Lo que dice la encuesta de DyS sobre si se celebraran las elecciones en la ciudad de Elche no es nada diferente al resto de sondeos que se han publicado a nivel estatal o autonómico: la marca PSOE está tocada y Vox está disparado. Y gracias a ello, hoy, el PP podría asumir la Alcaldía de Elche.
Ya hace tiempo que las elecciones se juegan a bloques, y el sondeo de DyS viene a decir que el bloque del centro derecha ganaría con holgura merced a la movilización de los votantes de Vox, que son los que desequilibran la balanza. ¿Es definitivo? Claro que no, pero el sondeo es toda una oportunidad para el PP y un toque de atención para los socialistas. Posiblemente, en las venideras elecciones andaluzas veamos ese mismo escenario, quizás más exagerado. Lo que pase en los comicios locales de Elche en 2023 es clave porque se trata de unas de las ciudades en las que existe ya en 2019 existió poca diferencia entre ambos bloques. El PSOE y Compromís suman 14 ediles frente a los 13 de PP, Cs y Vox. Además, Elche suele ser un buen muestreo para el resto de la Comunitat.
El sondeo también deja datos curiosos, en la letra pequeña, y quién mejor sepa interpretarlos podrá tanto mantener este mismo escenario como virarlo. Por ejemplo, el PP sigue creciendo, tiene un trasvase del votos de Cs de un tercio (aproximadamente) y lo más importante, el grueso de los votantes de Vox repiten papeleta o vienen de la abstención. Se trata de un elector enfadado que acudiría a la urna con tal de acabar con el status quo existente. Es el como el voto de Podemos en 2015, pero en el perfil ideológico contrario.
En el otro bloque, pese a que el PSOE perdería dos concejales, mantiene una fidelidad de voto muy alta. Según el sondeo de DyS, apenas se dejaría 2.000 votos, pero la irrupción de Vox es tal que le penaliza. Compromís también mantiene una fidelidad de voto alta; es decir, no es que el bloque progresista pierda mucho, sino que es la movilización del electorado de Vox y, por tanto, el crecimiento del bloque de la derecha lo que le supera. Algo muy parecido a lo que sucedió en Elche en 2011: el PSOE repitió votos, pero la fuerza de la ola del PP se lo llevó por delante.
Para el PP, lo mejor es que la cosa se quede como describe la encuesta. Y en todo caso, sumar más voto desmovilizado de Cs. El votante de Vox, aunque en su día votara la papeleta popular, solo vislumbra esa opción como la única que puede cambiar las cosas.
En el caso del PSOE, si quiere retener la Alcaldía, debe lograr desmovilizar el voto de la extrema derecha. ¿Cómo? Pues es complicado porque ese tipo de sufragista vota en clave nacional, y no local, y por tanto, mientras la formación de Abascal no desvele los candidatos no podrá hurgar en esa herida. De seguir esa tendencia, los socialistas tendrán que esconder la marca y aplicar el ejemplo del PP en Andalucía: vota a la persona, y no al PSOE. Compromís resiste, pero en un escenario de máxima polarización se puede ver afectado. Tampoco debería confiarse.
Otro escenario sería repetir la fórmula de abril de 2019, pero con resultados diferentes. Que Pedro Sánchez adelantara elecciones, jugarse la victoria a la suma de PP y Vox, que ya dan algunos sondeos, y ver qué pasa. Si las municipales fueran dos meses después, de consumarse una victoria de la derecha en Madrid, no habría tanta movilización en mayo de 2023, como sucedió en el 2019. Los índices de participación entre una consulta y otra, hace tres años, tienen cifras muy diferentes. Por tanto, al PSOE, o a los alcaldables socialistas -y posiblemente al propio Ximo Puig- les interesaría una baja participación y con la papeleta de la Moncloa ya resuelta -máxime si Feijóo es presidente con los votos de la ultraderecha-, lo cual desmovilizaría y mucho al votante de Vox, y restaría posibilidades a aquellos aspirantes del PP que están en la oposición. Posponer las generales más allá de mayo de 2023 pueden convertir a las municipales en una primera vuelta del futuro de la Moncloa. Ahora bien, todo esto, como la política actual, es una elucubración: los éxtasis políticos suelen durar entre 3 y 5 meses. A saber qué pasa en un año, toda una vida en política.