la segunda, por su glamuroso festival de cine. Pero sus playas no son las mejores. Sus defensores, que vengan a Alicante y lo comprueben por sí mismos que los alicantinos, y quien quiera disfrutar de ella, ya lo hacemos.
Y eso que la playa que conocemos hoy poco tiene que ver con la playa de hace décadas. Pasó de ser una playa virgen donde se bañaban los caballos, a despertar el interés de muchos por emprender acciones y construir viviendas cerca del mar. Eran los años de principios del siglo XX. Empresarios del calzado de Elda, industriales del textil de Alcoy y de actividades diversas de Alicante empezaron a construir sus casas blancas junto al mar, algunos verdaderos palacetes de verano. A esto se añadió la inauguración del trenet de la Marina desde Alicante a Villajoyosa (1911) y hasta Denia (1915) para animar el interés empresarial por las muchas oportunidades que había para emprender en la costa. Ahora les cuento algunas, tan desconocidas como interesantes.
En los últimos años del reinado de Alfonso XIII con el Gobierno del General Primo de Rivera (1923-1930) se iniciaron gestiones, a través del Ayuntamiento de Alicante, para desarrollar urbanísticamente esta playa respetando su paraje natural. El proyecto era construir un balneario a pie de arena y junto a la orilla, hoteles, ... El Arquitecto Juan Vidal Ramos participó de una comisión para su estudio. Pasaron los años entre análisis de repercusión urbanística, coste, financiación, …..
Posteriormente, el Alcalde republicano Lorenzo Carbonell tomó las riendas de una nueva iniciativa para emprender en la playa de San Juan y también en lo que es hoy la playa Muchavista y el Cabo de la Huerta. Era otro proyecto ambicioso promovido por el socialista Indalecio Prieto que encontró en Alicante su lugar para veranear - como actualmente lo hace el ministro Duque en Jávea y el vicepresidente Iglesias en Benidorm -. Prieto reconoció en el litoral alicantino grandes oportunidades para desarrollar en la costa.
Indalecio Prieto, entonces ministro de obras públicas, presentó el 27 de enero de 1932 en las Cortes un proyecto para fomentar el turismo en la playa de San Juan porque " es magnífica en su extensión y soberbia para el reposo". Para esto, desde el Ayuntamiento de Alicante se convocó un Concurso Nacional dotado con 25.000 pesetas para recibir propuestas en este sentido. Su anteproyecto lo ganó el arquitecto Pedro Muguruza. Este arquitecto decía de la playa de San Juan que “multitud de veces he recorrido toda su vega, toda su playa; los altibajos que ponen un matiz de cambiantes en la fisonomía del contorno; cada lugar pelado, desierto o salvaje, era para mí un recuerdo de puntos de otros países peor dotados, convertidos en mansiones principescas, en zonas de recreo, campos de deportes, focos de atracción y ejemplos de vida pacífica”.
Se proyectó una ciudad satélite y turística separada de Alicante, un barrio residencial nuevo y distinto a los que se había construido con anterioridad. En primera línea se proyectaba una franja verde de libre acceso para todos, detrás chalets de planta baja y una altura, después chalets de dos alturas y detrás edificios de apartamentos con varias alturas. Estaba previsto construir un muelle para embarcaciones de recreo, un hotel balneario municipal, pistas de tenis, piscinas de natación y campos de golf, un pequeño aeródromo, estadio, una residencia para pensionistas ferroviarios, así como dependencias municipales. Se proyectó hacer tres hoteles, dos para atraer al turismo de calidad y otro más para el turismo popular y más modesto.
Todo estaba amparado por la Ley Prieto que declaró al proyecto de utilidad pública para facilitar las expropiaciones de terrenos, si hubiera que hacerlas. Con la aprobación del proyecto por parte del Gobierno, Manuel Azaña inauguró - el 25 de junio de 1933 - el inicio de las obras de la carretera de la costa de la que aún queda buena parte de su desarrollo al iniciarse en las cercanías de la Albufera, la avenida de Niza, Jaime I el conquistador hasta la calle San Bartolomé en Campello.
Por el interés de ese Ministro por este proyecto, la Corporación Municipal decidió denominarlo “Ciudad Prieto”, concediendo a Indalecio Prieto Tuero la Medalla de Oro de la Ciudad el 3 de Julio de 1936. En la Mención que presentó el Alcalde Lorenzo Carbonell se dice que “llegó a Alicante, descubrió nuestro sol, conoció nuestro temperamento, instigó nuestra inercia, nos indicó sus afectos y nosotros debemos proclamar los méritos de este hombre extraordinario (...). A este hombre ilustre, que no ha nacido aquí, de quien no hemos solicitado nada, a quien no hemos hipotecado nada y el cual generosamente nos ha traído un espíritu y una idea de lo que Alicante puede y debe ser…”.
Este proyecto se paralizó con la Guerra Civil española y después no tuvo continuidad. Durante el franquismo se construyó sin una planificación concreta y dando prioridad a sacar el mayor rendimiento al suelo de cada parcela construyendo muchas alturas sin respetar la primera línea para edificaciones más bajas. Así fue naciendo la urbanización de la playa como hoy la conocemos, con un concepto más popular y accesible para todos sin exclusividades de ningún tipo.
Sin embargo, a pesar del urbanismo salvaje, la playa de San Juan sigue siendo una de las mejores del mundo, de fina arena y aguas cristalinas. Así es.