Corredora y pequeñas tiendas / PEPE OLIVARESELCHE. La pequeña y mediana empresa suele ser uno de los objetivos que hay detrás de cada plan de crecimiento o modernización de las distintas instituciones. Es el tipo de compañía que más habita el tejido económico nacional, por lo que siempre hay distintos niveles de capacidad, y no tener el poderío de las grandes empresas hace que cueste más que se sumen al impacto de las nuevas tecnologías, por ejemplo. La Asociación de empresas de servicios Elche y comarca (Aesec) ha realizado un informe sobre el estado de las mismas a nivel local y ha detectado cuáles son los principales problemas que frenan su crecimiento: entre ellos, la falta de entendimiento con el cliente o la perspectiva que se tiene respecto a la importancia de la tecnología.
Sobre esta última, el estudio de la patronal de servicios arroja que existe una coyuntura generacional en la que conviven tres generaciones definidas por la tecnología, obviamente también en las compañías. Un choque generacional que se hace patente a la hora de abordar este aspecto en el mundo empresarial: mientras que los jóvenes ‘no entienden nada’ que no esté en una app, están los adultos cuyo mundo gira más entorno a un navegador e Internet y luego los más mayores, quienes no terminan de manejar los ordenadores, sumidos en un mundo totalmente analógico.
Según la asociación, “esto condiciona la forma de relacionarse y ver el mundo y los negocios. Eso, además, se transmite a todos los aspectos de la relación con los clientes” y van más allá, aseveran que incluso a la hora de facturar a los clientes tienen que adaptarse a si prefieren el formato impreso o una factura electrónica desde el software de gestión en la nube, algo que sobre todo a los más mayores se les puede escapar. No obstante, precisamente sobre la relación con el cliente, otro de los impedimentos que se encuentran las pymes para su crecimiento es el de no entenderse con este. Desde Aesec explican que “muchas empresas ven como se frena en seco su crecimiento, debido a las malas relaciones con sus clientes”.
Estas, a su vez, tienen su origen en tres limitaciones básicas: no se responde en tiempo al cliente, incapacidad de ejecutar las entregas en el tiempo establecido y no se comprende el encargo del cliente y no se gestionan sus expectativas. Un compendio de circunstancias que luego dan lugar a peores retrasos y pérdidas de tiempo. Este y el de la tecnología son los dos principales problemas que se encuentran estas compañías para avanzar y crecer. Sin embargo, la patronal ha detectado otras limitaciones, como directamente, y la que puede parecer más obvia, una mala gestión del negocio.
Las empresas no disponen de los recursos o capacidades necesarias para gestionarlo correctamente, algo que tiene su traslación directa en lo mencionado al principio y que se está viendo en su dificultad para adaptarse a las nuevas tecnologías, a su vez, ligado también con la generación. Por último, otro de los principales problemas es la falta de objetivos, ya que los negocios continúan por inercia, y esa inercia los vuelve ineficientes, algo que se ve más descaradamente con el avance de la competencia.
