ELCHE. El edil de Aguas, Juan de Dios Navarro, ha visitado este lunes las obras de pluviales que ha realizado el Ayuntamiento de Elche en el entorno de la carretera de Santa Pola, la CV-865, a la altura de la Venta Durá. Una actuación que concluyó hace varias semanas y que ha permitido reducir la concentración de agua y evitar inundaciones durante el episodio de lluvias abundantes como el del pasado 14 de agosto, donde se registraron alrededor de 30 litros/m2 en algunos puntos.
Navarro ha destacado que esta actuación en el entorno del barranco de San Antón “ha permitido que no se creen los problemas registrados en los últimos 30 años ante episodios de lluvias abundantes, que anegaba la CV-865, afectaba a muchos vecinos de Atzavares Alto y Bajo y negocios de la zona e impedía la circulación por esta carretera”.
El responsable del área ha recordado que esta es una intervención provisional, pero que pretende solucionar un grave problema de inundaciones en la carretera por el vertido de aguas del barranco de Santa Antón, de ahí la necesidad del Ayuntamiento de actuar de forma inmediata con fondos municipales “para dar una solución útil y eficaz a corto plazo y evitar daños mayores”. Además, ha apuntado que la actuación definitiva sería la construcción de un tanque de tormenta que pueda drenar el vertido en la zona del barranco, y que es responsabilidad del Ministerio.
Tal y como ha explicado Navarro, con esta actuación las primeras aguas de escorrentía continúan por el camino viejo de Elche - Santa Pola gracias a la construcción de una conducción para derivar caudales al segundo canal de desviación. De esta forma, el agua se canaliza por trampillas hacia el sur del Camp d’Elx a través del ramal de acequias junto con la construcción de un muro de contención en la parte que enfrenta al barranco de San Antón.
Con este sistema se ha ampliado la capacidad de la infraestructura existente, ya que el agua se dirigía hacia la carretera de Santa Pola y ahora se reconduce para verterla en el canal de desviación que hay cerca para intentar reutilizar el agua.
En este sentido, uno de los puntos conflictivos en períodos de lluvias abundantes por el vertido de aguas del barranco de San Antón es el tramo de la Venta Durá. Su propietario, Francisco Durá, ha destacado la mejora que ha supuesto estas obras en el entorno del establecimiento, ya que se han reducido las inundaciones que se producían anteriormente y que obligaban el cierre del negocio, mientras que ahora se puede trabajar, “con treinta litros, es un logro, o que los clientes puedan entrar y salir del negocio. Es de agradecer el no tener que achicar agua”. Explica que estaban con “el alma en vilo” por las posibles inundaciones. Al final, indica, “parche a parche es un logro, para mí y para los vecinos y negocios de la carretera”.