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'Élite', el thriller adolescente que se va a convertir en tu nuevo placer culpable

La segunda producción española de Netflix está protagonizada por tres de los actores de La casa de papel

3/10/2018 - 

VALÈNCIA. El actor Miguel Herrán tuvo una revelación en Roma en abril de este año. A la puerta del hotel donde se estaban desarrollando las entrevistas del evento See What’s Next de Netflix, decenas de adolescentes se agolpaban en pos de un autógrafo o un selfie con sus ídolos. En cuanto lo vieron asomar empezaron a vociferar el nombre de su personaje en La casa de papel: “¡Río, Río!”. La serie de Antena 3, adquirida por la multinacional de visionado online para una tercera temporada, se había convertido en un fenómeno global.

De ahí su fichaje para la nueva ficción de la plataforma, Élite, al igual que los de Jaime Lorente y María Pedraza, Denver y Alison Parker, respectivamente, en la serie sobre el atraco en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Para internacionalizar su segunda producción original en España, qué mejor que contar con tres rostros conocidos del gran público.

“Son dos series que no tienen absolutamente nada que ver, así que es un regalo y una oportunidad única representar a personajes tan diferentes y en tramas tan distintas”, agradecía Lorente, que en Élite, interpreta a un chaval recién salido de la cárcel por robar coches.

 

Hombre rico, hombre pobre

Este thriller de nuevo cuño se estrena el 5 de octubre y está ambientado en un instituto exclusivo al que acuden los hijos de las familias más pudientes del país. Las tensiones surgen cuando el centro admite a tres estudiantes de clase obrera después de que su colegio se derrumbara por la mala praxis de un constructor.

La fricción entre dos extractos sociales tan dispares culmina con un asesinato.

La investigación policial, desarrollada de manera similar al éxito reciente de HBO Big Little Lies, combina drogas, violencia, corrupción, homofobia, enfermedades de transmisión sexual, animosidad social, conflictos raciales, amores imposibles y deseos inconfesables. Un culebrón en toda regla, pero políticamente incorrecto, bien fotografiado, interpretado y dirigido. Además de aliñado con una banda sonora en la que Rosalía convive con Bad Gyal, James Blake con La Bien Querida, y La Casa Azul con Christina Rosenvinge.

“Esta serie intenta romper con los prejuicios de clase y centrarse en que por mucho que nos hayamos criado en diferentes ámbitos, más allá de su extracción social, todos los personajes afrontan idénticos problemas”, destaca Miguel Herrán, que interpreta a un joven vivo, rendido a Instagram y el culto al cuerpo, al que poco le importan las notas, sino más bien relacionarse con el círculo de alto standing.

“Todos los personajes tienen su complejidad y cada uno oculta su personalidad bajo una máscara para dar una estudiada impresión al resto”, avanza María Pedraza, que da vida a una estudiante de alto estatus que reniega de su condición y se rebela contra su familia en su vestuario y las compañías que frecuenta.

Para el espectador patrio es inevitable relacionar a los personajes con protagonistas de la vida pública española, como Willy Bárcenas, hijo del ex tesorero del PP, o Antón Carrón, nieto de Gerardo Díaz Ferrán.

   

“Hay muchos referentes, pero no hemos querido utilizarlos porque casi todos tienen una connotación negativa y la serie no pretende transmitir que la gente de élite pertenezca a un lugar oscuro”, aclara Jaime Lorente.

Sus ocho capítulos han sido dirigidos de manera alterna por Dani de la Orden, director de El pregón (2016) y El mejor verano de mi vida (2018), y Ramón Salazar, guionista de las películas de Fernando González Molina Tres metros sobre el cielo (2010) y Tengo ganas de ti (2012), adaptación de las exitosas novelas homónimas de Federico Moccia.

Los guionistas de la serie también están ligados a fenómenos adolescentes del audiovisual reciente: Carlos Montero fue el responsable de Física o Química, y Darío Madrona, el creador de Los protegidos.

Diana adolescente

 

Una de las apuestas estratégicas de Netflix es dirigirse al público juvenil. Con Por 13 razones y Stranger Things dieron en la diana. Ambas están protagonizadas por chavales que afrontan problemas de diferente naturaleza, pero les unen nexos comunes a toda generación en su salto a la vida adulta: la amistad, el desamor, la búsqueda de un propósito en la vida y la adaptación a un entorno nuevo.

“Estaba claro que los millennials y los miembros de la Generación Z estaban hambrientos de verse representados en la pantalla, y para servicios de suscripción como Netflix, que no dependen de la publicidad, atraer a los espectadores más jóvenes, especialmente aquellos entre 18 y 35 años, sigue siendo vital. Se estima que aquellos que nacieron entre 1981 y 1996, pronto superarán a los Baby Boomers como la generación adulta más longeva. También son más propensos a deshacerse de las suscripciones de cable tradicional, y desembolsar dinero en servicios de transmisión online”, analizan desde la revista estadounidense TV Guide.

Y como otra estrategia de Netflix es apostar por el producto patrio y elevar lo local a global, entre sus próximos proyectos hay una comedia romántica francesa protagonizada por jóvenes llamada Generación Q, un drama italiano sobre un escándalo real de prostitución adolescente en Roma titulado Baby y un Romeo y Julieta británico con componente sobrenatural que se titula The Innocents.

Élite forma parte de ese envite de la plataforma de streaming por nuevos públicos y su poder adictivo apunta a que Miguel Herrán sea de nuevo invocado en la calle bajo un nombre de ficción. En este caso, el de Cristian.

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