VALÈNCIA (EP). El nivel de satisfacción de los españoles con el sistema sanitario publico se sitúa en noviembre en 6,04 puntos sobre 10, frente a 6,29 en junio y 6,46 en marzo, según los resultados de la tercera oleada del Barómetro Sanitario 2022, que realiza el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
El Barómetro Sanitario es una encuesta de opinión de periodicidad anual, lanzada en 1995, que realiza unas 7.800 entrevistas domiciliarias a personas de 18 y mas años, en todas las provincias españolas. Esta tercera oleada de 2022 se ha realizado en el mes del 14 al 18 de noviembre con 2.512 entrevistas, mientras que la segunda se hizo en junio y la primera en marzo.
En general, el funcionamiento del sistema sanitario en España recibe una valoración positiva del 50,5 por ciento por ciento de la población general, aunque se ha producido un descenso de ocho puntos en comparación con el 58,5 por ciento de junio. Si se compara con la primera oleada de 2022, se ha producido un descenso de 12,5 puntos porcentuales (62,5% en marzo).
En noviembre, el 11,1 por ciento de los españoles cree que la sanidad pública funciona bastante bien, frente al 14,5 de junio; y el 39,4 considera que el Sistema Nacional de Salud (SNS) va bien aunque necesita cambios (44% en junio).
Mientras tanto, sigue creciendo el porcentaje de españoles que cree que la sanidad publica española 'necesita cambios fundamentales, aunque algunas cosas funcionan' (31,9% en noviembre frente a 25,0% en junio y 25,5% en marzo) y alcanza un 16,8 por ciento (15,2% en junio y 11,3% en marzo) la opinión de que el sistema sanitario público 'funciona mal y necesita cambios profundos'.
La percepción de la población general sitúa a las urgencias del 061/112 y la asistencia a pacientes ingresados en hospitales públicos, con 7,28 (7,37 en junio) y 7,08 (7,19 en junio), respectivamente, como los servicios mejor valorados.
En el caso de las consultas de Atención Primaria es de 6,11, lo que supone un descenso de la valoración del primer nivel asistencial (6,29 puntos en junio y marzo). Esta situación se reproduce en las urgencias de Atención Primaria, donde la nota ya se sitúa en el 6,09, en comparación con el 6,36 de junio y el 6,40 de marzo.
También continúa a la baja la valoración de las consultas de atención especializada, situándose en 5,90 puntos (6,14 en junio y 6,27 en marzo), así como la de urgencias de hospitales públicos (6,01 puntos frente a 6,21 en junio y 6,48 en marzo).
Solo el 21,1 por ciento por ciento de los españoles que pidió cita fue atendido por su médico de Atención Primaria el mismo día o al día siguiente, un claro retroceso frente al 25,4 de junio y el 23,7 de marzo.
Así, el 69,6 por ciento tuvo que esperar más de un día porque no había cita antes, en comparación con el 65,7 de junio y el 66,1 de marzo. El resto de los ciudadanos tuvo una espera media de 8,54 días en Atención Primaria, mejorando ligeramente respecto a junio (8,88) y marzo (9,01).
La encuesta también ha preguntado a los ciudadanos cuál ha sido el principal motivo por el que los ciudadanos no pudieron tener una consulta con su médico de Familia.
En primer lugar, se sitúa que le dieron cita para muchos días después y ya no lo necesitó (47,5%, frente a 43,1% en junio), por delante de que directamente no consiguió contactar con el centro (27,3% frente a 28,8% en junio). El 7,3 por ciento de los españoles pensó que los centros de salud estaban muy saturados y se fue a Urgencias (8,3% en junio). Un 3,4 por ciento por ciento no fue atendido o no le daban cita (5,7% en junio).
En cualquier caso, y pese a las demoras del primer nivel asistencial del Sistema Nacional de Salud, el 79,9 por ciento de los usuarios de Atención Primaria valora positivamente la atención recibida, lo que supone un ligero avance con respecto a junio (78,8) pero un retroceso con marzo (80,4).
Otro dato positivo es que, poco a poco, se va retomando la atención presencial en Atención Primaria. Solo el 23,5 de los ciudadanos fue atendido por teléfono en su última consulta, lo que supone un descenso en la utilización de esa vía de nueve puntos porcentuales respecto a marzo (39,8%) y de siete frente a junio (30,9%). El 75 por ciento fue recibido por el médico presencialmente, en comparación con el 67,1 de junio.
En paralelo, crece el rechazo a la atención por videoconsulta. El 44,5 por ciento de los españoles asegura que la utilizaría, una fuerte bajada en comparación con el 54,1 de junio; mientras que el 43 por ciento las rechaza (31,5% en junio).
La encuesta del CIS ha preguntado cuánto tiempo pasó desde la consulta del médico de Atención Primaria hasta la cita con el especialista. Este dato va a peor con respecto a junio: el 37,9 por ciento de los españoles ha esperado más de tres meses (36,7% en junio), el 36,8 por ciento entre uno y tres (32,9% en junio) y solo el 23,8 por ciento menos de un mes (27,1% en junio).
Además, la mayoría de los ciudadanos tiene la percepción de que durante el último año el problema de las listas de espera ha empeorado. Así lo cree el 44 por ciento de los españoles, frente al 40,4 por ciento de junio. Solo el 8,3 por ciento cree que ha mejorado (12% en junio), mientras que el 36,5 piensa que sigue igual (34,6% en junio).
La encuesta también ha abordado cuánto tiempo pasó desde que el especialista le dijo al paciente que debía ingresar hasta que efectivamente ingresó. Lo más habitual es menos de un mes, con un 37,4 por ciento de las ocasiones, algo más que en junio (36%).
Como dato positivo, baja el porcentaje de españoles que espera de uno a tres meses (25,4 por ciento en noviembre frente a 34,1 por ciento en junio). Pero aumenta el de aquellos que están más de tres a seis meses de espera: 18 por ciento ahora en comparación con 8,2 en junio. Por último, las cifras son similares en los que esperan más de 6 meses: 18 por ciento en noviembre y 20,7 en junio.
Pese a todos estos datos, el 81,3 por ciento de los usuarios de la atención especializada valora positivamente la atención recibida, sin cambios significativos respecto a la segunda (82,1% en junio) y primera oleada del 'Barómetro Sanitario'.
El 34,1 por ciento de los españoles ha acudido a un servicio de urgencias de la sanidad pública en los últimos 12 meses, frente al 30,4 por ciento del 'Barómetro Sanitario' de junio. La cifra también se incrementa en las privadas: 6 por ciento en noviembre frente a 5,4 en junio.
Los dispositivos de urgencias de Atención Primaria han absorbido el 42,9 por ciento de la demanda en este periodo (42% en junio y 44,9% en primera oleada), según los resultados del CIS.
Los servicios de urgencia hospitalarios han recibido el 51,7 por ciento de la misma (51% en junio y 47,8% en primera oleada) y el 3,9 por ciento ha acudido a un servicio de urgencias tipo 061/112 (5,8% en junio y 4,2% en marzo).
En general, el 45,4 por ciento de españoles aguarda ahora una media de una a cuatro horas cuando acuden a Urgencias para ser dado de alta o ingresado, una cifra similar a la de junio (45,8%). El 27,2 por ciento está menos de una hora (27,3% en junio) y el 21,4 por ciento entre cuatro y 12 horas (20,9% en junio).
El conjunto de servicios de urgencias del Sistema Nacional de Salud (SNS) es valorado positivamente por el 78,4 por ciento de las personas que los utilizaron, lo que supone un aumento con respecto a junio (74,8).