ELCHE. La pandemia en la ciudad sigue siendo muy grave, con una Incidencia Acumulada (IA) disparada de 1.921,58 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, dentro de esta situación crítica, la curva de contagios está empezando a bajar y eso se traduce en una menor presión hospitalaria, que desde el miércoles ha empezado a bajar de las 400 personas ingresadas por coronavirus. A fecha de viernes, son 339 los ingresados, 286 en planta y 53 pacientes en la UCI. La peor cifra, una vez más, seis fallecidos más en un día. En total, 135 desde el estallido de la pandemia. Se han registrado 1.000 contagiados menos que hace una semana, cuando se detectaban más de 2.000 en pocos días.
En ese sentido, en el Hospital General son 151 los pacientes ingresados en planta y 31 los que están en la Unidad de Cuidados Intensivos —y cuatro nuevos decesos—, mientras que en el Hospital Vinalopó son 135 las personas en planta y 22 en la UCI —con dos decesos—. Una cifra que ha ido disminuyendo progresivamente, aunque poco a poco y con pequeñísimos repuntes, como ya pasó con las restricciones extra aprobadas junto a Orihuela tras el desconfinamiento. Hace una semana las cifras de UCI eran 37 en el General y 31 en el Vinalopó; hace dos, 40 y 24, respectivamente (hay que tener en cuenta que el pico de ingresados en el Vinalopó fue más tardío, hace apenas una semana, cuando llegó a 32 pacientes en UCI).
Así, días después de las restricciones, la situación es ahora más o menos la que era en el General hace casi tres semanas. El fin de semana del 16 y 17 de enero aumentó en prácticamente una decena de pacientes covid en UCI. Su punto álgido fue hace dos semanas, con 40 pacientes con coronavirus en Cuidados Intensivos y con más de 200 pacientes en planta. Días en los que se habilitó prácticamente todo lo que había disponible para camas: gimnasio, capilla, cafetería, Psiquiatría, UCSI y más quirófanos para los pacientes críticos... Una capacidad que aún hoy sigue rebasada para UCI en el triple de lo habitual, y eso que ha bajado con respecto a hace un par de semanas.
Con todo, después del cierre total de la hostelería y otras restricciones desde el 19 de enero, fechas que coinciden más o menos con los peores días de la pandemia en Elche, y a lo que hay que sumar las restricciones extra como las perimetrales o las reuniones en casa y en la calle, difíciles de calibrar por su impacto, la realidad es que la curva empieza a bajar.
En la ciudad se han registrado con el último dato (3 de enero) 1.347 nuevos infectados, exactamente mil menos que una semana antes (27 de enero), con 2.342 en solo tres días. La velocidad ahora se está multiplicando por 0,6, hace una semana era por más de 1, lo que muestra una tendencia esperanzadora. Aunque como en la anterior alerta roja junto a Orihuela, con cifras mucho más livianas, eran cifras que coger con pinzas. En cuanto se baja la guardia en la prevención, la curva deja de aplanarse y en poco tiempo vuelven los datos exponenciales que echan por tierra todos los sacrificios individuales, colectivos y económicos.