VALÈNCIA. Los especuladores de turno siguen haciendo de las suyas sobre la 'Vieja Pescanova' en las primeras semanas de este ejercicio. Basta ver explosivas subidas -como la del pasado 21 de febrero del 79,53%- con fuertes bajadas -como la de dos días después del 8,49%. Y con volúmenes espectaculares como este pasado lunes, cuando se intercambió de manos... ¡el 35,14% del capital!.
Todo ello sin ninguna razón, tal y como ha llegado a decir la propia cotizada gallega. Pero ahí está: en lo más alto del Mercado Continuo por rentabilidad anual, con un 99,02% tomando el cierre de ayer martes. La que más se le acerca es otra 'small cap' como es Ezentis, que se dispara este año un 93,51% tras volver a cotizar a finales de enero después de haber estado suspendida más de un año. La tercera que completa el cajón es Squirrel (+36,91%).
La empresa presidida por José María Benavent Valero ha más que neutralizado las pérdidas del 43,06% en el parqué bursátil cosechadas el pasado año. Pero, pese a la explosiva subida de 2024, apenas capitaliza por 11,72 millones. Un valor propio de una pequeña cotizada de BME Growth y no del Mercado Continuo.
"La 'Vieja Pescanova', que controla el 0,34% de la 'Nueva Pescanova' y buena parte del capital es de Abanca, es un valor que se presta a la especulación y mucho. Solo hay que ver el precio al que cotiza, por lo que con un puñado de euros es muy fácil manejarla. Este capítulo actual me recuerda mucho al que vivió la gallega a finales de la década pasada. Además, se trata de una compañía que sigue en pérdidas. Desde luego que no la recomiendo para invertir y menos para aquellos menos duchos en el mercado". Así se pronunciaban desde una mesa de contratación madrileña a la llamada de este diario.
Y no le falta razón porque la 'Vieja Pescanova' cerró el ejercicio fiscal de 2023, que finalizó en noviembre pasado, con unas pérdidas de 653.000 euros. Eso sí, muy por debajo de los 'números rojos' de 6,87 millones del año anterior. Por su parte, el resultado de explotación (Ebitda) también se quedó en número negativos, 2.000 euros, aunque mejorando las pérdidas de 4,57 millones de 2022.
Tras el concurso de acreedores y la creación de la 'Nueva Pescanova', quedó convertida en una sociedad de cartera sin actividad productiva y cuyo principal activo es una participación minoritaria en la pesquera. En este sentido conviene recordar que la 'Vieja Pescanova' volvió al parqué en junio de 2017 tras haber estado suspendida más de cuatro años. Entonces capitalizaba por 170 millones, es decir, más de catorce veces a como lo hace actualmente.
Su vuelta al parqué se saldó con un batacazo del 95,45% en su primer día hasta intercambiase a un precio de 0,27 euros por acción. "Aunque el precio de cotización de las acciones puede estar sometido a una elevada volatilidad al haber estado suspendidas de negociación durante más de cuatro años y dadas las circunstancias en las que se encuentra la sociedad, no resulta oportuno prolongar adicionalmente la suspensión", señalaba entonces la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La antigua cúpula de la 'Vieja Pescanova' fue juzgada por la Audiencia Nacional (AN) a finales de 2019 por maquillar las cuentas de la compañía entre los años 2009 y 2012, con el objetivo de ocultar las pérdidas millonarias que la acabaron abocando a un concurso de acreedores. Finalmente el Tribunal Supremo rebajaba de ocho a seis años la pena que le impuso la AN al expresidente Manuel Fernández de Sousa-Faro. Lo hizo tras absolverle de los delitos de estafa, falsedad documental y aplicar una atenuante por dilaciones indebidas. No hubo rebaja penal para el resto en la condena por manipular las cuentas para captar inversores.